BREXIT

Otro año más sin acuerdo en Gibraltar: el control de la Verja bloquea el diálogo

Exteriores sostiene que las "negociaciones se mantienen y los equipos siguen trabajando" pero en la comarca del Campo de Gibraltar desconocen por completo cuándo se podrá rubricar el Tratado entre España y Reino Unido a cuenta de las relaciones con la colonia

Quedan horas para que acabe el año y en La Línea de la Concepción ya lamentan que este 2024 no haya sido el año, éste tampoco, en que se rubrique el acuerdo que ponga fin en el Campo de Gibraltar a los flecos que dejó el Brexit votado en referendum el 23 de junio de 2016. Un acuerdo que no llega y que mantiene en vilo la vida de los más de 15.000 trabajadores transfronterizos y los más de 20.000 autonómos y visitantes que a diario cruzan la Verja, el puesto policial con presencia española y británica donde se realizan los controles de entrada y salida de este espacio fuera de la Unión Europea. Dependiendo del ánimo diplomático, este proceso es más o menos fluido.

El Campo de Gibraltar, y concretamente el Puerto de Algeciras, uno de los principales de toda Europa en tráfico de mercancias y personas, es el escenario desde donde el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, despedirá 2024 en su tradicional mensaje de Fin de Año.

Estos días de Navidad, Juan Franco, alcalde de La Línea, y Fabián Picardo, ministro principal de Gibraltar, felicitaron juntos las fiestas exhibiendo complicidad y sintonía con un mismo deseo para el Año Nuevo. "Que en 2025 llegue el acuerdo y empecemos a respirar de otra manera", expresó el alcalde de este municipio gaditano al sur del sur. "Que 2025 sea el del acuerdo, el de la prosperidad compartida y dejemos atrás las tonterías", subrayó el mandantario gibraltareño.

Que 2025 sea el del acuerdo, el de la prosperidad compartida y dejemos atrás las tonterías"

Fabian Picardo

— Ministro principal de Gibraltar

Semanas atrás, a preguntas de este medio, Franco respondía con un "ná de ná", entre el humor y la resignación, al respecto de los avances de unas conversaciones entre los ministerios de Exteriores de España y Reino Unido que se vieron interrumpidas el pasado verano cuando el anterior Ejecutivo de los tories en Londres pulsó el botón del adelanto electoral.

Las urnas trajeron un gobierno laborista, encabezado por Keir Starmer, pero ni la coincidencia socialista por primera vez en décadas de los tres gobiernos -España, Reino Unido y Gibraltar- está haciendo más fácil llegar a un acuerdo que se encalla por una razón fundamental: el control fronterizo.

Cada día miles de autonómos de la comarca, con residencia fiscal en el Campo de Gibraltar, cruzan a Gibraltar para atender clientes de todo tipo: suministros en alimentación, energía, fontaneros, carpinteros... La comarca tiene más de 300.000 habitantes y de ellos unos 70.000 viven en La Línea, el municipio de más de 50.000 habitantes con la renta más baja de toda España cuya economía depende de manera directa de la llanita, la tercera economía del continente europeo. Sin tratado que regule la relación entre ambos territorios, todo queda en un limbo que se perpetúa en el tiempo.

Desde el equipo de José Manuel Albares, ministro que se le ha visto implicado en las negociaciones en los últimos meses, responden con diplomacia a la demora ad eternum de las negociaciones. "Los contactos se mantienen a todos los niveles y los equipos trabajan intensa y estrechamente en las cuestiones pendientes. España mantiene la mejor predisposición para lograr el mejor acuerdo sobre la base de la propuesta global, equilibrada, generosa y justa presentada, junto con la Comisión Europea, al Reino Unido".

Los contactos se mantienen a todos los niveles y los equipos trabajan intensa y estrechamente en las cuestiones pendientes

Fundamentalmente se trabaja en materia fiscal, pensiones para los trabajadores transfronterizos, el uso del aeropuerto y el control de la frontera. Pero el asunto que bloquea el diálogo es éste último. Ambos países, con la prensencia del gobierno llanito en las reuniones, negocian un Tratado que defina, entre otras cosas, las nuevas condiciones para los controles, que en caso de consumarse la eliminación de la valla fronteriza, deberían realizarse en el puerto y aeropuerto de Gibraltar.

Como estado fuera de Schengen, la frontera de Gibraltar debería contar con un control policial de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, un extremo al que se niega en rotundo Fabian Picardo, ministro principal de la colonia británica, al que la Guardia Civil le retrotae a una España en blanco y negro, que incorpore las nuevas exigencias de la Comisión Europea en materia de seguridad dentro del llamado Sistema de Entradas y Salidas (SES).

Estaba previsto que el próximo 10 de noviembre entrará en vigor este sistema que permitiría registrar automáticamente el nombre, algunos datos biométricos y las fechas y lugares de entrada y salida de los viajeros que crucen las fronteras exteriores de la Unión Europea. El sistema reemplazará a los métodos de control tradicionales como el estampar manualmente los pasaportes y tiene por objetivo reforzar el control sobre el paso de los extracomunitarios. Básicamente, este nuevo sistema informático automatizado para registrar a viajeros de terceros países, sustituirá el estampado de pasaportes por dicho control automatizado

España lleva meses con la tecnología comprada y sin uso, porque la comisaria de Interior, Ylva Johansson, del anterior Ejecutivo europeo, pidió tiempo ante las dilaciones de otros estados miembros, como Alemania, Países Bajos y Francia, también con fronteras a paises terceros. Será el austriaco del Partido Popular Europeo Magnus Brunner el encargado de activar un sistema para el que España, responden fuentes de Exteriores a este medio, "está ya preparada para aplicar el Sistema de Entradas y Salidas (EES) tan pronto como se active".

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