Violencia de género, cavernas y pornografía

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08 ene 2019 / 09:54 h - Actualizado: 08 ene 2019 / 10:06 h.
"Opinión","Sociedad","Violencia de género","La vida del revés"
  • Manifestación contra la sentencia a ‘La Manada’ en Andalucía. / EFE
    Manifestación contra la sentencia a ‘La Manada’ en Andalucía. / EFE

El debate abierto, por las propuestas de Vox acerca de la violencia de género, se está contestando solo gracias a lo que vamos sabiendo que ocurre en España. Cada día, damas y caballeros, cada día. Que nadie crea que esa nueva forma de humillar a las mujeres, de agredirlas y de cosificarlas, eso que se conoce como ‘las manadas’, es cosa de cuatro sinvergüenzas sin escrúpulos. Jóvenes de entre 19 y 24 años pueden ejercer una violencia atroz contra una mujer a la que han drogado anteriormente. Que nadie crea que lo que ha sucedido en Algeciras (me refiero a este caso por ser el último conocido a través de los medios de comunicación), es anecdótico y que casi nunca pasa. Ocurre cada día, damas y caballeros, cada día. Son algunas de las diversas caras de una violencia poliédrica.

Desde las cavernas, los hombres abusaron de las mujeres. Se le llama, hoy, problema estructural, cuando deberían llamarlo problema eterno. Siempre ha pasado y seguirá ocurriendo porque las sociedades se organizaron alrededor del poder del hombre... desde las cavernas. Seguirá ocurriendo porque algunos estiran las pocas ideas que tienen y tienden a igualar la violencia de género (extendida en todos los ámbitos sociales, ejercida por miles de personas, sufrida por miles de mujeres y niños que terminan pagando las consecuencias de lo que un energúmeno hace cuando deja de usar la poca inteligencia que tiene) con otros problemas políticos menores. Les funciona bien esto de negar la violencia de género a algunos. Les funciona bien eso de cambiar una palabra para referirse a la misma cosa. Violencia de género – violencia doméstica (la mayor parte de la gente se lo traga sin rechistar). Seguirá siendo una lacra social mientras sigamos buscando confrontación en un terreno en el que solo cabe la formación en igualdad entre hombres y mujeres.

Formar. Educar. Y no confundir las cosas. Hace unos días escuché una conversación que me dejaba perplejo. Un hombre decía a otro que la pornografía tampoco era tan mala, que mirando películas los jóvenes podían aprender de qué iba eso del sexo. El que escuchaba asintió sin contestar, como si el sujeto que hablaba estuviera sentando cátedra.

¿Es educativa la pornografía? Es una forma de menosprecio absoluto a la mujer, es una forma de dibujar a la mujer como objeto del deseo y solo eso, es una forma de señalar a la mujer como un ser sumiso y dispuesto a cualquier cosa con el fin de agradar al hombre. ¿Podría ser que esas ‘manadas’ tan tristemente famosas y abundantes crean que lo que hacen es lo normal porque lo han visto en la pantalla? ¿Qué tipo de educación sexual están recibiendo nuestros jóvenes? ¿La que les ofrece la pornografía de Internet? No voy ponerme exagerado, ni quiero reducir un problema tan complejo a tan poca cosa, pero la pornografía no puede ser buena nunca y cada película significa un retroceso en la calidad de la convivencia igualitaria que tratamos de conseguir un enorme porcentaje de la población. Desde luego, de didáctica no tiene un pelo. Y ojo que esto es solo un ejemplo de cómo las nuevas tecnologías han modificado la forma de percibir la realidad entre nuestros jóvenes. Tal vez, deberíamos comenzar a desenredar una madeja que no nos permite entender el problema hoy en día.

Todo es muy preocupante. Y pasa el tiempo. Damas y caballeros, todos los días violan a mujeres, las asesinan, las maltratan...