Vísperas

Vísperas

Hoy comienza todo. Abramos bien los ojos y el corazón. De lo contrario nos estaremos perdiendo una parte importante de la Semana Santa

27 mar 2015 / 15:15 h - Actualizado: 27 mar 2015 / 15:16 h.
"Cofradías","Vísperas","Semana Santa 2015"
  • Dos acólitos de la Hermandad de Bellavista perfuman con el incienso las calles de su barrio en un Viernes de Dolores. / Antonio Acedo
    Dos acólitos de la Hermandad de Bellavista perfuman con el incienso las calles de su barrio en un Viernes de Dolores. / Antonio Acedo

Qué palabra más hermosa. Vísperas. En Sevilla significa repeluco, temblor, ilusión y certeza. Y desde hace un tiempo significa nazarenos y cofradías, estaciones de penitencia por muchas calles de Sevilla, incienso, pasos de palio y promesas; lágrimas y bordados, música y padres con sus hijos de la mano, trasladando la piel de gallina. Vísperas significa papeletas de sitio y esquinas para jugarse la vida mirando a la cara al mismo Dios que sale el Domingo de Ramos, el mismo. Significa Hermandad y también cofradía; ilusión, esfuerzo, compromiso y fe. Vísperas significa caridad.

Que se levante pues el telón del corazón a esas Hermandades que siguen siendo de menor entidad para muchos sevillanos que ubican el arranque de la gloria dentro de dos días, hurtando a la nueva realidad el sol de una ciudad –la más hermosa del mundo- que ha vuelto a salir esta mañana para todos. Hoy se abraza de nuevo el Cristo de la Corona a los pecados del mundo en la puerta del Perdón. Esta tarde pide el pueblo Salud y Clemencia por la barriada de Padre Pío y será dulce el nombre de María por las calles de Bellavista. Esta tarde sale de la Parroquia de San Isidro Labrador en Pino Montano la Virgen de la advocación más rotunda de Sevilla: la Virgen del Amor. Hoy en Heliópolis tiene Dios una Misión pendiente mientras en el barrio de Triana se pone en pie un Cristo en la cruz que anuncia Pasión y Muerte.

Mañana en las calles del Parque Alcosa un rumor franciscano recordará el Divino Perdón de Dios a la hora en la que Jesús caerá cautivo en el barrio de Torreblanca. A los pies de San Juan Bosco el Cristo de la Caridad dejará sellado su compromiso con el prójimo y la ciudad vivirá estos días cerca del hombro de Cristo por Ciudad Jardín y por las calles del Polígono Sur.

Vísperas. Qué palabra más redonda, sevillana y evocadora. Y qué vigencia tiene ahora y qué puñado de cofradías abraza entre sus letras. Esta tarde sale la primera cofradía de las de Sevilla. Lo hará con honestidad, rigor, valentía y orgullo de pertenencia. Lo hará para recordarle al mundo que la Semana Santa de Sevilla ha comenzado, que está lanzada, que no hay quien pare este torrente devocional, único y mágico que se vive en esta tierra de una forma completamente peculiar e intensa.

Hoy comienza todo. La celebración de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo en la capital andaluza ha despertado una vez más el recuerdo y las emociones convirtiendo las tardes en auroras luminosas que serán testigos de una forma de ver el mundo que sólo es posible en Sevilla.

Ya huele a incienso, otra vez. Ya es la hora. Túnicas por las calles. Viernes de Dolores. Y pasará pronto, demasiado pronto, diciendo adiós a poco que hayamos abierto y cerrado los ojos. Como en un instante apenas perceptible, este ciclo habrá dicho adiós otra vez. Por eso parece que ya ha terminado en el momento de su nacimiento.

Qué palabra más hermosa. Vísperas. En Sevilla significa repeluco, temblor, ilusión y certeza. Y desde hace un tiempo significa nazarenos y cofradías, estaciones de penitencia por muchas calles de Sevilla, incienso, pasos de palio y promesas; lágrimas y bordados, música y padres con sus hijos de la mano, trasladando la piel de gallina. Vísperas significa papeletas de sitio y esquinas para jugarse la vida mirando a la cara al mismo Dios que sale el Domingo de Ramos, el mismo. Significa Hermandad y también cofradía; ilusión, esfuerzo, compromiso y fe. Vísperas significa caridad.

La misma caridad que debería reinar en el corazón de todos los sevillanos que a esta hora tenemos la obligación –en mi caso el gozo- de acercarnos a las Hermandades que nos abren el camino que conduce a la gloria.

Abramos los ojos y el corazón. De lo contrario nos estaremos perdiendo una parte importante de la Semana Santa. Las Vísperas.