Una tarde al sevillano modo

Cientos de sevillanos tomaron el centro de la ciudad para vivir la jornada de vísperas del Corpus

14 jun 2017 / 22:22 h - Actualizado: 15 jun 2017 / 00:12 h.
"Corpus Christi"
  • El altar instalado en la plaza de San Francisco.
    El altar instalado en la plaza de San Francisco.
  • Una foto improvisada delante de un altar.
    Una foto improvisada delante de un altar.
  • Altar para el Corpus Christi en la plaza del Salvador.
    Altar para el Corpus Christi en la plaza del Salvador.
  • Numerosos comercios también engalanaron sus escaparates.
    Numerosos comercios también engalanaron sus escaparates.
  • La custodia de Arte que hoy llevará al Santísimo.
    La custodia de Arte que hoy llevará al Santísimo.
  • Cuatro de los pasos expuestos dentro de la Catedral.
    Cuatro de los pasos expuestos dentro de la Catedral.

«Esto es lo que más me gusta a mí del mundo, la víspera del Corpus Christi». Con bastante efusividad una sevillana comentaba a media tarde de ayer miércoles cuáles eran sus expectativas para la tarde que tenía por delante. El plan no era muy diferente al de cientos de sevillanos pero no por ello dejaba de ser apasionante para ella, que ya tenía además sus sillas sacadas en la zona estrecha de Francos para no perder detalle junto a su familia de la procesión.

La hoja de ruta para la tarde de ayer al sevillano modo consistía en salir a dar un paseo por el centro a la caída del sol, caminar por las calles por las que pasará esta mañana la sacra y más que extensa procesión, ver cómo se terminaban de montar los altares y escaparates y echarse una cerveza helada garganta abajo en cualquiera de los bares del centro. Eso sí, siempre que se encontrara un hueco medianamente aceptable en cualquier de ellos porque la jornada del miércoles y la de hoy para los bares es como el Domingo de Resurrección en la plaza de los toros. Cartel de no hay localidades y mucha apretura.

Hay quienes comenzaron su itinerario eucarístico haciendo una breve parada en la capilla de San Onofre, donde el Santísimo siempre está ahí en pleno corazón de la ciudad pero logra aislar durante unos minutos del bullicio a quienes le rinden una visita.

Desde la Plaza Nueva se tenía a tiro de piedra la Catedral de Sevilla, donde desde las siete de la tarde se podían contemplar los pasos que participan en la procesión de hoy. Antes de la seo la hermandad de San Gonzalo ultimaba el montaje de su altar en el primer tramo de la avenida de la Constitución, aunque estaba tan pegado a las vías del tranvía que cuando venía alguno de los coches los operarios tenían que dejar la tarea para no ser atropellados.

En el interior de la seo se mezclaban quienes iban expresamente a ver los pasos de la procesión y los turistas que no entendían tampoco demasiado qué eran esos pasos y por qué estaban ahí. Aunque no suele ser muy habitual, también se podía visitar la sacristía mayor del templo, una sala muy desconocida para la mayoría de los sevillanos y que guarda grandes tesoros.

Callejeando ya por la parte más estrecha y más íntima del recorrido, todavía sin la juncia y el romero que la mañana de este jueves adornará y perfumará el piso por el que pasará Su Divina Majestad, los ciudadanos llegaban a formar los clásicos tapones en el que había que pedir paso para seguir el camino. Muchos querían observar, lógicamente, los altares hasta el más mínimo detalle y preguntar qué hermandad lo montaba y qué elementos traían nuevos respecto a otros años. Los balcones y escaparates también eran otro de los grandes reclamos del centro histórico, y también llamaron la atención por la majestuosidad que presentaban para rendir hoy honores al Santísimo.

No faltaron tampoco a la hora de montar los altares las botellas y botellas de agua a mano. El sol comenzó a pegar fuerte durante la tarde del miércoles –se espera que hoy jueves azote todavía con más fuerza– y los montadores se las vieron y desearon para poder aguantar la subida del mercurio. «Ha sido tremendo pero bueno, sarna con gusto no pica», explicaba uno de los montadores mientras se afanaba en dejarlo todo listo antes de que pasaran los miembros del jurado del concurso de altares.

La tarde de vísperas también tuvo su espacio para los amantes de la música, que pudieron disfrutar en la plaza de San Francisco de un concierto de copla en el que actuaban al alimón la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla y el cantante Antonio Cortés, que encandilaron al respetable con interpretaciones como María de la O, La lirio, Limosna de amores o Romance de valentía.

Cuando cayó la tarde, el centro de la ciudad era un hervidero con miles de sevillano disfrutando de las vísperas pese a que el termómetro seguía pegando de lo lindo. Todo estaba preparado y listo para que el Corpus Christi reciba hoy el respeto de la ciudad y mantenga viva la fiesta más antigua de la ciudad en uno de los jueves en los que más luce el sol.