Los más de cien kilos de piedra del brazo roto de la cruz de la Iglesia de San Jacinto vuelven a ocupar su lugar desde este sábado, tras la restauración urgente del monumento que preside el atrio del templo y que quedó dañado a finales de julio por la caída de una rama durante la poda del ficus junto al que se alza.
Los andamios se mantendrán durante todo el fin de semana mientras se consolida la reparación.
Hay que recordar que fuentes de la Orden de Predicadores –propietaria de la parroquia–, también conocida como dominicos, aseguraron de que se trató de un «simple accidente» en el que los trabajadores cometieron un «pequeño error de cálculo» que propició la caída de una de las ramas sobre la cruz, seccionando en seco uno de sus brazos.