Musical

'Tocando nuestra canción': la extraña pareja musical

El cuarto musical que emprende Antonio Banderas en el Teatro Soho de Málaga recupera el estilo sentimental de los setenta que tanto gustó en Company

Protagonistas del musical 'Tocando nuestra canción'

Protagonistas del musical 'Tocando nuestra canción' / Javier Salas

Juan José Roldán

Juan José Roldán

Nos hemos acercado al Teatro del Soho de Málaga para dejarnos seducir por la nueva comedia musical emprendida por Antonio Banderas, justo cuando sus representaciones, previstas hasta el 21 de julio, llegan al ecuador. Para celebrarlo, el propio Banderas y su elenco ofrecerán coloquios con el público que acuda a las funciones de los domingos 7 y 14 de julio.

Cuando Neil Simon, niño mimado de Broadway no exento de genuino talento, concibió el libreto de este singular musical, andaba enfrascado en los problemas conyugales y de pareja tanto suyos como de sus amistades más cercanas. Dos años antes había dejado constancia para la posteridad de su a ratos tormentosa relación con la actriz Marsha Mason (Permiso para amar hasta medianoche) en La chica del adiós.

En 1979, año del estreno de este musical, Simon centró su atención en la verdadera historia de atracción y rechazo entre el compositor Marvin Hamlisch y la letrista Carole Bayer Sager, que ya habían trabajado juntos en la canción Nobody Does It Better de la jamesbondiana La espía que me amó, y volverían a hacerlo ese mismo último año de la década de los setenta en la película Castillos de hielo. A los mayores éxitos de Hamlisch, A Chorus Line en el teatro y Tal como éramos en el cine, les pusieron letra Edward Kleban y el matrimonio Alan y Marilyn Bergman respectivamente.

Presentación de 'Tocando nuestra canción'

Presentación de 'Tocando nuestra canción' / Marina M. Luna

Antonio Banderas ha vuelto a demostrar su buen gusto y su sensibilidad al adaptar They’re Playin’ Our Song, un musical que no tuvo en su momento tanto éxito como otras empresas similares, aunque ha sido relanzado en varias ocasiones desde su estreno, contando con adaptaciones en varios países, incluido el nuestro vía Barcelona. Se trata de un musical intimista, casi de salón, que muchos han definido con acierto como una comedia teatral salpicada de canciones. Cuenta también con discotequeras coreografías a las que se prestan los alter egos de sus protagonistas, tres por él y otras tres por ella, una especie de coro griego que representa las diferentes personalidades de la pareja y sus fuentes de inspiración.

Este recurso sirve para multiplicar el efecto de los bailes y trasladar los módulos móviles que monopolizan una escenografía centrada en la técnica del mapping, con la que se recrean los distintos espacios: el lujoso apartamento de él, el más bohemio y humilde de ella, las calles de Nueva York, la casa en la playa, el restaurante, la habitación del hospital o el estudio de grabación. Una puesta en escena como se ve muy cinematográfica.

La escueta trama sitúa de nuevo frente a frente a dos polos opuestos que se atraen, insistiendo en uno de los motivos más recurrentes del dramaturgo, como se puede apreciar en títulos tan significativos como Descalzos por el parque o incluso La extraña pareja, donde el estímulo de la amistad sustituía al más puramente romántico. Sin ir más lejos, nos encontramos ante otra de esas extrañas parejas que empiezan odiándose, continúan amándose y terminan como terminan, sin spoiler.

Pero es también la constatación de la necesidad que muchas veces tenemos de encontrar una luz que nos ilumine, en este caso Sonia Walsk, sosías de Bayer Sager, que entra en la vida de Vernon Gersch como un torrente. Y ahí es donde radica el principal atractivo de la función, al margen de unas canciones que sin estar tan inspiradas como las de A Chorus Line, la primera aventura de Broadway en Málaga que acuñó Antonio Banderas, contienen todo el encanto y la amabilidad de una época que su responsable musical, el excelente Díez Boscovich, ha decidido respetar en su integridad, como ya hiciera en la sensacional Company, en esta ocasión siguiendo las orquestaciones originales de Ralph Burns, Oscar por Cabaret y All That Jazz.

Musical 'Tocando nuestra canción'

Musical 'Tocando nuestra canción' / Javier Salas

Miquel Fernández presta su convincente presencia, su rotunda voz y ciertos ademanes heredados de Banderas, quizás por prescripción suya, a Gersch, tan acertado cuando reflexiona ante su magnetofón de época como cuando entona con un gusto exquisito canciones como Cayendo o Si me conociera. Pero la verdadera estrella de la función es la marbellí María Adamuz, a quien ya vimos y disfrutamos en Company como la azafata de pocas luces que entona BarcelonaSu arrolladora presencia y su intachable vis cómica se ponen al servicio de esta mujer alegre y generosa, algo histriónica debido precisamente a su enorme vitalidad.

La efectiva dirección de Banderas junto al simpático gesto de hacer guiños a Chorus Line a través de los timbres de los apartamentos, y a Company con su mención expresa en el libreto adaptado por María Ruiz, además de una exquisita dirección musical de Olga Domínguez al frente de diez músicos de la Orquesta Larios, contribuyen al entrañable acabado de la empresa. La calidad de las voces de la pareja juega también a favor del disfrute de una comedia musical sencilla, discreta y luminosa, tan proclive a facilitar a quien se acerque al teatro de la calle Córdoba de Málaga desconexión y un poco de felicidad.

Tocando nuestra canción ****

Tocando nuestra canción.Música de Marvin Hamlisch. Letras de Carole Bayer Sager. Libreto de Neil Simon. Antonio Banderas, dirección. Arturo Díez Boscovich, dirección musical. Borja Rueda, coreografía. Alejandro Andújar, escenografía y vestuario. Juan Gómez-Cornejo y Carlos Torrijos, iluminación. Francesc Isern, vídeo. Roc Mateu, sonido. Orquesta Larios Pop del Soho. Olga Domínguez, dirección. Con Miquel Fernández, María Adamuz, Rai Borrell, Bealia Guerra, Javier Enguix, Cristina Gallego, Diego Rodríguez y Georgia Stewart. Producción del Teatro del Soho Caixabank. Teatro del Soho Málaga, del 6 de junio al 21 de julio de 2024