Esaú Fernández puntúa en el espectáculo de los Miura

Se celebraba el último festejo de la feria de Sevilla. La emblemática corrida de Miura cerraba el ciclo con el regreso de Escribano a la Maestranza después de la tarde épica de hace una semana. Era uno de los protagonistas de esta tarde y así se lo hizo saber Sevilla. 

Tremenda la ovación que cayó tras finalizar el paseíllo. Tanto el Fandi como Esaú Fernández no quisieron pasar desapercibidos y ofrecieron un gran espectáculo: tercio de banderillas compartidos y hasta cinco portagayolas.

Esaú cortó una oreja al tercer toro de la tarde

Esaú paró al tercer toro de la tarde con verónicas desde el tercio. No pudo lucirse porque Charrán tenía poco recorrido. Pero, tenía una cosa diferente: humillaba y embestía por debajo. 

A lo largo de la lidia, el animal de Miura fue quedándose más corto. Una condición que puso en apuros a los banderilleros. Tuvieron que pasar en varias ocasiones para dejar los palos. 

Con la muleta se lo iba a poner difícil a Esaú. El torero de Camas, con buen acierto, puso mucha firmeza y mucha técnica para sacar faena a este ejemplar. El temple en las muñecas fue esencial para que el animal pareciera mejor. Eran medias embestidas y se giraba en los tobillos. El diestro se acopló rápidamente conociendo la virtud del animal. Se puso en la distancia corta para citar al toro y dominarlo. Con la muleta a ras del suelo tiró muy templado de él, y siempre aprovechando el pasito hacia delante. Remataba las tandas con martinetes y pases de pecho que levantaron la emoción de los tendidos. Se tiró a matar y consiguió cortar la primera oreja de la tarde. 

En el sexto toro de la tarde, Esaú se fue a portagayola, al igual que harían sus compañeros, que resolvió con efectividad. Una vez que se puso de pie siguió toreando por verónicas a pies juntos rematadas con una media con las manos muy bajas.

Este Berenjeno tenía mucha movilidad y un buen galope. Esaú dejó al toro colocado desde los medios para que acudiera al caballo de El Pelao, que lo picó magnifícamente. 

La lidia fue desordenada y Berenjeno se puso más complicado. Impidió el lucimiento a los banderilleros y a Esaú. El camero quería cerrar la tarde con triunfo pero no hubo manera. El animal mostró más peligro que sus hermanos. Echaba la cara por encima del palillo. No tuvo opción ninguna. Eso si, el camero mostró una gran actitud durante toda la tarde y le servirá la oreja cortada hoy.

El regreso de Escribano

Llegaba el turno para Manuel Escribano. Comenzó igual que con los Victorinos: a portagayola. Papelero salió de salida y se le frenó en la puerta, despistado, mirando al tendido. La plaza se quedó en un silencio sepulcral y Escribano de rodillas aguantó la espera. El animal gemió y embistió al capote del torero de Gerena con mucha violencia. Se le frenó en seco y se escapó de milagro. Tuvieron que salir los banderilleros y El Fandi a socorrerlo. Escribano se vino al tercio y le recetó cuatro verónicas templadas mirando al tendido que remató con una media con las manos bajas.

En el caballo, Papelero se empleó en el peto y acudió al caballo con mucha bravura. Invitó el torero de Gerena al Fandi para compartir otro tercio de banderillas. El último par al quiebro fue el más arriesgado. Se pegó a las tablas y el toro pasó muy ajustado. Comenzaba la tarde con altas revoluciones y no quería disminuir. 

