125 ANIVERSARIO DE EL CORREO DE ANDALUCÍA

De los cafés cantantes a una industria cultural que mueve millones de euros

Café cantante El Burrero, hacia 1885, en Sevilla

Café cantante El Burrero, hacia 1885, en Sevilla / Emilio Beauchy Cano

Patricia Godino

Patricia Godino

Una de las imágenes más emblemáticas de la historia del flamenco y de los inicios de la fotografía es la del Café Cantante El Burrero de Sevilla, con un elenco de artistas sobre el escenario y los parroquianos dando buena cuenta de sus vasos de vino. Captó la escena Emilio Beauchy Cano allá por 1888. Y por aquellas fechas, seguramente, ya andaría el cardenal Spínola dándole vueltas a la cabeza para fundar El Correo de Andalucía, que finalmente salió a la calle en 1899.

Pensar por un momento en cómo ha cambiado la cultura en todas sus disciplinas artísticas y formas en estos 125 años de historia es un viaje apasionante por los desafíos que los artistas y el público han vivido a lo largo de este siglo y cuarto de vida. Un tiempo en el que han aparecido nuevos canales de creación, plataformas, escenarios y nuevas formas de mirar la vida traducidas luego en películas, libros, exposiciones, obras de teatro, festivales y creaciones de todo tipo que nos hacen crecer como sociedad.

Pero no sólo es la obra de arte y lo que supone en la experiencia individual: la cultura es hoy la razón por la que el turismo -ese motor económico que tantas lecturas tiene- ha evolucionado del sol y playa al de un viajero interesado en el patrimonio y la oferta de espectáculos que tienen las ciudades andaluzas. Sólo hay que ver la entrada diaria a la Alhambra, la Mezquita, la Catedral de Sevilla, o los espectadores de citas como Icónica o la Bienal, el festival de Jerez, la temporada en el Maestranza, las ferias del Libro o los distintos ciclos de teatro y danza que se impulsan desde todos los puntos de la geografía. No hay pueblo sin agenda cultural, eso también es un logro colectivo.

En 2022, más de 10 millones de los 30 que nos visitaron los hicieron atraídos por nuestra oferta cultural.

Pero estos datos notables no deben esconder una realidad: como en el resto de España, Andalucía tiene un sector cultural muy atomizado en pequeñas pymes, que con enorme esfuerzo cuadran nóminas. Por eso, más allá de grandes citas franquiciadas, hace falta una apuesta decidida de las administraciones por apoyar al sector de base y, lo que es clave, agilizar la elefantiásica burocracia a la que se enfrentan en cada proceso y concurso público.

Andalucía tiene un sector cultural muy atomizado en pequeñas pymes, que con enorme esfuerzo cuadran nóminas

Porque tantas veces no es dar más ayudas sino no entorpecer el duro camino de los trabajadores de la cultura. Estas dinámicas la sufren en otros ámbitos, sí, pero en este caso las dilaciones complican la supervivencia de muchas empresitas que hacen cultura conscientes que trabajan desde lo privado para el bien común.

Flamenco y cine, a la cabeza

Pero en un 125 aniversario, toca celebrar. Por sectores, el flamenco ha experimentado una evolución enorme gracias a creadores que, desde sus raíces, han explorado junto a otros estilos y músicas. Hoy sus espectáculos ocupan, por derecho, las fechas centrales de los grandes teatros de Europa y más allá. Paco de Lucía abrió el camino y las generaciones posteriores han trabajado fuerte por mantener en la primera línea este arte que en Sevilla tiene su gran cita durante la Bienal de Flamenco.

Y si el cine es una evolución de la fotografía (no habría lo primero sin lo segundo), ésta es una industria que en Andalucía ha evolucionado hasta cotas de excelencia gracias a la profesionalización de un sector que ha entendido (y peleado) por hacer cine desde el sur: Alberto Rodríguez, Celia Rico, Rafa Cobos, Rocío Mesa, Benito Zambrano, Santi Amodeo… son los nombres propios en la dirección de proyectos con mucha gente trabajando detrás.

GRAF6466. MADRID, 07/09/2023.- Fotografía del rodaje de "La Sociedad de la Nieve", de Juan Antonio Bayona. "La sociedad de la nieve", "20.000 especies de abejas", de Estíbaliz Urresola; y "Cerrar los ojos", el regreso al cine de Víctor Erice, son las tres películas preseleccionadas por los académicos para luchar por el Óscar a mejor película extranjera. El sistema establece dos rondas de votaciones, de modo que hasta el 20 de septiembre no se sabrá la elegida. EFE/Netflix - SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO) -

Rodaje de 'La Sociedad de la Nieve', de Juan Antonio Bayona, que tuvo lugar en Sierra Nevada. / Netflix

El talento de los intérpretes, guionistas y técnicos se refleja, cada año, en la lista de premios que logran en todos los festivales además de en el interés de directores de otras latitudes por localizar sus proyectos en esta comunidad. Desde las macroproducciones de Juego de Tronos a pequeños spots de productoras locales, todo suma en un sector muy engrasado. En datos, el impulso de los rodajes (y con ellos, el turismo cinematográfico) en 2022 fue de récord: más de 1.400 rodajes que dejaron unos 141 millones de euros en contrataciones de equipos, logística, alojamiento…

En 2022 fue de récord: más de 1.400 rodajes que dejaron unos 141 millones de euros en contrataciones de equipos, logística, alojamiento

El capítulo de debes sería largo e inabarcable en un artículo si se atiende las ocho provincias. Sólo en Sevilla, cuna de este periódico, el debate está, por un lado, en la continuidad de proyectos que con cada cambio de gobierno se resienten -Bienal, Festival de Cine, Feria del Libro- y, por otro, en materia de patrimonio, en dotar de contenido a dos de las grandes intervenciones de los últimos años, la Fábrica de Artillería y las Atarazanas. Por último, y logrado ya el inicio de las obras del Arqueológico, atender a un clamor que se cuenta desde hace décadas: desbloquear la ampliación del Museo de Bellas Artes al Palacio de Monsalves.

Todos estos retos, en realidad, tienen algo en común: requieren una lente limpia, desinfectada del polvo diario de la micropolítica, una mirada larga que combata el paso del tiempo como aquella de Beauchy, hace más de un siglo, desde el café cantante que alumbró la forma por la que Andalucía y España se conocen en el mundo, el flamenco.

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