Triana, barrio marinero de Sevilla, de tradición flamenca y raíces gitanas, cuna de la alfarería y lugar de nacimiento de multitud de artistas. Es decir, un lugar muy especial que siempre se debería visitar cuando se viene a conocer Sevilla. En ocasiones, los turistas nos preguntan, ¿Triana merece la pena? ¿Qué hay que ver allí? Siempre les respondemos que por supuesto que sí, que merece la pena vivirla más que visitarla, ya que Triana no es área monumental como es la otra orilla; no tiene tantos museos, conventos o iglesias. Pues a pesar de eso, es un lugar que te engancha desde el primer momento que lo pisas.
Nada más entrar al barrio por el mítico puente de Triana (Puente de Isabel II), la Virgen del Carmen recibe a todos los visitantes en su pequeña y pintoresca capilla, situada en la Plaza del Altozano. Dicha plaza es un lugar donde ya se puede empezar a percibir el idilio del barrio con el arte, a través de una estatua dedicadas al flamenco, cuyo origen está estrechamente vinculado con Triana, y otra al torero Juan Belmonte. ¿Es capaz de fotografiar la Giralda a través del hueco que tiene en su torso?
Además, desde el Altozano se accede al bullicioso mercado de abastos, con sus coloridos puestos de frutas y verduras, pescados o especias. Un mercado que cuenta además con un lugar muy curioso, la CasaLaTeatro, un antiguo puesto reconvertido en escenario, donde solo 28 personas tienen cabida en un espacio mínimo pero que ofrece una amplia variedad de espectáculos. Y por si esto fuera poco, el mercado cuenta con el atractivo de un centro de interpretación situado en su subsuelo, ya que el castillo que en época musulmana estuviera allí situado sirvió siglos después como prisión de la triste Inquisición Española.
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Visitas guiadas por Sevilla / Seville walking tours
Por otro lado, la calle Pureza es, como su nombre indica, una de las calles más tradicionales y auténticas de Triana. Sus placas de cerámica recordando personajes ilustres, sus coloridas casas con sus vistosos zaguanes recubiertos de cerámica, o sus iglesias; la popular Capilla de los Marineros, hogar de la venerada Virgen de la Esperanza de Triana, y la Parroquia de Santa Ana, precioso templo mayor del barrio. Su origen se sitúa ni más ni menos que en el siglo XIII, cuando Alfonso X ordenó su construcción, según dice la leyenda, tras haberse curado milagrosamente de una enfermedad en sus ojos.
La calle Castilla es otra de sus señas de identidad, con un vistoso corral de vecinos situado junto a la Iglesia de la O. Entre ambos lugares podrá acceder al río, donde podrá disfrutar de un agradable descanso y de una inmejorable vista del Puente de Triana. Y qué decir de la siempre concurrida calle San Jacinto, donde los turistas se mezclan con los trianeros haciendo la compra, tomando un aperitivo, o simplemente descansando en alguno de sus bancos.
Tapear por Triana
Precisamente en la calle San Jacinto se encuentra uno de sus bares más populares, La Blanca Paloma. En su barra se acomodan como pueden sus incondicionales para pedir sus tapas más características; mis favoritas, las berenjenas rellenas de gambas, los boquerones fritos al limón y el mero con gulas al ajillo. Otro de los clásicos de Triana es Las Golondrinas. Le recomiendo ir a su local original, en la calle Antillano Campos. Es un bar muy pequeño (atención a su minúsculo baño), lo que aumenta la magia de este lugar, con una cocina que despacha continuamente su tapa más demandada, las puntas de solomillo. También me parecen exquisitos los champiñones a la plancha.
Un lugar más reciente que los anteriores es Maríatrifulca, en la Plaza del Altozano. Un lugar moderno, aunque, eso sí, situado en un lugar con mucha historia, el Faro de Triana, la estación donde se cogía el barco de vapor que recorría el río Guadalquivir hasta su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda. Ya sólo por las vistas del río merece la pena ir, y ya de paso para tomarse unas gambas de Huelva. También me encanta el Puratasca, en la calle Numancia; un lugar enormemente acogedor, donde se pueden degustar sorprendentes tapas como las piruletas de chorizo o los raviolis de carrillera.
Aunque ya en el límite con en el moderno barrio de Los Remedios, merece la pena acudir a Los Cuevas (calle Virgen de las Huertas) para degustar sus sabrosas tapas. Por ejemplo, el atún a la plancha con salmorejo, o su exquisito guiso de garbanzos con tagarninas. Pero tiene que dejar sitio en el estómago para degustar los dulces de Manu Jara, una de las mejores pastelerías de Sevilla (en calle Pureza y también dentro del Mercado de Abastos). Son dignos de mención sus famosos bocasús, rellenos de crema y cubiertos de diferentes sabores (mango, café, frambuesa). También sus tartas de zanahoria, de queso, de manzana rústica... Eso sí, ¡un sitio a evitar si está a régimen!
