¿Se acabó?

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03 jul 2015 / 23:03 h - Actualizado: 03 jul 2015 / 23:03 h.
"Cofradías","Pareja de escoltas"

Lo mejor de todo proceso electoral es que llega un día en que se cuentan los votos y todo concluye. ¿O no?, como diría un ironista con ganas de polémica. Las campañas electorales son tan duras, tan ásperas, tan acres —ahorraré otros adjetivos en los que ustedes están pensando— que no siempre es así. En ocasiones, tal como acaba el recuento, se inicia una etapa donde los proyectos presentados pasan al olvido (sálvese el que pueda). Basta con que, cuando se vaya acercando el final del mandato, se saque a la luz el programa primitivo para comprobarlo. Éste es, aunque casi nunca se diga, el peor vicio que las hermandades han mimetizado de los modos políticos: prometerlo todo —hasta lo que se sabe imposible— para luego no emprender nada por falta de cálculo o por incapacidad. Qué más da, ¿no se gobiernan así países, autonomías o ayuntamientos? Al final, se aludirá a que las circunstancias no han sido las idóneas para cumplirlo o ni siquiera eso. El silencio y la atonía de las casas de hermandad ofrecen siempre la primera señal de vergüenza para los que fueron vencedores. Y después lamentarán, incluso con sorpresa, que vuelvan otra vez las oscuras golondrinas de dos candidaturas a colgar sus nidos del balcón de los cabildos. Sólo disfrutarán ya los que tienen como únicos Titulares de su devoción al Señor del Todo Vale y Ntra. Madre y Sra. de la Mentira (Basílica de las Redes Sociales, dos pasos). Al tiempo. ~