Este lunes cumple 24 años y los lazos que las unen van más allá de la sangre. La calle Sierpes tiene una hermana y es alemana, más concretamente de Renania del Norte, Westfalia.
De todos es conocido el hermanamiento entre ciudades del mundo, unidas ya sea por culturas parecidas, historia, razones económicas o, simplemente, por admiración. Sin embargo, que dos calles estén hermanadas ya es harina de otro costal. Es el caso de nuestra calle y Schadowstrasse, una de las vías comerciales más visitadas y con mayor índice de ventas de Düsseldorf, una de las ciudades germanas más cosmopolitas.
Si dan un paseo por Sierpes, justo a la mitad de la calle y en su intersección con Rioja, alcen la vista. Allí, bajo el nombre de la calle encontrarán un azulejo que conmemora tan curioso honor. Reza así: «Recuerdo del hermanamiento entre Schadowstrasse de Düsseldorf y la de las Sierpes de Sevilla cuyo protocolo se firmó en Alemania el 31 de agosto de 1991. Sevilla, marzo 1992. Año Exposición Universal». Para la asociación de comerciantes de la calle alemana ya era habitual establecer lazos con diferentes calles comerciales del mundo. Cada dos años la City Ring Schadowstrasse celebraba por todo lo alto su unión con una ‘hermana’ diferente, un exclusivo club en el que sólo podía entrar una vía por país. La elegida en 1991 fue la universal calle hispalense, que entraba en su lista de zonas comerciales famosas. Antes ya fueron hermanadas la Abeno Shopping Stree en Osaka (Japón) -no en vano Düsseldorf es conocida como la capital nipona a orillas del Rhin por tener una amplia comunidad de este país asiático- y la parisina Rue de Passy.
Fue una ocasión única para dar a conocer nuestros productos allá por tierras alemanas y la oportunidad no fue desaprovechada ni por autoridades ni por una representación de los comerciantes del centro. Era el 31 de agosto de 1991 y el protocolo de hermanamiento se firmaba en Düsseldorf. Cuentan las crónicas que días antes nuestros conciudadanos fueron recibidos en tierras germanas con una mini Feria en la que no faltaron las casetas típicas. Varios días de festejos que los nuestros correspondieron con una invitación a descubrir la placa conmemorativa el 13 de marzo de 1992, días antes del inicio de la flamante Exposición Universal. Los comercios más antiguos aún recuerdan ese día en que unos alemanes vinieron a estrechar lazos.