Por todo lo comentado en este post, sin duda te recomiendo incluir un tour por el barrio de Triana durante tu estancia en Sevilla, así te llevarás una imagen más completa de nuestra querida ciudad.
Triana, sailor neighborhood of Seville, with flamenco tradition and gypsy roots, cradle of pottery and birthplace of many artists. That is, a very special place that should always be visited when you come to know Seville. Sometimes, tourists ask us, is Triana worth it? What is there to see? We always answer that of course yes, it is worth living it more than visiting it, since Triana is not a monumental area like the other shore; It does not have so many museums, convents or churches. Well, despite that, it is a place that hooks you in from the first moment you step on it.
As soon as you enter the neighborhood through the mythical Puente de Triana (Isabel II Bridge), la Virgen del Carmen welcomes all visitors in its small and picturesque chapel, located in the Plaza del Altozano. This square is a place where you can begin to perceive the idyll of the neighborhood with art, through a statue dedicated to flamenco, whose origin is closely linked to Triana, and another to the bullfighter Juan Belmonte. Are you able to photograph the Giralda through the hole in his torso?
In addition, from the Altozano you can access the bustling food market, with its colorful fruit and vegetable, fish and spices stands. A market that also has a very curious place, the CasaLaTeatro, an old post converted into a stage, where only 28 people have space in a minimum space but that offers a wide variety of shows. And if this were not enough, the market has the appeal of an interpretation center located in its basement, since the castle that was located there in Muslim times worked centuries later as the prison of the sad Spanish Inquisition.
On the other hand, the Pureza street is, as its name suggests, one of the most traditional and authentic streets of Triana. Its ceramic plates remembering illustrious neighbors, their colorful houses with their gorgeous ceramic-covered hallways, or their churches; the popular Capilla de los Marineros, home of the venerated Virgen de la Esperanza de Triana, and the Parroquia de Santa Ana, a beautiful old church in the neighborhood. Its origin is no more nor less than in the thirteenth century, when Alfonso X ordered its construction, according to legend, after having miraculously cured of a disease in his eyes.
Castilla street is another of its hallmarks, with a colorful corral de vecinos (neighbors courtyard) located next to the Iglesia de la O. Between both places you can access the river, where you can enjoy a pleasant rest and an unbeatable view of the Triana Bridge. And what about the always busy San Jacinto street, where tourists mingle with the trianeros doing the shopping, having a snack, or simply resting in one of its banks.
Tasting tapas in Triana
Precisely in San Jacinto street is one of its most popular bars, La Blanca Paloma. In his bar they are accommodated as they can their unconditional to ask for their tapas more characteristics; my favorites, the aubergines stuffed with prawns, the anchovies fried in lemon and the grouper with garlic gulas. Another of the classics of Triana is Las Golondrinas. I recommend you go to its original place, on Antillano Campos street. It is a very small bar (attention to its tiny bathroom), which increases the magic of this place, with a kitchen that continuously dispatches its most demanded tapa, the pork sirloin (puntas de solomillo). The grilled mushrooms also are exquisite.
A more recent place than the previous ones is Maríatrifulca, in Plaza del Altozano. A modern place, although located in a place with a lot of history, the Triana Lighthouse, the station where the steamboat that ran along the Guadalquivir River was caught up to its mouth in Sanlúcar de Barrameda. Already only for the views of the river it is worth going, and why not to take some prawns from Huelva. I also love the Puratasca, in Numancia street; an enormously cozy place, where you can taste amazing tapas such as chorizo lollipops or cheek ravioli.
Although already in the limit with the modern neighborhood of Los Remedios, it is worth going to Los Cuevas (Virgen de las Huertas street) to taste its tasty tapas. For example, the grilled tuna with salmorejo, or its exquisite chickpea stew with tagarninas. But you have to leave room in the stomach to taste the sweets of Manu Jara, one of the best patisseries in Seville (in Pureza street and also inside the Food Market). Worthy of mention are its famous bocasús, filled with cream and covered with different flavors (mango, coffee, raspberry). Also their carrot cakes, cheese, rustic apple ... Of course, a place to avoid if you are on a diet!
For all the comments in this post, I recommend without hesitation to include a Triana tour during your stay in Seville, so you will get a more complete picture of our beloved city.