Poetas en Luque

Poetas en Luque

Poetas en Luque / Concha García

Concha García

Luque está situado en la comarca de la Subbética cordobesa . Nos encaminamos desde Córdoba con el auto del escritor lucense José Antonio Fernández, coordinador del Primer Encuentro de Poetas que se celebraba en Luque. Durante el trayecto, cuando nos acercamos a un pueblo llamado Santa Cruz, me dice que por allí tenía la finca el torero Manolete. Se iba a casar en su lecho de muerte a causa de la cornada de un toro con su compañera de origen mexicano llamada Lupita, pero al enterarse la familia, ésta lo impidió logrando su objetivo, ahora no sabe de quién es todo aquel territorio. Miro por la ventanilla y me pregunto cuánto ganaría el torero para comprar todo aquello. Atravesamos el hermoso campo lleno de jaramagos, trigo y cebada, a finales de marzo también se ven amapolas. A lo lejos, vemos el castillo de los duques de Osuna en un pueblo llamado Espejo. Es una de las huellas de un pasado donde mandaban los “nobles” y la “iglesia”, no ha cambiado demasiado, pero se puede respirar mejor.

Da gozo mirar las torres de las iglesias de estos pueblos como Castro del Río mientras lo atravesamos y el paisaje se muestra palpitante en nuestro avance, solo cambia cuando de repente aparecen olivos, muchísimos olivos perfectamente alineados que se pierden el las lomas a lo lejos. Una potente chimenea inunda el cielo de humo que no para de salir, nos acercamos y el humo se acerca movido por el aire. Se trata de una orujera, es muy contaminante debido a que su combustión produce gases nocivos. Pasamos por Baena, población que da la denominación de origen a los aceites que se producen en la zona. La Subbética está constituida por 14 municipios y declarada como Parque Natural.

Llegamos a Luque donde nos reunimos más de treinta personas venidas de otras poblaciones andaluzas, casi todos poetas. En la Plaza de España las vistas son espectaculares, llega a verse la Sierra Nevada a lo lejos. Luque es “Tierra de frontera” por su ubicación geográfica entre la sierra y la campiña además fue frontera en el medievo con el reino nazarí de Granada. Nos dice un guía que antes, en la Torre del Reloj, el lenguaje de las campanas era necesario porque era una vía de comunicación de primer orden, pero que ahora aquello se perdió. Se pierden muchas cosas pero ahí están los poetas para que no se olviden con sus lenguajes atravesados de imágenes y metáforas.

Antes también pasaba un tren al que llamaban tren del aceite, ahora en la estación, a unos tres kilómetros del pueblo, se ha convertido en tienda y restaurante que conserva vestigios de lo que fue. Luque hace siglos era un bosque, de ahí el gentilicio: Luque, de locus en latín, que quiere decir bosque o lugar de los bosques sagrados. Los poetas prestábamos atención a las explicaciones del guía, en algún momento dijo que un mosquito puede acabar con un rey y nos recordó que Carlos V murió en Yuste de malaria.

Comimos apretados en un restaurante en cuyas paredes se manifestaba el horror vacui. Había pistolas colgadas sin ton ni son, un conejo disecado de pie, relojes varios, cabezas de jabalí con las fauces abiertas, llaves de todo tipo, una vieja televisión y sobre ella un cañón de juguete y más arriba a la misma altura, un teléfono negro de los de antes, jamones colgados, un ave de rapiña disecada con las alas abiertas... Se respiraba alegría y poco se podía conversar. Me hubiese gustado escuchar un villancico típico, nada parecido a lo que estoy acostumbrada a oír con los peces en el río y la virgen o el fun fun fun catalán. Había una poeta que tenía un anillo de templaria, me acerqué a ella interesada por la joya y su significado. La invistieron con espada y ropaje, sólo piden una ética de comportamiento. Yo pensaba que los Templarios eran cosa del pasado. Durante casi dos horas estuvimos prestando atención a las lecturas de poemas que presentó la alcaldesa en el espléndido teatro. Me estremecí viendo tanta gente atenta y aplaudiendo tras cada poema. Había de todas las edades. Era un sábado distinto para todos nosotros. Me encontraba entre la buena gente a la que se refería Antonio Machado. Quizás en los pueblos de Andalucía haya quedado un regusto amargo a causa de cómo se les ha tratado desde distintos regímenes políticos, sin duda, el peor fue el terrible golpe de estado de 1936. La última batalla de la Guerra se produce en tierras cordobesas conocida como la Ofensiva de Valsequillo, los miles de muertos fueron enterrados en el mismo campo de batalla, luego empezaría la durísima posguerra y la emigración de la población hacia Cataluña, el País Vasco o a otros países como Francia o Alemania.

La luz solar nos ofrecía, cuando regresábamos, colores cambiantes que a medida que avanzábamos se iban aminorando hasta dejar una luz tenue los pueblos de la Subbética desde donde el resplandor de los castillos cubría como un manto las casas blancas y los campos.

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