«Sevilla no es sostenible»

Esteban de Manuel es doctor y profesor titular en la Escuela de Arquitectura de Sevilla. Fundador en 1993 de la asociación universitaria Arquitectura y Compromiso Social. Ha sido responsable de proyectos de cooperación de cooperación llevados a cabo en Tetuán, Tánger, Tamnougalt y Larache (Marruecos), Huacho (Perú), Santo Domingo y La Dalia (Nicaragua).

Ricardo Gamaza RicardoGamaza /
19 oct 2019 / 06:22 h - Actualizado: 19 oct 2019 / 06:22 h.
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  • «Sevilla no es sostenible»

Esteban de Manuel es doctor y profesor titular en la Escuela de Arquitectura de Sevilla. Fundador en 1993 de la asociación universitaria Arquitectura y Compromiso Social. Ha sido responsable de proyectos de cooperación de cooperación llevados a cabo en Tetuán, Tánger, Tamnougalt y Larache (Marruecos), Huacho (Perú), Santo Domingo y La Dalia (Nicaragua). Coordinador de una asignatura del Master de Arquitectura y Ciudad Sostenible y promotor y responsable del proyecto de cooperación universitaria “Ya Somos Medina: Aprendiendo de Jnane Aztout, Larache (Marruecos), 2005-2013”, en el marco del programa marroquí “Villes Sans Bidonvilles”, que ha obtenido el Premio del concurso internacional Dubaï ONU-HABITAT de Mejores Prácticas de Políticas Urbanas Nacionales. Actualmente coordina el grupo de trabajo de Universidad y Compromiso Social por el Clima. Desde 2011 combina activismo social y el compromiso universitario con la política en Equo, siendo actualmente coportavoz de Equo Andalucía.

-¿Sevilla es una ciudad habitable para las personas?

-Sevilla tiene muchas “sevillas” dentro y contiene algunos de los barrios más vulnerables y por tanto más inhabitables de España. La ciudad histórica construida hasta el año 29 es de una enorme belleza y encierra lecciones de cómo una ciudad puede ser habitable y adaptada a su clima. Hoy está perdiendo vida y habitabilidad a pasos agigantados ante nuestros ojos por el cáncer de la turistificación. Nuestros barrios de autoconstrucción han seguido unos la senda de la ciudad histórica y otros se han consolidado, por ahora, como barrios vulnerables. Lo mismo cabe decir de nuestros polígonos de vivienda social. Los hay que han sabido mestizarse de cultura mediterránea incluyéndose plenamente en la ciudad y produciendo espacios públicos verdes de calidad y los hay que siguen metidos en círculos viciosos de exclusión e inhabitabilidad.

-Usted enseña en la Universidad de Sevilla a diseñar ciudades sostenibles... ¿Qué es una ciudad sostenible?

-La ciudad hoy no es sostenible. Necesita una extensión de territorio enormemente desproporcionada para abastecerse de recursos y para absorber sus residuos. Muy superior a la que podemos sostener en el tiempo. La aglomeración urbana de Sevilla tiene una huella ecológica calculada y publicada, como resultado de la tesis doctoral del profesor Antonio Cano Orellana, que es superior en extensión al territorio de Andalucía. Si esa huella se generalizase a todos los habitantes del planeta necesitaríamos cuatro planetas y sólo tenemos uno. Avanzar hacia la sostenibilidad significa adoptar estrategias que reduzcan rápidamente esa huella ecológica hasta llegar a un cierto equilibrio con su territorio, como históricamente ha tenido la ciudad antes de la revolución industrial.

-La clave es la autosufienciencia...

-Sin duda. En primer lugar autosuficiencia energética, generando la energía que consumen sus edificios en sus techos. En segundo lugar, alimentaria: produciendo y consumiendo alimentos de proximidad, promoviendo cinturones verdes agroecológicos en torno a la ciudad y abasteciéndose en lo posible de alimentos frescos, de temporada, de un entorno inferior a los 200 km. Hoy de media los alimentos que llegan a nuestra mesa recorren 4.000 km. Es una barbaridad. En tercer lugar avanzando rápidamente hacia ciudades casi sin coches, combinando políticas de creación de proximidad con políticas de transporte público de alta capacidad eficientes y promoviendo la movilidad activa combinada con vehículos ligeros de movilidad personal. En cuarto lugar avanzando hacia ciudades de residuos cero, de economía circular. En quinto lugar potenciando una industria local limpia que nos vuelva a permitir fabricar en la ciudad la mayor parte de las cosas que se consumen en la ciudad. La ciudad sostenible tiene que hacer el recorrido inverso que ha seguido la ciudad globalizada, muy vulnerable desde todos los puntos de vista. En quinto lugar, aunque no necesariamente por este orden, construyendo una amplia infraestructura verde, en calles, fachadas, terrazas, plazas y parques, cinturones y corredores que la vuelvan a conectar con su territorio. Estas cinco líneas de acción precisan impulsarse a un gran ritmo durante la próxima década si queremos evitar el colapso ecológico, económico y social.

