Festival de cine

25 años de 'Solas', historia de un milagro en el cine andaluz

El director Benito Zambrano repasa la génesis de la película que marcó un punto de inflexión en el audiovisual andaluz y que lanzó la carrera de Ana Fernández y María Galiana

Una escena de 'Solas', la película de Benito Zambrano que descubrió a María Galiana y relanzó la carrera de Ana Fernández.

Una escena de 'Solas', la película de Benito Zambrano que descubrió a María Galiana y relanzó la carrera de Ana Fernández. / El Correo

Patricia Godino

Patricia Godino

En la rabia con la que Ana Fernández golpea el carro de la fregona en una escena de Solas se resume una parte de la historia reciente de Andalucía, aquella que relata el éxodo del pueblo a la capital de tantas, tantísimas mujeres de interior, que ante el hambre, la falta de oportunidades o de oxígeno se vieron empujadas a emigrar a la gran ciudad llevando consigo más dudas que certezas. La soledad y el clasismo se palpa en apenas un plano y todavía hoy conmueve el vacío de esa mujer guapa y ajada, ya no tan joven, preñada de un hombre que la desprecia, que lucha por sobrevivir entre vasos y cigarros.

25 años después del estreno de esa película, con la que Benito Zambrano (Lebrija, 1965) debutó como director, la escena continúa vigente (ahora con nuevos acentos). Y eso es lo que hace, a fin de cuentas, que un proyecto pequeño, que salió adelante con poco más de 125 millones de pesetas (apenas presupuesto para lo que cuesta una película), se haya convertido a día de hoy en un clásico en la filmografía española y en el punto de inflexión para el cine andaluz.

El camino para una generación

Solas fue desde su estreno una película de la que han bebido después, como han reconocido en público, decenas de nombres propios agrupados bajo ese paraguas, heterodoxo pero con notas consonantes entre sí, que son los directores y guionistas que hace años eligieron hacer cine desde Andalucía acaso como ejercicio de resistencia frente a la mirada centrípeta de la capital: de Alberto Rodríguez a Celia Rico, de Rafa Cobos a Juan Miguel del Castillo o Santi Amodeo.

Un cuarto de siglo después de su estreno, en 1999, Solas se podrá ver de nuevo en pantalla grande, el lunes 11 en el cine Cervantes (20.30h) en una copia restaurada y digitalizada, dentro del ciclo Esenciales con el que el Festival de Sevilla rescata títulos icónicos del siglo XX, donde también figura La misión, con Jeremy Irons de protagonista (y jurado del certamen) o París Texas. Además, el director y guionista impartirá una masterclass sobre su visión del oficio y la experiencia de este rodaje el martes 12 en el Cicus, a las 12.00, en una actividad gratuita abierta al público bajo inscripción.

Un casting que no encajaba en la idea original

Un rodaje que recuerda el director al otro lado del teléfono para El Correo de Andalucía, periódico donde fue fotógrafo, después de su paso como como ayudante de cámara de TVE y antes de conseguir una plaza como operador de cámara en Canal Sur, la televisión donde trabajó durante la Expo 92 y en la que conoció a Ana Fernández, entonces una jovencísima chica del tiempo.

Ni Ana Fernández, ni María Galiana, ni Carlos Álvarez-Novoa, el elenco protagonista, encajaban al principio en los papeles que había escrito Benito Zambrano

Ni Ana Fernández -"demasiado guapa para la idea de una mujer joven, analfabeta y ruda"-, ni María Galiana -"entonces no era tan mayor como la mujer que yo tenía en mi cabeza"-, ni Carlos Álvarez-Novoa -"yo quería un actor mayor andaluz, no un asturiano"- encajaban, a priori, en el elenco protagonista que Zambrano pensó originalmente. Pero las pruebas funcionaron y la película echó a rodar.

CINE. BARCELONA. El director de la película "Solas", Benito Zambrano (D), acompañado por las actrices María Galiano (D) y Ana Fernández (I), esta última galardonada con el Goya a la actriz revelación, a su llegada al auditorio de Barcelona, dónde se entregan los Premios Goya del Cine Español

Benito Zambrano, acompañado por las actrices María Galiana y Ana Fernándeza su llegada al auditorio de Barcelona, en la entrega de los Premios Goya el 31 de enero del 2000. / TONI ALBIR / EFE

No se equivocó. Además de conseguir el Premio del Público en la Sección Panorama de la Berlinale en 1999, al año siguiente, en la 14ª edición de los Premios Goya, celebrados en Barcelona, Solas barrió con cinco premios.

Benito se llevó el galardón a la dirección novel y al mejor guion original, Ana Fernández a la actriz revelación, Carlos Álvarez-Novoa al mejor actor revelación y Maria Galiana, mucho antes de ser la abuela de Cuéntame, recogió el premio a la mejor actriz de reparto por meterse en la piel de la madre de la protagonista, una mujer mayor y sometida para quien el viaje a Sevilla, para cuidar a su marido ingresado en el hospital, supone un choque cultural y el acercamiento a su hija. También el descubrimiento de otro tipo de masculinidad en el varón que encarna un inolvidable Álvarez-Novoa.

En María y en Ana, está la historia de mi gente, de mi vida, de las mujeres de mi pueblo y de otros tantos pueblos de jornaleros

Benito Zambrano

— Director de 'Solas'

"En María y en Ana, está la historia de mi gente, de mi vida, de las mujeres de mi pueblo y de otros tantos pueblos de jornaleros", explica sobre su Lebrija natal. Mujeres, continúa, "que tuvieron que salir del pueblo para entrar como internas, como empleadas del hogar. Mi madre sacó adelante siete hijos, varias de mis hermanas se han dedicado a limpiar, ahí está mi origen social, esa es parte de mi vida". "El guion era fácil", concluye rotundo.

Un guión hecho sobre la base de todo lo aprendido en la Escuela de cine San Antonio de los Baños de Cuba, donde estudió durante años. En La Habana conoció a Antonio Pérez en una de sus primeras visitas a la isla y fue, dice, "a buscarlo".

Cuando con apenas 30 años regresa a Sevilla, Benito tan sólo tiene un contacto del que tirar en una Sevila lastrada por la crisis económica. "El único que hacía cine era él", cuenta sobre el productor de Maestranza Films.

"¿Quién iba a apoyar una película sobre parados y gente de pueblo?"

La perseverencia de la juventud y el convecimiento en su historia fueron la carta de presentación ante el productor que, tras el "fracaso" que supuso Belmonte (de Juan Sebastián Bollaín y con Achero Mañas de protagonista), optó por apostar por esta película "pequeñita", "asumible" en lo económico.

Fue prácticamente, cuenta Zambrano, el único productor que se puso detrás de un proyecto "que no le interesaba a nadie: ¿A quién le va a interesar una película sobre gente parada, gente de pueblo? Era lo menos comercial que se despachaba y en Madrid no la entendían ni la querían entender".

"Creo recordar que teníamos una ayuda del ICAA para jóvenes realizadores, que TVE compró luego los derechos y Canal Sur, pero sí pienso que, precisamente, fue esas manos libres que me dio Antonio y que hubiera tan poca gente pendiente lo que hizo que trabajara con absoluta libertad", admite el cineasta sobre una película que visto hoy es un milagro. Un milagro en el cine andaluz.

Y fue, al fin, el primer título de una carrera con títulos como Habana Blues, La voz dormida, Intemperie o El salto, marcada por el compromiso en proyectar en la gran pantalla, en esas grandes pequeñas historias, a los más vulnerables de la historia, de ayer y de hoy, a un lado y otro del mundo.

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