Saludar es gratis

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Álvaro Romero @aromerobernal1
09 may 2017 / 07:20 h - Actualizado: 09 may 2017 / 07:21 h.
"Viéndolas venir"

La primera vez que caminé solo por la ciudad me hirió la sensación de ser invisible. Era el deseo teórico que todo adolescente de pueblo albergaba: bajarte del autobús allí y que nadie te preguntara de quién eras, que ningún viejo te radiografiara de arriba abajo, no sentir disimulada la persiana de la vecina de enfrente. Y, sin embargo, cuando íbamos solos por la ciudad -aquellas primeras veces- nos invadía un desvalimiento raro, la certeza doliente de ser apenas una mota de polvo, un minúsculo tallo que se perdía en la hojarasca de aquellos otoños colapsados por el ruidoso tráfico en silencio. No olvidaré jamás aquella mañana en que íbamos de pie, en el urbano, y nos cruzamos con un coche fúnebre, y mi amigo José Domingo, que también había aterrizado desde otro pueblo, casi llora en medio de la urbana indiferencia. «Mira, ahí va el muerto como otro trámite más», me dijo. Y era cierto.

Luego habíamos de descubrir que la ciudad era un montón de pueblos apretados, y que en cada barrio había verduleros de carne y hueso, taxistas de verdad que regresaban a casa para lavarse las heridas del asfalto, gente como tú aunque no te miraran porque la saturación de estímulos les desactivaba esa necesidad de la función fática pueblerina, ese hablar por hablar, el saludo gratuito que le germinaba a la gente del pueblo con la misma gratuidad del alba. Cuando uno se bajaba del autobús de regreso, agradecía íntimo las miradas que lo arropaban. Hacía menos frío.

Tantos años después, saludamos poco en cualquier parte, como si nos costara unos céntimos cada palabra. Incluso por los pueblos hay personas que solo hablan cuando el desagradable pragmatismo las empuja a hacerlo, concreta, certera, egoístamente. No comprenden que saludar porque sí, decir hola, buenos días, qué tal, cualquier cosa, es avanzar gratis en derechos humanos, ascender en esa pirámide biológica en la que los borricos solo deberían competir con los robots.