Sexo a los 50

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29 jul 2017 / 21:37 h - Actualizado: 29 jul 2017 / 21:37 h.

Sexo, a los 50? Pues por lo visto depende, por lo que ahora les contaré. Seguro que al respecto todos tenemos alguna opinión. La biografía es un hecho inexorable y los años no pasan en balde. Sin embargo, no pretendo abrir aquí un foro de experiencias, entre otras razones porque serviría de muy poca ayuda, si esta fuese necesaria. El tema es mucho más delicado, y hasta más serio si me apuran, porque al parecer el deseo sexual a partir de los 50 es distinto, muy cualitativamente diferente –dicho sea con énfasis–, si eres hombre o, por el contrario, mujer.

Se preguntarán, no sin razón, que quién es el que eso dice, o que en qué estudio científico ha quedado así acreditado, y, sobre todo, que de haber diferencias, cuáles serían estas. A la primera pregunta, les responderé que no se trata de los resultados de ninguna investigación científica acreditada, sino de todo lo contrario. Porque quien así lo ha afirmado, y con contundencia, ha sido el Tribunal Supremo portugués, es decir, un órgano judicial cuya formación no es precisamente la más adecuada para hacer aseveraciones del tipo sin confirmación científica objetiva. A la segunda pregunta, les responderé con las dos palabras que, honestamente creo, resumen muy bien lo que ahora les contaré: estereotipo machista.

A la señora Carvalho Pinto de Sousa, que venía padeciendo una bartolinitis crónica, le cortaron por error el nervio pudendo, nervio que inerva las zonas genitales de ambos sexos. Desde entonces su vida cambió definitivamente, tanto física como psicológicamente, hasta el extremo de sentirse aislada socialmente por sus problemas de incontinencia, dificultades para caminar y padecer tanto dolor al mantener relaciones sexuales que dejó de tenerlas. En primera instancia, la Sra. Sousa recibió una indemnización por mala praxis médica que se aproximaba a lo solicitado, pero tras el recurso que presentó el propio Estado, el Tribunal Supremo rebajó esa cantidad dando, entre otros, los siguientes argumentos: que la referida señora tiene 50 años y dos hijos, una edad en la que el sexo ya no es tan importante como cuando se es joven, además de su condición de ama de casa con los hijos ya mayores, es decir, que solo tenía que cuidar del marido. Hace falta decir que en un par de casos similares a este, pero que afectaban a dos varones de 54 y 59 años, ese mismo Tribunal decretó que la impotencia provocada por error a esos hombres sólo podía calificarse de tremendo shock para su autoestima, reconociéndoles una indemnización notoriamente superior.

Menos mal que hay jueces que corrigen a otros, en este caso los del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, pero sobre todo menos mal que en la alcoba no hay que hacer caso a los togados que tan varonilmente razonan. Buenas noches, aunque hayan llegado a los 50.