«Entre nosotros lo hablamos, esto parece el día de la marmota», dice contrariado el presidente de la Asociación en Defensa del Territorio del Aljarafe (ADTA), Juan Antonio Morales, refiriéndose a la enésima petición de compromiso que este colectivo ha hecho a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) para que dé una solución «jurídicamente viable» a la gestión del entorno del arroyo Riopudio. Porque este paraje natural que se adentra en nueve términos municipales aljarafeños, tras ser objeto de una restauración medioambiental ejecutada por el organismo de cuenca –titular de los terrenos– en 2015, lleva dos veranos sufriendo la dejadez de la administración.

La última acción para poner sobre la mesa esta problemática tuvo lugar el pasado sábado, en el puente romano del Riopudio, donde se leyó un manifiesto «por una gestión responsable y sostenible del parque», un acto al que acudieron una veintena de personas, incluidos representantes de colectivos del Aljarafe como La Regüerta Ecológica de Gines, los Scouts de Bormujos, Los Dólmenes de Valencina-Guzmán y la propia ADTA, además de personalidades políticas como el alcalde de Bormujos, Francisco Molina (PSOE) y la exconcejal de Valencina de la Concepción Clara Rubio.

Su denuncia es clara: este ha sido «otro año perdido» en la búsqueda de una solución para la gestión del parque, ya que el anterior presidente de la confederación, Manuel Romero, fue sustituido en abril dejando «incumplida» la promesa de tratar este asunto con el consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, entidad proponente de la figura del parque metropolitano y clave para la articulación jurídica de un posible convenio para el mantenimiento del Riopudio. «Esperamos que la petición sea revisada por el nuevo presidente –Antonio Ramón Guinea–. Así se lo hemos solicitado», explica Morales, quien cree que la mediación del gobierno andaluz es imprescindible en esta cuestión teniendo en cuenta que, con la nueva ley de administración local, ni los ayuntamientos ni las diputaciones tienen competencias en suelos no urbanizables. «No es necesario crear una entidad nueva, y ni siquiera económicamente supondría un problema porque los ayuntamientos, la Diputación e incluso la Junta tienen fondos que pueden destinar a este fin», recuerda el presidente de la ADTA.

La situación actual del paraje, aunque es menos acuciante que el año pasado gracias al desbroce que los ayuntamientos han ejecutado en las últimas semanas a través del Plan de Fomento del Empleo Agrario (Profea) gestionado por la Mancomunidad de Desarrollo y Fomento del Aljarafe, urge a que el encuentro se produzca «cuanto antes», asegura Morales. Y es que, aunque los consistorios aljarafeños se han implicado «más de lo que les corresponde», llegando a desbrozar en torno al 80 por ciento de los terrenos, el riesgo de incendio en determinadas zonas donde la maleza se acumula –y que llega a esconder los merenderos de los caminos– sigue siendo alto a tenor de la sequedad de la vegetación.

De hecho, en un paseo en bici que José Luis, también miembro de la asociación, se dio por el conjunto del cauce restaurado, descubrió «tres o cuatro pequeñas zonas quemadas recientemente».