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El pleno dio ayer luz verde a la modificación de las ordenanzas fiscales que estarán en vigor a partir del 1 de enero. / Jesús Barrera
La bajada del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) es ya un hecho. La propuesta del gobierno municipal para dar cumplimiento al acuerdo alcanzado el pasado año con Ciudadanos para lograr su apoyo a los presupuestos consiguió pasar con éxito el trámite del pleno. Así, a partir de enero del próximo año, el impuesto se reducirá un 3 por ciento a los hogares sevillanos. Una medida que salió adelante gracias a la abstención de los concejales del PP quienes inicialmente pedían que esta rebaja alcanzara el 10 por ciento.
De esta manera, y a pesar del voto en contra de IU y Participa Sevilla, el coeficiente del Impuesto de Bienes Inmuebles se situará en el 0,7114, el más bajo de su historia reciente. A esta reducción fiscal, además, se sumará la bonificación del 95 por ciento en los recibos del IBI que abonan los inquilinos del parque público de viviendas de Sevilla (Emvisesa y AVRA).
Esta fue la medida más cuestionada y debatida ayer por los munícipes en un pleno extraordinario de ordenanzas fiscales que, por tercer año consecutivo, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, consiguió sacar adelante pese a gobernar en minoría. Prueba de ese casi arte son las múltiples combinaciones que se dieron para que nueve de los diez cambios que se proponían obtuvieran luz verde. Eso sí, el documento que se sometió ayer a aprobación llegó con varios recortes previos tras las negociaciones con los grupos y el informe del Consejo Económico y Social de Sevilla (CESS). Así, medidas como la subida de las tasas del cementerio, de los vados permanentes y la tasa de basura para los locales comerciales, las revisiones previstas en las tasas de la zona azul o las plusvalías no llegaron a debatirse porque el gobierno decidió retirarlas ante la falta de apoyo.
La aprobación de la rebaja del IBI fue, en cualquier caso, una máxima desde el inicio para el regidor hispalense. El impacto que tendrá en los bolsillos de los sevillanos así como en las arcas municipales centraron las principales críticas tanto IU como Participa Sevilla. «Engaño», «irresponsabilidad», «cobardía» o «comodidad» fueron algunos de los calificativos que dio a las ordenanzas fiscales el portavoz de IU, Daniel González Rojas, quien denunció que el incremento del IBI «es jugar con los ingresos municipales en un mercadeo político». Para el concejal, se reduce el techo de gasto, «una consecuencia irreversible que solo supondrá cuatro cafés en un año, que nos tomaremos a la salud de Ciudadanos», ironizó.
González Rojas empleó de hecho de unas declaraciones del propio alcalde para criticar la medida: «si bajamos nuestros ingresos, perdemos capacidad de invertir en resolver problemas de los ciudadanos» y recriminó al regidor su «giro a la derecha» del último año. «Se siente más cómodo con ellos porque se conforman con un bus y nosotros denunciamos todas las deficiencias de los barrios». El portavoz de IU fue tajante respecto a lo que las ordenanzas fiscales supondrán: «lastran los acuerdos de futuro. Aunque sigan diciendo que miran a la izquierda, ha llegado la hora de los hechos».
Muy similar fue la postura del concejal de Participa Sevilla, Julián Moreno, quien de hecho comenzó su intervención con un «amén» a las palabras del portavoz de IU. Además de tildar de «cobardía política» la decisión de retirar algunas de las medidas algo que ha hecho que, en su opinión el documento que se aprobaba fuera un «engendro». Lamentó la «irresponsabilidad» de bajar el techo de gasto y afeó al alcalde que «tenga acuerdos de primera y de segunda». «Los que firma con Ciudadanos los cumple, los que cerró con nosotros e IU, no».
Precisamente así comenzó su discurso el portavoz de Ciudadanos, Javier Millán. «Pacta sunt servanda, lo pactado debe cumplirse». Era el día de sacar pecho y el líder de la formación naranja no perdió la ocasión. «Nos tacharon de frívolos pero hoy esa locura es una realidad y, para disgusto de la izquierda radical, se ha bajado el IBI que beneficiará a los ciudadanos». Millán insistió en que «con la rebaja de 60 euros anuales se generará gasto y supondrá una reactivación para la economía». «Los sevillanos ya saben que quien baja los impuestos es Ciudadanos y lo hacemos de forma responsable». Ante las críticas sobre la reducción del techo de gasto, el líder de Cs en el Ayuntamiento apuntó que «la clave no está en invertir más sino en hacerlo mejor».
La postura clave en este punto la tenía el PP. Aunque había sugerido que la abstención sería su posible posicionamiento, en la intervención del portavoz Beltrán Pérez se despejaron todas las dudas. El edil criticó que no se hubieran contemplado ninguna de las 42 enmiendas presentadas pero «a pesar de estar marginados colaboramos para sacar adelante las ordenanzas y las medidas que son buenas para la ciudad».
El alcalde fue el último en tomar la palabra para recordar que «por tercer año salen adelante las ordenanzas fiscales y que lo hacen sin incrementar la presión fiscal. Se siguen garantizando servicios públicos, mejoran los ingresos, se aumenta en progresividad...». Espadas criticó a IU y Participa que hablen de cobardía «sin dar alternativas» a las propuestas que no les convencen, aprovechó para denunciar el «injusto modelo» de financiación local del Estado, y agradeció la colaboración de quienes han hecho posible que las medidas fiscales para el próximo año salieran adelante.
Subida de tasas
La rebaja del IBI ha ido acompañada de una serie de subida en otras tasas municipales. Entre ellas, destacan el sello del coche que, tras aplicar enmiendas de Participa e IU, tan sólo se aplicará la actualización para los coches superiores a los 16 caballos fiscales y motos de más de 500.c.c.. Además, se produjo el criticado casetazo y se actualizarán los costes de la instalación de las casetas de Feria. Tussam aplicará nuevas bonificaciones en el Bonobús Solidario y se incrementarán dos euros las entradas del Real Alcázar –que serán gratuitas también para los parados de la provincia– y los precios de los eventos en el conjunto monumental.
Hubo una modificación que no logró la mayoría suficiente para ser aprobada pues solo contó con el visto bueno del PSOE. Fue la referida a los documentos que expida o tramite la Gerencia de Urbanismo, donde se incluía la tasa de unos 300 euros para quienes cambiaran el uso de una vivienda residencial a turística.