Las citas bíblicas en los sermones dominicales superaron el número de 6.000, lo que supone un nivel de conocimiento escolástico que justifica el título que se le adjudicó como doctor evangélico.
No tiene que ser alguien que se dedique únicamente a trabajar con la madera, sino más bien de algún experto en bricolaje que pueda solucionar cualquier problema que pueda ocurrir durante la procesión.