Un lustro del histórico acuerdo de Moreno con Cs y Vox: un ganador y muchos eliminados

De los seis protagonistas que firmaron esos acuerdos, solo Moreno ha salido victorioso y mucho más reforzado al arrasar en las siguientes elecciones autonómicas con mayoría absoluta

Los líderes del PP-A, Juanma Moreno y de Ciudadanos Andalucía, Juan Marín. EFE/Raúl Caro.

Los líderes del PP-A, Juanma Moreno y de Ciudadanos Andalucía, Juan Marín. EFE/Raúl Caro.

El histórico acuerdo de 2019 del PP con Cs y Vox en Andalucía, que acabó con la hegemonía socialista, cumple un lustro con el presidente, Juanma Moreno, como claro vencedor tras lograr después una mayoría absoluta, y con el resto de participantes eliminados de la carrera, fuera de la política o en la oposición.

La foto del 9 de enero de 2019, o las fotos, porque fueron dos paralelas (una PP-Cs y otra PP-Vox), constituyeron la prueba gráfica del pacto de gobierno con la formación naranja y del acuerdo de investidura con el partido que lidera Santiago Abascal.

Sin embargo, de los seis protagonistas que firmaron esos acuerdos, solo Moreno ha salido victorioso y mucho más reforzado al arrasar en las siguientes elecciones autonómicas con mayoría absoluta.

Ciudadanos, que se comportó como un socio de gobierno demasiado fiel al PP, desapareció de la política andaluza cuatro años después, y Vox, que aspiraba a ocupar la Vicepresidencia, se tuvo que conformar con los sillones de la oposición en el Parlamento autonómico.

El pacto de gobierno entre PP y Cs lo firmaron, además de Moreno, el que entonces era secretario general de los populares, Teodoro García Egea, por mandato de Pablo Casado, y por parte de la formación naranja el líder en Andalucía, Juan Marín (después vicepresidente), y José Manuel Villegas, número dos de Albert Rivera.

En la foto del acuerdo con Vox están, además de los representantes populares, el entonces candidato a la Junta de Andalucía, Francisco Serrano, y el que era secretario general a nivel nacional, Javier Ortega-Smith.

Cinco años después, García Egea salió del PP en la mayor crisis del partido; Marín dimitió tras la desaparición de Cs en Andalucía; Villegas se fue pocos meses más tarde de la marcha de Rivera; Serrano abandonó Vox señalado por un caso por el que le piden ocho años de cárcel por estafa; y Ortega Smith fue apartado de la dirección de Vox.

El PP fagocitó a Ciudadanos

Los tres años y medio que duró el gobierno PP-Cs, hasta que Moreno adelantó unos meses las elecciones en 2022, sirvieron para que los populares fagocitaran a la formación naranja.

Juan Marín se convirtió en el mejor aliado de Moreno; en el Gobierno regional no había diferencias entre partidos, Cs se olvidó de las necesarias tensiones políticas para buscar su sitio, y ambos decidieron aislarse de las presiones externas para romper, con un papel fundamental del consejero de la Presidencia, Elías Bendodo.

La situación de estabilidad, en una etapa de gran visibilidad mediática para el presidente por la pandemia de la covid, provocaron que Moreno y consejeros del PP como el de Sanidad, Jesús Aguirre, acapararan los focos de una gestión.

El resultado, en las elecciones de 2022, fue que Moreno recuperó todo el voto antes perdido por el PP en favor de Ciudadanos, hasta el punto de que la formación naranja -en declive nacional- se quedó fuera del Parlamento y Juan Marín dimitió. Poco después, fue designado presidente del Consejo Económico y Social, cargo en el que sigue.

Vox presionó y después fracasó

Tras el acuerdo de 2019, el papel de Vox se centró en intentar presionar mediáticamente al Gobierno de Moreno, principalmente a través de los presupuestos de cada año, pero su estrategia de amagar y después no dar el golpe, no dio resultado.

En 2022, con el rechazo previo a los presupuestos autonómicos, dieron a Moreno la razón perfecta para adelantar las elecciones y después fallaron en su campaña, a la que llegó Macarena Olona desde el Congreso de los Diputados y se fue, tras fracasar, para emprender su particular guerra contra la dirección de Vox.

Desde entonces, el partido de Abascal intenta buscar su sitio en el Parlamento andaluz, donde es oposición junto al resto de partidos de izquierda, pero ha perdido cualquier poder de presión ante una mayoría absoluta.