Solo 0,1% de los andaluces considera la violencia de género un problema principal: "Preocupa la distancia social"

Un 4 de diciembre de 1997, Ana Orantes (Granada, 1937) acudió a Canal Sur para contar en la televisión pública andaluza que su marido le había maltratado física y psicológicamente durante 40 años, y también a sus hijos. Trece días después, él la roció con gasolina y le prendió fuego en la puerta de su domicilio, en la localidad granadina de Cúllar Vega.

Orantes fue pionera en denunciar públicamente la violencia machista, y su asesinato marcó un punto de inflexión en la historia de España: se modificó el Código Penal y en 2004, bajo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, se aprobó por unanimidad la Ley Integral contra la Violencia de Género.

Mucho camino se ha recorrido desde entonces en materia de igualdad y lucha contra la violencia de género. Pero los feminicidios, la violencia vicaria, las agresiones sexuales y tantas otras formas de violencia contra las mujeres siguen produciéndose a diario. Por eso, cada 25 de noviembre tiene lugar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Andalucía, referente

Miguel Lorente, ex delegado del Gobierno para la Violencia de Género entre 2008 y 2011 y médico forense, atiende a El Correo de Andalucía para poner el foco en Andalucía y analizar qué tareas tenemos pendientes, como sociedad, en el camino de la erradicación de la violencia contra las mujeres.

Como contexto, descata el hecho de que Andalucía aprobó en 2007 su propia Ley Integral contra la Violencia de Género. Lorente recuerda que "durante mucho tiempo Andalucía ha sido referente, y no sólo por eso, sino que fue la primera comunidad que creó la unidad de evaluación forense integral". "Creo que lo que tenemos que hacer es tomar ese testigo, ser responsables con toda esa historia y ese trabajo previo y seguir liderando, con recursos y especialización", reflexiona el experto.

"Me preocupa la distancia social"

Lorente comienza la conversación subrayando su preocupación por "la distancia social" que existe entre la ciudadanía y la violencia de género. En concreto, se refiere a los datos que arrojan los barómetros de opinión pública del Centra (el conocido como "CIS andaluz" que realiza el Centro de Estudios Andaluces, dependiente de la Consejería de Presidencia). En la última encuesta, solo el 0,1% de las personas encuestadas consideró la violencia de género como uno de los principales problemas de Andalucía. A nivel nacional, según el último barómetro del CIS, este preocupación se sitúa en el 0,9%.

Para Lorente esto es alarmante porque "estamos hablando de mujeres asesinadas, que es la expresión más grave de la violencia. Cada caso se conoce y sale en todos los medios de comunicación, y ese conocimiento no genera un posicionamiento crítico para tomar conciencia de la gravedad". "Si no somos conscientes de esta realidad nunca vamos a ser capaces de solucionar la violencia", resume.

En Andalucía, 266 mujeres han sido asesinadas a mano de sus parejas o ex parejas desde 2003, año desde el que existen registros oficiales. "Cada año, de media, se asesina a 60 mujeres. Esto quiere decir que cada año hay 60 asesinos nuevos", reflexiona el experto.

Una de las formas más crueles de violencia contra las mujeres es la violencia vicaria: "Es una violencia extendida, porque su fin es amenazar y dominar a la mujer a través de dirigir la violencia a sus seres queridos, en este caso, los hijos", explicó Lorente a este periódico a raíz del doble crimen cometido en una localidad de Almería el pasado mes de marzo. Diez menores han sido asesinados por (en la mayoría de los casos) sus padres biológicos desde 2003 en Andalucía; en toda España, los datos escalan hasta la escalofriante cifra de 61 menores víctimas mortales.

"Vidas doblemente arrebatadas"

No son pocos lo casos en los que un asesinato machista sesga más de una vida: las de los hijos de las víctimas. ¿Qué pasa con todos esos huérfanos por la violencia de género? ¿Está el sistema dando una respuesta adecuada y suficiente para ellos? En opinión de Lorente, "no tenemos unos programas que garanticen el adecuado tratamiento de estos menores".

"Tenemos que darles una vida que les hemos arrebatado, como sociedad, doblemente. Una vida emocional, por no haber evitado el asesinato de su madre; y una vida material, para recuperarlos del trauma y orientarlos en su formación", subraya Lorente. En Andalucía, los feminicidios dejaron a 74 menores huérfanos entre 2002 y 2022 (último anuario disponible).

En este sentido, el ex delegado explcia que es fundamental dotar a estos huérfanos "de recursos e instrumentos para que no se vean obligados a abandonar los estudios porque los familiares no pueden costear que vayan a la universidad". Aunque existen iniciativas privadas para ayudar en este ámbito, como el fondo de becas de la Fundación Soledad Cazorla (la primera mujer Fiscal de Sala contra la Violencia sobre la Mujer), Lorente considera que "no podemos dejar en manos de fundaciones un problema que es estructural y que tiene que tener una respuesta institucional".

Una transformación social

La semana pasada la Junta de Andalucía presentó su campaña de este año de cara al 25N. En esta ocasión la Consejería de Igualdad puso el foco en el conjunto de la sociedad, a familiares, vecinos, compañeros de trabajo..., haciendo un llamamiento a toda la población, para que se implique en la detección y denuncia de la violencia de género.

"No es un problema de las mujeres", declaró la consejera, Loles López, sino que "hombres y mujeres tenemos que plantar cara a esta situación, especialmente la población joven". El pasado jueves, un informe de CCOO sobre la situación de la violencia de género en Sevilla alertaba de la radicalización del machismo entre los más jóvenes, una situación que se ve potenciada "por los discursos negacionistas de la extrema derecha".

Un apunte interesante que realiza Lorente sobre las campañas, en general, es que su éxito no está tanto en los mensajes como en su continuidad a lo largo del tiempo. Como ejemplo cita las famosas campañas de la Dirección General de Tráfico: "Las campañas de la DGT son buenas porque están en marcha durante todo el año: unas veces hablan del consumo de alcohol, otras sobre el cinturón de seguridad, del casco en las motos, sobre los adelantamientos... son campañas que lo tocan todo y se va creando una conciencia de que los accidentes de tráfico se deben a múltiples causas". Lo mismo, en opinión del experto, debería hacerse en las campañas sobre violencia de genero.