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Sevilla acogió en agosto una manifestación por la unidad de España. / Manuel Gómez
Mientras el expresidente Puigdemont daba una rueda de prensa en Bruselas, el Ayuntamiento de Sevilla debatía sobre la idoneidad o no de hacer una declaración institucional en defensa de la «unidad de España, el restablecimiento del orden constitucional en Cataluña y en apoyo a la Policía Nacional y La Guardia Civil». El segundo pleno extraordinario que acogió ayer el salón Colón dejó claras en el debate de la propuesta, soportada por PP y Cs, que las posturas de las formaciones políticas en el ámbito local son calcadas a las que se mantienen a nivel estatal.
Por un lado, IU y Participa, que votaron en contra, aseguraron que la medida «no ayuda a solventar el conflicto sino que lo agrava», como apuntó el portavoz de IU, Daniel González Rojas, quien insistió en que la ciudad «tiene problemas más graves para hacer campaña electoral de este tema y ver quién tiene la bandera más grande». El concejal apostó por «tender puentes» y «dialogar». Frente el a por ellos, el con vosotros». De igual forma, la portavoz de Participa Sevilla, Susana Serrano, incidió en que «la ciudadanía tiene mayores problemas» que debatir en el pleno local y criticó que «se use y abuse» de la palabra patriota».
El líder de Ciudadanos, Javier Millán, presumió de «patriotismo constitucional» y aseguró que «es necesario defender el proyecto español». Criticó que los ediles «no quieran defender la Constitución que juraron o prometieron» y denunció que «el lugar cómodo es el del centro, el del diálogo». El proponente de la declaración, Beltrán Pérez, denunció que lo ocurrido es «un ataque al corazón de la nación» y recordó los «lazos humanos» que unen Sevilla con Cataluña. El líder de los populares recordó que su postura es la de la «coherencia» e insistió en que «es el desafío secesionista el que está al margen de la ley, no la defensa de las leyes que prometimos».
El PSOE, que apoyó la propuesta, quiso dejar patente sus «discrepancias». El concejal socialista Antonio Muñoz consideró la declaración «innecesaria» y aseguró que se hace un «flaco favor» al «generar más ruido». Igualmente, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, dijo respetar todas las iniciativas políticas siempre cuidando no patrimonializar los símbolos de todos. Aseguró que la situación «no afecta solo a los catalanes» pero insistió en la necesidad de «no generar más conflicto».