La Cara Oculta - Relato VI

Más de cuarenta cuentos en dos referencias editoriales esta semana

29 ene 2023 / 22:58 h - Actualizado: 29 ene 2023 / 23:02 h.
"La cara oculta"
  • La Cara Oculta - Relato VI

Sólo traigo un par libros en esta entrega. Ando fatal de tiempo para leer, que tengo que escribir obra propia y me lío.

Tampoco creáis que me llegan demasiados volúmenes de relatos, pero no quería retrasar más el comentaros estas singulares propuestas.

Marchando un dúo de retapados de cuentecillos.

La Cara Oculta - Relato VI

36 maneras de quitarse el sombrero, de Miguel Ángel de Rus. Páginas: 357. M.A.R Editor. P.V.P:17 €

Esto podía haberse titulado perfectamente« Treintaiséis formas de sacarse el rab...,» perdón.. me dejo influir por de Rus cuya forma es menos chabacana que la mía, pero no por ello menos explícita.

De Rus es un señoro muy señoro, puro macho de los de antes y que conciben la figura femenina con un alto componente de sexualización. Casi todos los personajes de este libro se fijan en las turgencias de lo turgente, las hendiduras de lo hendible y, en general, describe a las mujeres, ya no en base a esa belleza ideal que podría llamarse serena, sino en escala de voluptuosidad.

Esto puede parecer políticamente incorrecto, pero tiene su público y para aquellos que mantenemos la mente abierta no es obstáculo para disfrutar de este recopilatorio. Sobre lo del tema de lo correcto o lo WOK o anti WOK (no tengo muy claro qué es lo “bueno) hay que leer con atención « ¿Y su juramento hipocrático? » que también da un repasito a las redes sociales.

La forma es excepcional, algo relamida en ocasiones, pero correctísima y con momentos brillantes que me recuerdan a la poesía de poetas de la premovida, movida y removida madrileña y de otros tablaos.

En la sinopsis se vende esto como cortos de humor, y algunos que se podrían catalogar como tales, pero en muchos otros, en cambio, la sonrisa huye y aparece la mueca del espanto. Sobre esto último destaca «Retrato de Soros con hiena», con escenas muy impactantes y un argumento sobre justicia o venganza que pide continuidad hacia la novela.

Hay también extrañas odas a curiosas musas, como la que encontramos en «El pan ácimo», dedicada a la mítica actriz porno Jenna Jameson, a quién no se nombra en ningún momento pero cuya figura es totalmente reconocible. Me ha parecido una extravagante historia de amor no exenta de belleza.

Se cuela la opinión, o incluso el desahogo, en esta antología que disfraza de ficciones y utiliza la voz de los personajes para que el autor se quede bien a gusto largando de todo aquello que le molesta, le enerva, no comprende o simplemente no le gusta. Como ejemplo, ahí queda «Woody Allen que estás en los infiernos». A mí esto me parece una gran terapia y uno de los motores de la literatura a nivel universal, por tanto tiene mi venia. Así que todo se teje con mucha ironía, humor negro y acidez, vamos, lo que es mala leche y cierta tendencia a la escatología.

De cada uno de los capítulos un lector aplicado puede aprender algo, si va a querer luego enfangarse en lo de juntar letras, y uno descuidado disfrutar sin más ambiciones.

Yo he gozado muchísimo «No se explica» escrito a la perfección con léxico y modismos argentinos, de tal manera que el propio cerebro llega a interpretar el texto con el acento y musicalidad de aquellas tierras. Me ha parecido magistral.

Muy variado en temáticas y escenarios que se pasean por la ciencia ficción (y sus distintos subgéneros), la crónica, el suspense, el surrealismo inquietante, y todo el catálogo propio del pulp truculento o marginal.

Muy recomendable si se gusta de la provocación y lo obsceno.

Índice de relatos:

«Mitad cordero, mitad gato, toro al final».

«Agosto del 2032».

«¿Por qué no te callas? ».

«Pork Fat Pizza».

«Una perra de las más ardientes».

«Miró y otros objetos rescatados de la papelera».

«Retrato de Soros con hiena».

«En el cementerio de Pére-Lanchaise».

«Bristle-Sow, nueva compañera».

