PSOE constitucional, sin duda

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19 jun 2017 / 00:08 h - Actualizado: 18 jun 2017 / 08:15 h.
  • PSOE constitucional, sin duda

La victoria de Pedro Sánchez en las primarias marcará definitivamente esta nueva etapa del PSOE. Esto es algo que parecía evidente aunque faltaba saber cómo de profunda sería esa marca, cuánto aguantará y el precio que se pagará por ella. Porque el PSOE de Pedro Sánchez necesitaba dibujarse con un trazo u otro y ya parece que el lápiz está afilado para hacerlo.

De momento, Susana Díaz y todo el que apoyó su candidatura han quedado silenciados. Esa llamada a la unidad y a la integración que parecía un referente ineludible se ha quedado reducido a un eco que resuena solo en la hemeroteca. En ningún otro sitio. Sánchez ha buscado fortificar su figura dentro del aparato y parece que no ha escatimado ni disimulado su intención. No han tenido otra opción, los seguidores de las tesis de la presidenta de la Junta de Andalucía, que aguantar, sonreír frente a las cámaras y ponerse a esperar, viendo cómo quedaban fuera de los planteamientos del secretario general.

La sangría de votos que ha llevado al PSOE a vivir una de las peores crisis de su historia en las urnas, es uno de los retos de Sánchez y su equipo. Recuperar votantes que cruzaron la línea que separa la izquierda moderada y la más radical que representa Podemos, ya se ha convertido en prioridad. Como es lógico, el acercamiento al partido morado es algo que sucederá antes o después. Falta por saber hasta qué punto Sánchez aceptará ceder ante las exigencias de Iglesias y si el resultado electoral será el que busca o, por el contrario, el fracaso volverá a ser mayor que en ocasiones anteriores. Un federalismo marcado por la idea de que España es una nación de naciones es el primer paso que Sánchez quiere ofrecer y que se puede convertir en un problema de grandes dimensiones si no termina de encajar perfectamente con una soberanía nacional que dicta la Constitución y que recae sobre el conjunto de los españoles. No parecer el mejor de los caminos este de contentar a independentistas y a la izquierda radical.

Sánchez tendrá que limar diferencias con los suyos para que la paz interna sea real y no un espejismo efímero, tendrá que conseguir un planteamiento ideológico coherente y sólido para no tener que mendigar votos adoptando posturas políticas peligrosas, y tendrá que decidirse por seguir plantando cara al independentismo sin mostrar dudas. Pero Sánchez se presenta como Sánchez, el mismo que cosechó los peores resultados de la historia de su partido. Habrá que esperar.