Con todo el viento político a favor –son el PP y Podemos quienes tienen resaca de sus procesos internos– el PSOE-A solo se enfrenta a un nubarrón en la singladura para continuar una legislatura más al frente de la Junta: la tarjeta black de Faffe, un escándalo que se produjo en 2010 pero cuyo eco salpica al actual gobierno autonómico y que este trata de minimizar por todos los medios, mientras la oposición se aferra a esta corruptela para presentarla como la madre de todas las canalladas: pagar una juerga en el desaparecido club de alterne Don Angelo de Sevilla con una tarjeta de una organización pública de ayuda a los parados, la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe). Redondeando, fueron 15.000 euros en 15 pases de tarjeta la noche del 22 al 23 de marzo de 2010.

Este martes comparecerá en comisión Javier Carnero, consejero de Economía, que cuando ocurrieron los hechos era técnico del Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial en el Parque Tecnológico de Málaga. ¿Por qué ha llegado a pedir su cabeza la oposición si no estaba allí? Lo acusan de ocultar información. De no hacer público todo el gasto sospechoso de estas tarjetas ni de la caja fuerte de la Faffe, una entidad pública que, por no formar parte de la estructura directa de Empleo, no está sometida a los mismos controles políticos.

Por la misma razón la oposición pide el cese o la dimisión del portavoz del gobierno autonómico, Juan Carlos Blanco, quien en 2010 trabajaba en una empresa ajena a la Administración. El entonces director de la Faffe, Fernando Villén, declaró en mayo al diario Abc que la noche de marras se produjo un error y pagó con la tarjeta equivocada. Y que devolvió el dinero. De hecho, un particular llevó al día siguiente esos casi 15.000 euros en metálico a la casa de citas y el importe fue devuelto a la cuenta de la Faffe, aunque eso no ha hecho soltar la presa, ni mucho menos, al PP, que se pregunta «¿De dónde salió esa cantidad en metálico y quién la pagó?»

Para este partido ha habido un «absoluto descontrol» en el pago de los cursos de formación de los que se encargó la Faffe. Lo de la tarjeta, que bautizan como black, lo califican de «punta del iceberg», apuntan en el partido, que acusa a la Junta actual de parapetarse en mentiras («primero negaron que hubiera tarjetas black, después dijeron que solo había una y hay indicios de que al menos fueron dos») para defenderse de «algo en la Faffe de lo que tienen miedo».

Reclaman que se investiguen las cajas de caudales con 2.000 euros que siempre estaban en la sede de la Faffe, así como los «dos o tres» millones de euros «que entraban y salían». El PP sospecha que ese trasiego «podría haber aportado» el líquido con el que compensó el uso de la tarjeta en el Don Angelo. Y con esas dudas insisten: hace falta que una comisión de investigación arroje luz y dirima responsabilidades políticas.

«¿A qué estarían acostumbrados en la Junta cuando cogen una tarjeta pública y se van a un club de alterne?», sintetizó hace unos días la diputada popular Carmen Crespo. Un ambiente de «impunidad a la hora de manejar fondos públicos» en la era de las mayorías absolutas, como criticó también hace pocas fechas la parlamentaria de IU Elena Cortés, quien reclamó también la dimisión de Carnero y comparó la situación con la corrupción «de Rajoy».

«CASO DEPLORABLE»

El PSOE, de momento ha registrado un escrito para oponerse a comisión de investigación sobre el presunto uso indebido de tarjetas de crédito de la Faffe que ha propuesto el PP-A. La secretaria de Igualdad y Equidad del PSOE-A, Elena Ruiz, recordó este viernes que Carnero dará «explicaciones» sobre las supuestas irregularidades y lamentó «la política de espectáculo del PP». En un ambiente que cada vez se parece más a una precampaña, la gestión y lo convincentes que sean las explicaciones a esta juerga que hasta la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, calificó de «deplorable» porque como «socialista y como mujer» –dijo en una entrevista a la cadena SER– «exijo que el caso se aclare y el que lo haya hecho, que lo pague».