«Sevilla no es sostenible»

-¿Existe algún modelo de ciudad sostenible en el mundo?

-Existen ciudades que caminan en esa dirección. Pontevedra es referente en planes peatonalización y ha sido mundialmente reconocida con el premio ONU HABITAT. Vitoria fue capital verde en 2012 logrando recuperar para las personas buena parte del espacio público que era de prioridad para el coche, con redes de movilidad sostenible, que combian perfectamente transporte público y movilidad activa y han logrado incrementar en un 75% el uso del transporte público en detrimento del coche, con corredores y anillos verdes, con un ambicioso plan de reducción y gestión de residuos, con mejora de la calidad del aire y reducción del nivel de ruidos. Copenhague aspira a ser la primera ciudad neutra en carbono para 2025, combinando generación de energía urbana renovable con un ambicioso plan de movilidad cuyo objetivo es que el 75% de la movilidad sea en bicicleta a pie y en transporte público. San Francisco es la primera ciudad del mundo que ha logrado el objetivo de residuos cero y ha creado un sector intensivo en empleo en torno a la minería urbana.

-¿Sevilla podría ser sostenible? ¿Qué necesita para ello?

Sevilla tiene sol y paro para aburrirse. Podemos activar a nuestros parados dándoles formación para techar sevilla entera de placas solares que generen agua caliente y electricidad. Sevilla tiene una gran vega todavía a su alrededor, particularmente al norte, que podría ser un parque agrario que nos alimente y absorba buena parte de nuestro paro, con formación en agricultura agroecológica y creación de una amplia red de comercio de proximidad. Sevilla es plana y tiene un tamaño equilibrado relativamente. Tenemos cinco líneas de cercanías que apenas usamos y líneas de autobuses metropolitanos obsoletas. Lo tenemos relativamente fácil para articular la aglomeración metropolitana combinando transporte público y bicicleta, con cursos para nuevos ciclistas urbanos como los que ya se están impartiendo por Santa Cleta para mujeres que apuestan por la movilidad autónoma y sostenible. Tenemos una gran problema con la limpieza y la gestión de residuos, que es al mismo tiempo un reto y una oportunidad de creación de empleos. Tenemos muchos polígonos industriales que pueden activar nuestra industria verde local.

-Recientemente hemos visto como el modelo de ciudad del alcalde actual (Juan Espadas, PSOE) reduce arboles, hormigona plazas públicas y dedica grandes espacios a los centros comerciales. ¿Hacia donde avanza el urbanismo sevillano?

-Nuestro alcalde tiene tres años y medio para dar un giro de 180 grados a la gestión de los últimos cuatro años y medio. La mayoría piensa que no lo va a hacer. Yo aún no pierdo la esperanza, porque ya hemos perdido diez años y no podemos permitirnos perder ni uno mas, y porque la sociedad consciente de ello no va a cejar en intentarlo. El último paso que ha dado ha sido una equivocación monumental que le pone las cosas muy cuesta arriba. Todo el mundo mínimamente informado sabía lo que iba a pasar con la movilidad con la inauguración del macro centro comercial de Palmas Altas de cuyo nombre no me quiero acordar. Y no es comprensible que siga haciendo oídos sordos a las justificadas críticas a la pésima gestión del arbolado.

-¿Porque sucede esto? ¿Es incompetencia de los dirigentes públicos, desconocimiento, falta de sensibilidad o cree que se debe más bien a intereses económicos?

-Una “sabia” combinación de todos esos factores.

-Es que un centro comercial genera ingresos al Ayuntamiento por la vía de los impuestos, pero un parque supone un gasto de mantenimiento...

-El neoliberalismo dominante, también en urbanismo, nos ha hecho creer que no es posible construir espacio público si no es como efecto marginal de una operación especulativa. El resultado de esos efectos marginales difícilmente se puede reconocer como espacio público. Pero el neoliberalismo, pese a lo que nos pueda parecer, no pasa de ser un mal sueño muy breve en la historia de la humanidad del que estamos despertando.

-La movilidad es un asunto pendiente en la ciudad de Sevilla. Cada vez hay más atascos, más contaminación...

-Es, junto con la pésima gestión de nuestro arbolado la mayor asignatura pendiente de la ciudad. Requiere cambios de enfoque técnico y cambios culturales. Estamos atascados por una combinación de ambos factores: soluciones técnicas equivocadas y altamente ineficientes que nunca se van a construir y una mentalidad estrecha que pide que esas soluciones se hagan o no se haga nada.

-¿Es irreversible el proceso de hormigonado de Sevilla o podría hacerse una ciudad pensada para personas?

-Si pensara que es irreversible abandonaría la universidad, la política y no habría contestado a esta entrevista.