VAR sí, VAR no

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27 jun 2018 / 19:13 h - Actualizado: 27 jun 2018 / 21:31 h.
"Habla, Sevilla"

El Mundial Rusia 2018 se recordará por muchas o pocas cuestiones, no lo sé. Lo que sí sé –sin temor a errar– es que será el Mundial del VAR (Video assistant referee), o árbitro asistente de vídeo. Esta medida, que ya se ha desarrollado en algunas ocasiones a modo de prueba, se ha estrenado oficialmente en el mayor acontecimiento futbolístico del planeta. Cuatro son los lances que merecen revisión: los goles, penaltis, tarjetas rojas y la confusión de identidad de los jugadores.

Hasta la aplicación de tal medida mucho se ha escrito. Para muchos –en este caso para los detractores– significaría el final del fútbol, del purismo, de la máxima «lo que sucede en el terreno de juego, en el terreno de juego se queda», incluso vaticinaban que la emoción se perdería, o que habría jugadas que se eternizarían.

Pero han bastado unos pocos partidos para desmontar todas las críticas vertidas por los detractores del VAR. Y ello es así porque incluso en lo que todos coincidíamos (partidarios y detractores) como es que se perdería emoción, hemos errado. La aplicación de tal medida está suponiendo una bocanada de aire limpio y transparente, y, sobre la emoción basta comprobar los últimos minutos de los partidos para concluir que esta ha aumentado si cabe.

Con los tiempos que corren, un gol arriba o abajo, una tarjeta, una expulsión injusta, o un penalti no señalado supone millones de euros, ya que de esa medida puede surgir un pase a octavos de Champions, unas semifinales de un mundial, o la diferencia entre clasificarse para Europa o descender de categoría.

Estoy convencido de que si repasáramos todos los mundiales celebrados y le aplicásemos el VAR, los resultados serían otros, lo que me lleva a la conclusión que el VAR reparte –al menos– justicia.

Al final pasará lo que tenga que pasar, pero si lo que tenga que pasar, además, es lo correcto... mejor.

Mientras tanto, ¡sé feliz! ~