A la hora de hablar de la cantera en los equipos de fútbol se suele olvidar varios detalles. A veces, por ejemplo, se tilda de canterano a cualquiera que pase por un equipo filial. «Canterano es quien lleva entrenándose en la ciudad deportiva desde pequeñito», me decía hace unos días Óscar Arias, director deportivo del Sevilla. También ocurre a veces que equipos que apuestan –y se lo curran mucho, en la mayoría de los casos por necesidad– por sacar productos de su cantera se llevan menos elogios que otros con la etiqueta puesta desde hace años como club canterano y que apenas abren la puerta a los de abajo últimamente. El Sevilla es famoso por su fábrica de talentos, de la que han salido en los últimos 20 años futbolistas como Marchena, Velasco, Sergio Ramos, Reyes, Jesús Navas, Alberto Moreno, Antonio Puerta, Diego Capel o Sergio Rico, entre otros muchos. Pero percibo que últimamente le cuesta demasiado darle a sus jóvenes talentos una oportunidad en serio.
Admito que con esta nueva época de éxitos todo se dificulta mucho más. Es comprensible, pero vive también el filial una época dorada, con dos ascensos a la Segunda División en el último decenio. Y que, por supuesto, no todo canterano tiene que ser válido para el nivel en el que se mueve el Sevilla. Ni Unai Emery ni Jorge Sampaoli –tampoco sus predecesores– miraron a la cantera nada más que en casos de necesidad extrema. Berizzo, a las primeras de cambio, ha puesto en el once inicial del primer partido de la Liga a Borja Lasso, uno de los motores principales del gran Sevilla Atlético del pasado curso. Mi aplauso desde aquí. Por muchas rotaciones que hiciera pensando en la Champions apostó por un canterano antes que por otros. Agradable sorpresa que, aunque no saliera del todo bien –en líneas generales, sin individualizar–, hay que fomentar. Que la gran calidad de las plantillas sevillistas impida dar la oportunidad a los jugadores más prometedores de la cantera no es una decisión coherente, pues pueden ser compatibles.
Carlos Fernández fue el tercer delantero de la plantilla el pasado curso porque el Sevilla no pudo fichar a un canterano del Real Madrid –Mariano–, mientras que hasta Vitolo jugó de lateral zurdo antes que Matos. Hasta el multimillonario y mediático Real Madrid hace apuestas como Nacho o Marcos Llorente, por citar dos recientes. ¿Habríamos visto, por ejemplo, a Sergio Rico debutar siquiera sin que Beto o Barbosa cayeran lesionados simultáneamente? Ni por asomo. Y ha llegado hasta la Selección... Es imposible saber si un canterano vale o no sin abrirle la puerta. Y Borja se la han abierto. Que nadie la cierre.