Se conoce al dedillo los entresijos de la sede colegial de la avenida de la Borbolla. Y eso que pasa temporadas en Costa de Marfil con las ONG vacuando a niños –600.000, calcula–. El cofundador del Instituto Hispalense de Pediatría, Alfonso Carmona, se presenta defendiendo la labor de sus predecesores, con los que ha compartido mesas y decisiones, pero dejando claro que el camino que él quiere emprender empieza, si así lo desean los galenos, a partir del 12 de junio.

—¿Por qué se presenta?

—La respuesta es fácil. Llevo bastantes años de experiencia en el Colegio de Médicos, pero nunca he estado como presidente. He sido leal y he hecho lo correcto como vicepresidente y como vocal de asistencia colectiva. Pero esta vez tengo la oportunidad de hacer lo que siempre he querido hacer aquí. —¿Cuál es el giro o impronta que quiere darle al colegio?

—El doctor Alcañiz ha conseguido regenerar el colegio en estos cinco años. Le ha dado transparencia y honestidad. Hacía falta una base sólida para llevar a buen puerto las necesidades que tiene el médico, tanto sociales, humanas, familiares y laborales. El colegio tiene ahora un peso específico importante.—Por tanto, ¿encabeza una candidatura continuista?

—El proyecto llega con una candidatura muy renovada, donde repiten solo cuatro miembros. Casi todos los que se incorporan son gente muy joven, con mucha experiencia en los servicios que están trabajando. —En lo de lista renovada coincide con su ahora rival.

—Más bien debemos coincidir en que los médicos necesitan de la unión de todos. Debe haber un proyecto de todos los médicos, da igual que estén en la pública, la privada o en instituciones penitenciarias. Hay que darle apoyo para que las condiciones laborales sean buenas para conciliar la vida familiar, permitirle prepararse, incluso fuera, con becas o ayudas desde el colegio, incentivar la formación desde el colegio y por supuesto trabajar para que no haya más contratos basura y haya una estabilidad laboral en la pública y la privada. —Llega el martes y resulta ganador, ¿cuál seria la primera medida que aplicaría?

—Tenemos una clara ventaja con respecto a cualquier otra candidatura. Conocemos el colegio desde hace años, sobre todo una parte del grupo. Sabemos donde están los problemas que han acuciado al colegio. Por eso, reuniré a mi candidatura y les enseñaré los recovecos de la administración y el camino a seguir. Si alguien me conoce, sabe que mi garantía es trabajar, trabajar y trabajar por los médicos, pacientes y familiares de los médicos. —¿Cree que este mandato será el del salto tecnológico?

—Claro. Si yo, que soy entradito en años, me estoy adaptando, los jóvenes ni te digo. Es el futuro. Queremos hacer una revolución de las redes sociales y la comunicación para que sepan las cosas que hacemos bien, desde la ayuda ante cualquier demanda o investigación hasta el asesoramiento al que quiere irse al extranjero. También a los que lleguen a España para que saber qué hacer para trabajar y estar bien formados.—Ha hablado antes de conciliar lo laboral y familiar.

—El doctor Sacritán está metido en las necesidades sociales, como guarderías subvencionadas, protección a nuestros mayores o ayudas de descanso del mayor. Son cuestiones que queremos potenciar y que ahora estamos en condiciones óptimas.—¿Cómo se puede mejorar la asistencia a las urnas? Una baja participación no ayudaría los aspirantes.

—Es la primera vez que me presento y me he pasado por los hospitales y los distintos servicios. Su colegio, el de Sevilla, es de todos los médicos. Es clave que todos vayamos. Si todos votan, todos en un momento dado podremos exigir. El que no lo haga tiene poco derecho a protestar. Yo lo pido para mí. Pero más importante es que vengan y digan que el colegio es de todos. Somos trece, pero detrás nos hace falta tener un verdadero ejército que, con sus demandas, vayamos en pro de exigirlas y defenderlas.