Cambio de época en Alcalá

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05 may 2016 / 19:17 h - Actualizado: 05 may 2016 / 19:19 h.
"Antonio Gutiérrez Limones"

La marcha de Antonio Gutiérrez Limones como alcalde de Alcalá de Guadaíra era una cuestión que se daba por descontada, una decisión tomada a la que sólo había que ponerle fecha. Se ha producido ahora cuando en realidad tendría que haber tenido lugar hace meses, con el arranque de esta efímera legislatura, al menos si nos atenemos al argumento esgrimido por el propio regidor (que repite en la lista al Congreso) de que así cumple con la norma interna del PSOE que establece la incompatibilidad entre los cargos de alcalde y diputado. Gutiérrez Limones llegó a la Alcaldía en 1995, en un momento tormentoso para el Ayuntamiento tras el forzado adiós de un alcalde por motivos judiciales y un amplio periodo de interinidad e inestabilidad que estaban salpicando a la ciudad. Las últimas seis elecciones municipales las ha ganado el PSOE con él como cabeza de cartel, pero en los últimos años había caído el respaldo popular del que llegó a ser uno de los alcaldes más votados de España. Esto, unido a problemas en el PSOE local y a una oposición municipal cada vez más combativa, le llevaron a perder la mayoría absoluta, lo que abrió los últimos años un periodo especialmente convulso.

Es innegable que Gutiérrez Limones modernizó Alcalá de Guadaíra, que con él como alcalde ha dado un paso de gigante, pero también es verdad que su figura estaba haciendo irrespirable el ambiente político local, hasta el punto de que había movimientos para una moción de censura (que, eso sí, tenía pocos visos de prosperar), a lo que se une el que el fiscal lo señala en un proceso judicial abierto por irregularidades en una empresa municipal. El propio Gutiérrez Limones confía en que su marcha ayude a «serenar» los ánimos en el municipio, que ahora es lo más urgente; su adiós llega tarde, pero es de justicia reconocerle el gran salto que Alcalá ha dado con él.