QUÉ PASÓ EL 22 DE MARZO DE 2010 Y QUÉ PUEDE PASAR EL 31 DE JULIO DE 2018

La reconstrucción de la noche del 22 al 23 de marzo de 2010 en el club Don Angelo –una conocida casa de citas, hoy en ruinas, que se levantaba junto a la avenida de la Palmera, frente al estadio del Betis– arroja en apariencia una noche de descontrol. Según la descripción de los hechos que ofreció El Mundo el 9 de julio, el primer cargo con la tarjeta black de la Faffe se efectuó a las 20.57 horas del día 22 y el último de los 15 pagos se realizó a las 2.43 horas del día siguiente. En total, 14.737 euros. Tres días más tarde, el 25 de marzo, esos 15 cargos fueron anulados uno a uno tras el pago en metálico de lo que fuera que hicieran los participantes en la fiesta.La mañana anterior a la bacanal, recuerda el rotativo nacional, el entonces presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, había remodelado su gobierno y decretado la destitución, entre otros, del consejero de Empleo, Antonio Fernández, quien acabaría imputado por otro caso de presunta corrupción, el de los ERE irregulares.

La investigación de la UCO que citan tanto ese periódico como Abc dibuja una organización en la que llegaron a trabajar más de 1.700 empleados, aunque en el momento de su extinción el Servicio Andaluz de Empleo subrogó a los 1.291 que quedaban. Un escalón por encima de lo laboral, la Junta aprobaba ayudas –en 2009 rozaron los cien millones de euros, otra de estas ayudas llegó el día de su extinción– para su funcionamiento, según esta investigación policial. Además del gasto de la tarjeta en el burdel, las cuentas de la Faffe registran gastos en clubes de golf, viajes y hoteles por 3,10 millones de euros entre 2008 y 2011.

La comparecencia de Carnero este martes es importante porque, en teoría, de lo convincente que resulte depende que Ciudadanos incline la balanza hacia una comisión de investigación, como indicó esta misma semana su portavoz, Juan Marín, quien destacó que, en temas de corrupción, «no puede haber acuerdos con nadie, sino personas expulsadas, aunque el PP ha dictado sentencia antes de escuchar». Puede que la decisión esté tomada porque, convenza o no el consejero actual de Empleo, todas las decisiones políticas están ya contaminadas por el ambiente de precampaña, en el que a la oposición conviene endurecer su discurso y al socio naranja de gobierno romper con el PSOE antes de que el PSOE rompa con ellos, como ocurrió con IU en 2015, un movimiento que consolidó a Susana Díaz y hundió a sus entonces socios a la izquierda.

LA WEB DE LA FAFFE SIGUE OFRECIENDO CURSOS PESE A QUE CERRÓ EN 2011

El dominio faffe.es lleva a una página en la que se ofrecen varios cursos actuales de formación para el empleo de cocinero en empresas andaluzas, sobre un aviso de derechos de autor datado este mismo año, aunque nada que indique que el nombre de Faffe de esta web tenga relación directa con la extinta fundación. Nadie en la Consejería de Empleo ha contestado al requerimiento de información sobre la fundación hecho por este periódico.¿UNA O DOS TARJETAS?

La Junta sostiene que el 1 de junio envió al Juzgado de Instrucción nº6 de Sevilla los extractos de la juerga en el burdel Don Angelo con los casi 15.000 euros empleados en esa celebración. Sin embargo, en declaraciones a ‘Abc’, el exdirector de la Faffe reconoció otro cargo, de poco más de 350 euros, en «una despedida de soltero» en una fecha anterior al primer cargo de esta tarjeta ‘black’. De ahí el PP deduce que al menos ha habido dos tarjetas. La Junta reta a los populares a que, si tienen más información, denuncien en los juzgados y no insinúen ante la prensa.SOSPECHAS DE ENCHUFISMO

Una de las acusaciones que pesa sobre la Faffe es que fuera una entidad útil para encontrar empleo... para un buen número de familiares, amigos o simpatizantes de cargos socialistas. El diario ‘Abc’ cita nada menos que unas 8.000 supuestas contrataciones irregulares entre 2003 –año de nacimiento de la Faffe– y 2011, el de su extinción. Además, unos 200 colocados tendrían vinculación con el partido, según una investigación de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.