«Sobre la paradoja de Fermi».

« ¿Y su juramento hipocrático? ».

«Hieródula bellísima».

«El pan ácimo».

«Les llevará a comerse a sus semejantes hasta acabar con la raza humana».

«Náuseas».

«No se explica».

«A ver si acaba 1938».

«El Toro de la Vega».

«Marcel Proust en la Feria del Libro».

«No nos importa la división».

«Los monos de Berbería».

«Epílogo de Democracias intervenidas por títeres sin cabeza».

«El rayo rojo».

«Miguel Mihura y la familia extrañada».

«Siempre te quedará tu perrito pomerania ».

«Un muro de negocios».

«Hilas, las ninfas y la publicidad en los urinarios».

«Un actor mortal».

«Woody Allen que estás en los infiernos».

«Una tercera madre

«La realidad tiene menos influencia que las emociones».

«Una justicia horizontal».

«El Siemprealegre».

«Políticamente correcto».

«La cámara del beso».

«Las gaviotas».

La Cara Oculta - Relato VI

Comas suspensivas, de Israel Alonso. Páginas: 244 Editorial Cerbero. P.V.P:20 €

Preciosa edición de lujo para esta recopilación. Tapa dura, formato cuadrado de diecisiete por diecisiete centímetros como remedo de la presentación de un disco compacto, y un cuidadísimo diseño, minimalista y elegante, en todo el tomo.

Abre con un prólogo tan personal y bien llevado que casi da pena que se termine. Es una de esas crónicas insignificantes de las de cotidianeidades de andar por casa, pero a mí me ha gustado mucho.

Luego el tema ha ido decayendo, la sensación general es la de un cuaderno de recortes, un rescate de textos sueltos y desmadejados. Es interesante como obra experimental en la que se pueden encontrar redacciones de las que yo llamo “de calentamiento”; son tecleo de ejercicio de estilo, del que se realiza antes de meterse con composiciones que requieren de más técnica. El guión, representado por «Plátano herido». Con colaboración de Nieves Delgado, convive con el cuento más reglamentario y también con la poesía.

Es en esta última dónde destaca Alonso y me sorprende. Ya l había leído antes cosas suyas y lo había encasillado en la extravagante idea del pulporno que desarrolla en la obra coral «Exilium» (muy maja), pero no lo había disfrutado en métrica y rima.

Disfrutar es la palabra porque «A la orilla del río» es una delicia que no necesita de la maqueta propia del poema en versos para que la lectura tome su propio ritmo. Es buenísimo, conmovedor, con estrofas sobresalientes, imágenes preciosas y una técnica intachable en el momento de contar sílabas. Estas me tienen loca:

Toas las palomas que cojo, palomas de mi infortunio, surcan contra la corriente del duermevela profundo. Muerte, nadie te ha dao vela, porque se atraganta el luto, porque no rimas con nada, porque tu verso es murmullo.

Merece tanto la pena su lectura que os dejo al final un enlace, que me pasa el autor, con vídeo dedicado a esta poesía. De verdad es un regalazo.

Además también llama mi atención «La barrera » escrito en puro argot y con las formas fonéticas, despreciando cualquier ortografía formal. Hay que echarle redaños para leerlo y más para enterarse de la historia de perdida ambientada en una distopía de desigualdad social extrema, pero hay que reconocer el trabajo que lleva y está muy bien cerrado.

«G-Tierra» es lo más comercial del todo el contenido. Un planeta terraformado gracias multinacional de la informática; advertencia sobre lo que ocurrirá en esos mundos regidos por directrices empresariales ;y un gato alienígena (o no)., lo del gato ya da puntos.

Once textos quizás demasiado íntimos, puede que compongan un producto editorial difícil de catalogar y dirigido a un público muy reducido, pero no dejan de tener su gracia, su arte y su oficio.

Índice de relatos:

«Prólogo».

«Ahora empieza todo».

«La tarde que llegaron las bestias».

«G-Tierra».

«A la orilla del río».

«Plátano herido».

Verás crecerla Luna».

«La barrera».

«Silencio a dos voces».

«Y luego nada».

«Coda».

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Más en siete días, si Dios quiere y el respetable (vosotros, nenas y nenes, vosotros) quiere.