¿Cuál es el Belén Viviente más antiguo de Andalucía?

Beas espera a casi 25.000 personas hasta el 1 de enero para visitar su belén, que cumple 53 años desde que en 1970 la hermandad de Clarines lo crease en una vivienda particular del municipio

¿Cuál es el Belén Viviente más antiguo de Andalucía?

¿Cuál es el Belén Viviente más antiguo de Andalucía? / Fermín Cabanillas

Fermín Cabanillas

Los 4.300 vecinos de Beas tiene un patrimonio común: su Belén Viviente. Esta localidad onubense vive ya una de las tradiciones más arraigadas y emblemáticas de la región: el Belén Viviente. Este año marca la LIII edición de este evento organizado por la Hermandad de Nuestra Señora de los Clarines, reconocido como Acontecimiento de Interés Turístico, consolidándose como el nacimiento vivo más antiguo de Andalucía.

Ya es Navidad en Huelva, justo cuando el Belén Viviente de Beas abre sus puertas. De este modo, ha tenido lugar la presentación con la presencia de la sociedad civil y eclesiástica onubense.

Santiago Gómez Sierra, obispo de la diócesis de Huelva, ha abogado “por la celebración momento en el que el hijo de Dios se hizo hombre”. Además, se cumplen 800 años de la primera representación viviente del nacimiento de Jesús, por lo que la comunidad franciscana ha acudido para celebrar dicha efeméride.

Muchos meses de trabajo

Para Cristina Gutiérrez, hermana mayor de la Hermandad de la Virgen de los Clarines, organizadora del belén desde siempre, “han sido muchos meses de trabajo, de mucha alegría y muchos llanos dando lo mejor de nosotros para que el Belén Viviente de Beas siga siendo una referencia en la provincia”.

La consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía, Loles López, ha recordado “que el belén es la mejor postal de Beas. Y que se trata de un tesoro cultural y religioso”.

Por último, José Leñero, alcalde de Beas, ha hecho un repaso por la historia del belén pero a modo de relato, contando detalles que han hecho retrotraerse a los presentes a un tiempo pasado. “Por suerte, esa iniciativa vecinal que empezó en 1970 ha conseguido convertirse en una referencia en torno a la Navidad en la provincia de Huelva”.

Una evolución constante

Desde sus humildes comienzos, el Belén Viviente de Beas ha evolucionado hasta convertirse en un espectáculo que involucra prácticamente a la totalidad de las familias del pueblo.

De una forma u otra, cada rincón del bello escenario representa la dedicación, creatividad y esfuerzo de la comunidad. Cada año, la participación entusiasta de las familias transforma el recinto del belén viviente en un escenario viviente que transporta a los visitantes a la magia del nacimiento de Jesús.

Se estima que, a lo largo del mes de diciembre, unas 20.000 personas tendrán la oportunidad de sumergirse en esta experiencia única. El Belén Viviente de Beas no solo es un evento local, sino un testimonio de la unidad y la espiritualidad que caracterizan a esta pequeña localidad.

Cada detalle, desde los trajes tradicionales hasta la ambientación cuidadosa, refleja el amor y la dedicación que las familias de Beas invierten año tras año.

Todo empezó para pagar unas obras

Corría el mes de Septiembre de 1970. Una nueva Junta de Gobierno se hacía cargo de la dirección de la Hermandad de Nuestra Señora la Virgen de los Clarines, principal entidad religiosa de Beas, encargada de organizar los cultos y fiestas en honor de la Patrona del pueblo, la Virgen de los Clarines.

La Hermandad, que años antes había asumido el reto de la construcción de la Casa Hermandad en la aldea de Clarines, se vio obligada a la reedificación de gran parte de la blanca Ermita que cobija a la Virgen, pues había quedado dañada por el terremoto que tuvo lugar el día 29 de febrero de 1969, lo que aumentó de forma notable su difícil situación económica.

La nueva Junta de Gobierno, presidida por Antonio Becerril Rebollo, se planteó la necesidad de buscar nuevas fuentes de ingresos.

Con estas ayudas, se pretendían atender a sus múltiples actividades y a las necesidades surgidas por las obras acometidas, solicitándose a todos sus miembros en la primera reunión que celebraron que para la siguiente reunión “aportaran ideas que puedan conducir al logro de fondos para la celebración de la próxima Romería”.

Un primer belén en una casa particular

En la reunión de la Junta de Gobierno celebrada el día 10 de octubre de 1970, el Mayordomo Miguel Caballero Domínguez propone la celebración de un Nacimiento Viviente, «al modo de los que por esas fechas se instalaban en muchas de las casas de la población, pero a gran escala, en el que los protagonistas fuesen los propios niños del pueblo para que diesen vida a los personajes y figuras de estos nacimientos y en el que los pequeños animales que forman parte de las escenas tradicionales de los belenes familiares, se hiciesen reales».

Así fue como, tras cincuenta días de trabajo, el 24 de diciembre de 1970, en la casa propiedad de doña Josefa Dolores Ramírez, sita en la calle Maestro Jacinto Ramírez vio la luz, lo que años después se ha venido conociendo como Belén Viviente de Beas.

El éxito de la muestra, que fue inaugurada por el Gobernador Civil de la Provincia, el Obispo de la Diócesis de Huelva y otras autoridades civiles y militares, fue tal que hubo de prolongarse su funcionamiento hasta el día 20 de enero. Como dato estadístico significativo, las fuentes consultadas estimaron en 2.500 el número de personas que visitaron el Nacimiento Viviente.