Lama La uva, la tienda de vinos de Sevilla
Ana Linares hace realidad su sueño junto a Las Setas
Carlos M. Montero
Seguro que muchos de ustedes, si les hablo de la calle Regina y echan para atrás su memoria, recuerdan aquel rincón de Sevilla lúgubre, que empezaba en el descampado vallado que era la plaza de la Encarnación y terminaba en la calle Feria. Lo más atractivo que tenía la calle, y ni siquiera estaba en la propia calle, era el Cine Regina. Uno de los clásicos que ya desapareció y donde podíamos disfrutar de las películas de estreno, un par de semanas después, pero a mitad de precio.
En la actualidad, todo ha cambiado y esa evolución hizo que el tiempo se llevara por delante el mítico cine y pusieran un supermercado. Algo que no corresponde mucho con la evolución en sí. El caso es que, tras un proceso de profunda transformación donde Las Setas, a pesar de las fobias, ha jugado un papel decisivo, la calle Regina se ha convertido en un espacio vivo, desde el principio hasta el final. Restaurantes de todo tipo comparten espacios para satisfacer las exigencias del cliente más puntilloso convirtiendo esa zona de la Encarnación en un referente gastronómico de Sevilla.
Como diría mi tío Garmendia, “y en hablando” de referentes gastronómicos, permítanme que les lleve de la mano al número de la calle. A un establecimiento pequeñito donde predomina el color verde y el gusto por los más mínimos detalles. Es un lugar donde se descubren vinos ricos, caros y baratos, pero ricos, y de la tierra. También cervezas artesanas, quesos y otros manjares que quizás pueda pensar que no se puede permitir. Aquí se prueban vinos, se pregunta, se hacen catas locas, citas de arte y literatura. Se descubren vinos que te cambian el día, el año o la vida. Vinos que regalarse uno mismo, vinos que regalar a los demás, vinos que unen parejas, familias y amigos. La sabiduría del buen vivir, del buen beber y ahora también del buen comer con carta de productos gourmets donde los ibéricos y las tostas son protagonistas junto a una espectacular “curryburger” de pulledpork con panceta, minilonis de pato y foie, tataki de atún, marinera de sardina ahumada, flor de burrata al pesto, “papas arrugás” y hasta salmorejo. Amplia y para elegir, sin temor a equivocarse.
El sitio ya es uno de esos imprescindibles de Sevilla de los que les hablo en muchas ocasiones y donde me gusta hacer especial mención porque tienen que visitarlo sí o sí. Su equipo es motivo de orgullo para ella, pero una de las mejores cosas que le puede pasar si visita Lama La uva es encontrarse con Ana Linares, su propietaria. Es una mujer temperamental, con las ideas claras. Un corazón andante que rebosa sabiduría, a pesar de su juventud, y ama los vinos. Con un profundo conocimiento de lo que vende y de cómo quiere venderlo, Ana se ha convertido en un referente en este mundo participando en charlas, eventos, mesas redondas y, recientemente, formó parte del panel de cata de los VIII Premios Mejores Vinos de la Provincia de Sevilla, donde tuve el honor de compartir decisiones y vinos con ella. Una comunicadora nata que utiliza este rinconcito mágico de la ciudad, paraíso para los amantes de los buenos vinos, para expresarse, explayarse y disfrutar dándole cordura a su locura. Eso sí, siendo honesto he de advertirles del enorme poder adictivo que tiene esta mujer.
Un producto mimado con materias primas de calidad, la pasión por su trabajo y Ana. Todo para triunfar en esta ciudad, a falta de que usted vaya a visitarla.
- Las lluvias pueden llegar el domingo a Andalucía a estas provincias según Aemet
- El tiempo en Andalucía cambiará para el puente de diciembre
- La empresa sevillana multada por servir comida podrida gana el contrato de los menús para migrantes de Canarias
- El bebé asesinado en Linares presentaba golpes y mordiscos, las mismas lesiones que su gemelo hospitalizado
- La única tumba inglesa de Zahara de los Atunes: la historia del joven marine al que mataron los nazis
- Miles de personas protestan en Sevilla por la financiación de la discapacidad: 'Estamos en una situación límite
- Fallece Antonio Romero, un político 'rojo' con alma de jornalero
- Diez mil euros por contrato y dos mil por el padrón, el chantaje a los temporeros en Huelva y Almería