“Sevilla está para comérsela, lleva unos años muy entregada a lo que hago”

El viento de levante se cuela por el teléfono de María Rosa García, Niña Pastori (San Fernando, 1978). Ha ganado cinco Grammy Latinos, varios Discos de Oro y carga con miles de kilómetros de giras, pero jamás se ha despegado de la tierra donde escuchó el compás flamenco por primera vez. "Pienso que haber nacido aquí ha sido fundamental en mi carrera. Mis padres eran muy aficionados, y he visto y escuchado mucho cante, mucho baile y mucho toque desde pequeña".

Con la experiencia de casi tres décadas en los escenarios, la artista isleña regresa a Sevilla, donde asegura que siente una entrega total por su música desde hace unos años. "Y verme así ante un público siempre tan exigente me da mucha alegría y satisfacción", reconoce Niña Pastori. Este sábado, en el marco del festival Noches de la Maestranza, volverá la voz de Cai a una ciudad "que está para comérsela".

PREGUNTA. ¿Niña Pastori es más cantaora o cantante?

RESPUESTA. Creo que soy cantaora; mi forma de expresar lo que siento es el cante. Es verdad que hago canciones, pero mi manera de interpretar es más cantaora que cantante.

P. Empezó a trabajar muy joven, ¿le habría gustado subirse al escenario algo más tarde?

R. Saqué mi primer disco a los 17 años y ahí ya comencé a trabajar de forma más intensa. Empecé siendo muy niña, y a lo mejor por eso me perdí muchas cosas de la juventud. Pero bueno, también me sirvió para hacer lo que realmente me había gustado siempre, cantar.

No sé si hubiese sido totalmente feliz, porque la música me ha dado muchas satisfacciones, me ha ayudado a expresarme como persona. Quizá me he perdido algunas cosas, pero también he ganado otras, y una de ellas la que más me gusta: el cante.

P. ¿Y cómo fue cumplir su sueño tan pronto, con solo 17 años?

R. Para mí todo empezó como un juego, ver el baile o escuchar flamenco era mi forma de divertirme. De hecho tenía puro enganche a aprenderme cantes nuevos. Recuerdo aquello muy bonito porque este mundo era mi diversión.

"Para mí todo empezó como un juego, ver el baile o escuchar flamenco era mi forma de divertirme"

P. Siempre ha hablado de la importancia que tuvo su madre en esos primeros años de carrera, ¿le dio algún consejo antes de comenzar como profesional?

R. No, mi madre no era mucho de darme un consejo en concreto. Sí que me decía desde que era muy niña: “María, yo te veo cualidades para poderlo hacer. Está en tus manos que quieras luchar por lo que te gusta”.

Al final esto es muy complicado. Conozco artistas que llevan su carrera de otra manera y les va muy bien, y a otros que la llevan muy bien y les va a regular.

P. ¿Y cómo de importante ha sido su tierra en su carrera?

R. Pienso que lo más importante es haber nacido aquí, en San Fernando. He visto y escuchado mucho cante, mucho baile y mucho toque. Por la tertulia y los festivales de verano de la plaza de toros pasaron Lole y Manuel, los Montoya, Rancapino, Pansequito, Aurora Vargas, la Revuelo, Camarón... El fin de semana siempre había flamenco, ya fuera invierno o verano.

Mis padres eran muy aficionados, y recuerdo ir mucho con ellos desde pequeña. Creo que haber visto a tanto artista bueno, haber nacido en San Fernando, ha sido fundamental.

"Creo que haber visto a tanto artista bueno, haber nacido en San Fernando, ha sido fundamental"

P. Y nunca se ha despegado de allí pese a los éxitos, premios y giras.

R. Eso sería absurdo. Al revés: cuando va pasando el tiempo y más sales, más apego sientes por lo tuyo. Un sobrino mío que vive en Alemania saborea muchísimo cada momento cuando viene en verano.

P. Este sábado actúa en el festival Noches de la Maestranza, ¿qué espera de un público y una ciudad que conoce tan bien?

R. Sevilla está para comérsela porque lleva unos años muy entregada a lo que hago. Sentirme así en esta ciudad, que siempre ha tenido un público exigente que no se traga cualquier cosa, me da mucha alegría y satisfacción como artista. Es muy bonito este momento que estoy viviendo con Sevilla.

P. ¿Cree que el flamenco es profeta en su tierra, Andalucía?

R. Los que nos dedicamos a ello siempre exigimos más. El flamenco gusta, aunque siempre queremos más apoyo, que nos cuiden mejor, porque es una música muy nuestra. Y eso hay que valorarlo, claro.

"El flamenco gusta, aunque siempre queremos más apoyo, que nos cuiden mejor"

P. ¿Y siente esa valoración afuera?

R. Siempre quiero más y me apetece siempre que haya más. Para los que empiezan, para los que hacen también un flamenco más puro y ortodoxo, para los que tienen menos oportunidades… Para todos ellos siempre queremos más.

Aunque también hay mucha gente de aquí que no entiende el flamenco, y cuando algo no se comprende, no se valora. Es muy difícil valorar algo que tú no sabes qué valor tiene, ni qué complicidad, ni qué difícil, ni qué... Entonces, bueno, es complicado.

P. Desde luego va a seguir enarbolando la bandera del flamenco, tal y como hizo aquella vez que se subió a un escenario con ocho años, ¿no?

R. Para mí el flamenco es la música más bonita, la que más me hace sentir, sin duda alguna. Y eso no puede cambiar.