Una sucesión de mentiras

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19 mar 2017 / 22:48 h - Actualizado: 19 mar 2017 / 17:58 h.

Qué empeño tiene la gente en que los ricos no paguen. Comprobar la cruzada antiimpuesto de sucesiones en Andalucía es un escenario que demuestra cómo una importante parte de la sociedad habla de oídas. No sé, pero me da la impresión de que las conversaciones de barra de bar comparten con los discursos de las tertulias de don José, el veterinario jubilado, la necesidad de salvar a los andaluces de la tiranía del poder impositivo de las herencias en nuestra tierra. La demagogia y el bucle de involución a la que el PP lleva sometiendo a esta tierra con ese asunto parece que ha calado. Sin razón, pero ha calado. Ver a gente que en su vida va a recibir una herencia fajándose en la defensa del discurso mentiroso del PP es para análisis, de la misma manera que lo es el desconocer que el noventa por ciento de los andaluces jamás pagarán este impuesto, aunque hereden. El analfabetismo político expresado en esta defensa torticera de la propuesta del PP explica muchas cosas de nuestra sociedad y nuestra política.

Pero quizás sea más triste ver al gobierno andaluz en un fiasco sin precedentes que pone a las claras las deficiencias de dirección que presenta nuestra tierra. Verse entre las cuerdas por no haber sido capaz de hacer pedagogía política en un asunto tan claro, quizás por estar más pendiente de la crítica a la izquierda, y tomar como salida la devolución del impuesto a Madrid, es una renuncia cobarde y contraria al espíritu de autogobierno que este pueblo arrancó un 28F, que pone en bandeja las cosas al PP. Qué penita de mi Andalucía.