Un banco que obtuvo el pasado año seis mil millones de euros de beneficio, a pesar de la crisis –o a lo mejor por eso–, quiere obligarme a que aprenda a ingresar dinero desde el cajero, porque los empleados, tres o cuatro solo, «estamos en otras cosas». ¿Cómo, si soy un negado para las máquinas? No importa, o aprendes a manejar un cajero o te llevas tu hipoteca a Andorra. No sería mala idea, en vista de que no me podría llevar otra cosa. Los bancos del futuro serán grandes máquinas, sin empleados, como las gasolineras y las carnicerías. ¿Se imaginan tener que comprar un cuarto de filetes de hígado de ternera en una máquina? Lo sentimos, vuelva más tarde que se nos ha escapado la maldita vaca. Por cierto, ¿cómo meterán una vaca en un cajero? Ahora en serio, esto no puede ser, porque vas a un banco y si no te llevas un tentempié puedes tener un problema. Un día vi a una señora con una mesa y una silla playeras pagando recibos en el cajero de una entidad bancaria de Mairena. Señora, que es para hoy. «Pues todavía tengo que ingresar lo de la dentadura». Que me maten. ~