Falsificaciones que perjudican a todos

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23 nov 2017 / 23:55 h - Actualizado: 23 nov 2017 / 21:03 h.
  • Falsificaciones que perjudican a todos

La actuación de los agentes de la Policía Local del Ayuntamiento de Sevilla que tuvo lugar el pasado domingo en el mercadillo dominical del Parque Alcosa y en el que se intervinieron cientos de prendas ilegales por ser imitaciones carentes de permiso alguno, es algo que debe celebrarse por parte de todos. La mercancía hubiera alcanzado un valor superior a los 13.000 euros en los puestos del mercadillo y son muchas las empresas que se hubieran visto afectadas. Tal y como manifestó Juan Carlos Cabrera, delegado de Seguridad del Ayuntamiento, «además de crear un perjuicio importante a las marcas, vulneran los derechos de los consumidores que compran artículos sin garantía alguna y fomentan una actividad delictiva en la producción de estos artículos».

Hay que recordar que esas empresas afectadas soportan una carga fiscal extraordinaria; pagan, puntualmente, las nóminas de cientos de empleados; invierten para conseguir que sus productos se encuentren dentro de unos cánones de calidad muy exigentes. Es decir, con sus productos generan riqueza que se suma al esfuerzo de miles de entidades en toda España. Por tanto, una de las lecturas que deben hacer los ciudadanos ante la venta ilegal es que comprar este tipo de mercancía perjudica gravemente a todos. Es necesario que nadie colabore en este tipo de ventas ilegales puesto que, finalmente, son muchas las personas que pueden encontrarse con situaciones difíciles debido a estas prácticas.

Si bien es cierto que las necesidades que se crean a través de las campañas publicitarias son mayúsculas, estas no pueden servir para justificar la venta de productos sin control alguno. Pueden ser falsificaciones o pueden ser productos robados que llegan a los mercadillos como el del Parque Alcosa. Cualquiera de las razones es un delito con el que nadie debe colaborar. En este caso se trata de productos textiles. Pero hechos similares se producen en el sector de la alimentación, por ejemplo; y la falta de sistemas de control de calidad que, por supuesto, no pueden entrar en funcionamiento, pueden llegar a causar un problema de proporciones considerables y nunca valorables. Terminar con este tipo de prácticas tan lesivas para el tejido empresarial y social sólo puede lograrse con la acción policial y con la colaboración ciudadana. ~