Brindó a los medios al público de Sevilla. Comenzó la faena con dos cambiados por la espalda que tuvieron mucho mérito. El animal, casi 600 kilos, era muy amplio de envergadura y de sienes. Papelero tenía movilidad, fijeza y casta, pero le faltó humillar en los remates. Echó la cara alta en cada muletazo. Escribano, consciente de esa característica, lo toreó a media altura para acompañar esa embestida que derrotaba al final de cada muletazo. Se trajo al toro paralelo a las tablas y ahí el animal embistió mejor. Al natural le enjaretó una tanda de mucho mérito evitando esos enganchones. Escribano se recreaba por el albero maestrante. Se le veía cómodo, a pesar de la cornada y las costillas rotas, andando por la plaza. Finalizó con la mano diestra. Una tanda en la que arriesgó, enganchando al toro desde delante y llevándolo largo. Fueron los mejores muletazos de la faena. Dejó media estocada y saludó una ovación.

A su segundo toro iba a recibirlo a portagayola. Volvió a pasar apuros. El ejemplar de Miura se le quedó muy corto. Una vez recompuesto, le dio dos largas de rodillas desde el tercio para seguir con un toreo a la verónica con las manos altas.

Volvieron a repetir tercio de banderillas los dos toreros. El de Gerena le expuso mucho en el último par. Se sentó en el estribo y espero al toro para colocar los rehiletes al quiebro. Par con mucho riesgo. 

Brindó al Maestro Tejera para agradecerle la sensibilidad con la que amenizaron la portagayola del pasado sábado. Poco pudo hacer con este toro. El animal se fue orientando en la franela del diestro. Tenía menor recorrido y un peligro sordo. Escribano porfió en su labor por ambos pitones. No tuvo opción ninguna en su regreso a la Maestranza. Se fue ovacionado con el cariño de la afición.

El espectáculo de El Fandi

Antes, en el primer toro salió el Fandi a por todas. El granadino no pudo actuar el pasado año en esta corrida por una hernia discal. Esta tarde vino muy predispuesto. Se fue a la puerta de toriles para comenzar con una portagoyola muy limpia. Se levantó y toreó por verónicas con una rodilla en el suelo. Finalizó con un remate a una mano levantando los primeros aplausos de la tarde. Más tarde, aprovechando el son del animal, realizó un quite por chicuelinas para rematar con una revolera desde los medios. El animal embistió desde ahí al picador. Gran puyazo de José M. González.

En banderillas invitó a su compañero Manuel Escribano. Ambos han protagonizado tercios de banderillas muy emotivos que han recordado a otra época. Colocaron los palos con mucha facilidad cuarteando al toro. David acabó con un par al violín a Hazañoso. Los dos toreros fueron ovacionados. 

Brindó el toro a Escribano. Con la muleta comenzó con la mano diestra. Hazañoso tenía movilidad y nobleza pero cabeceaba con las cara alta, muy al estilo de esta ganadería. Le sacó muletazos de éxito pero no hubo ligazón. El público de Sevilla ovacionó la labor del granadino por su actuación.

Con el cuarto toro de la tarde, se fue también a portagayola pero no pudo llevarla a cabo. El animal se le frenó en seco a un metro del cuerpo. Fandi se escapó como pudo y lidió al animal bajándole las manos hasta los medios. El toro demostró bravura y le apretó de lo lindo en banderillas, pero el granadino solventó con eficacia gracias a su facilidad con los palos y su preparación física. Volvió a compartir tercio con Escribano.

El toro se quedaba algo corto en los primeros compases de la faena. El granadino supo administrarle los toques necesarios, unas veces con mejor acierto. Con el lado izquierdo consiguió enlazar varios muletazos con calidad. El animal, con la movilidad característica de Miura, se quedaba en los tobillos pero él aprovechaba para rematar con dobles pases de pecho, muy inteligente. Comenzó la banda de música a sonar. Regresó a la mano diestra en una distancia más corta. Tejón le costó más por ese pitón y se quedaba muy corto lo que imposibilitó que la faena fuera a más.

Se fue a por la espada y mató de una estocada certera. El presidente Fernando Fernández-Figueroa denegó la petición de oreja. Vuelta al ruedo para el granadino como premio a la disposición y a la actitud durante toda la tarde. Dos horas y media de festejo para cerrar el ciclo de la feria de sevilla con un juego variado de los toros de Miura que ofrecieron un gran espectáculo.