Música antigua

Artefactum cumple 30 años porque ustedes lo han querido

Álvaro Garrido, miembro fundador y alma mater del conocido conjunto medieval sevillano, repasa los 30 años de la formación y las claves de su éxito y perdurabilidad

Artefactum en el Espacio Turina

Juan José Roldán

Próximos a celebrar por todo lo alto sus treinta años desde que decidieron ocupar el espacio de música medieval que otros conjuntos aparecidos por la misma época les dejaron por estar centrados en el romanticismo y la música barroca, Artefactum acaba de aterrizar en su ciudad natal con un nuevo reconocimiento bajo el brazo: el Premio GEMA al mejor conjunto de música medieval de 2024 que les ha otorgado la Asociación de Grupos de Música Antigua de España, hace apenas unos días en el Ateneo de Madrid, y que el propio Álvaro Garrido recogió en nombre de sus compañeros de gozos y fatigas.

Sentados en un café próximo a Santa María la Blanca, El Correo de Andalucía con el percusionista y miembro cofundador del grupo, para repasar cómo han sido estos treinta años de andadura y cuáles son las claves que les han llevado a mantenerse durante tanto tiempo contando con el fervor del público y la complicidad de sus admiradores y admiradoras.

Como precedentes a este aniversario, está la celebración del veinte cumpleaños en el Teatro Lope de Vega en diciembre de 2014, portada incluida en la revista Scherzo, o ese extraorinario concierto que ofrecieron en 2019 en el Espacio Turina para celebrar su cuarto de siglo de vida. Garrido habla en primera persona del recorrido de Artefactum.

Una historia dilatada

Recuerda algunos de sus hitos fundamentales, como aquel concierto en el Festival de Adelaida, en Australia, donde tanto se valoró su veteranía, entonces veinticinco años de carrera, sin cambio de miembros ni tan siquiera de nombre, como tantos otros conjuntos que utilizan este truco para prolongar su éxito. Y se lamenta de cómo en otras plazas han contado con ellos con mayor continuidad de cuanto lo hacen en su propia ciudad, como por ejemplo en Estella, donde de cuatro ediciones, tres han contado con Artefactum. "Aquí, si tocamos en el Festival de Música Española de Cádiz, sabemos que no lo volveremos a hacer hasta pasados unos cuantos años, a pesar de los numerosos y hermosos programas nuevos que atesoramos".

Recuerda también cómo en otros países cuidan sobremanera a los artistas que intervienen en sus festivales, como en Japón, donde un escenario múltiple se movía para cambiar de grupos sin pausa entre actuaciones, y una veintena de profesionales velaban por su bienestar y el éxito del espectáculo. Nada que ver con la desidia y el abandono con que muchas veces se encuentran en su propia ciudad.

Artefactum en Adelaida, Australia / El Correo

El grupo se fundó en 1994 por cuatro personas, tres aún en activo, él mismo, José Manuel Vaquero e Ignacio Gil. El cuarto fue Eduardo Maestre, que ahora se dedica a la enseñanza. Entonces se llamaron Música de las Cocinas Medievales, y tras varios meses pensando un nuevo nombre, un día apareció la apalabra Artefactum en boca de la pareja de uno de los del grupo. Un concepto claro no ortodoxo, que enganchó rápidamente con el público, haciendo cosas novedosas como hablar e incluso hacer reír en medio de un concierto de música antigua, habitualmente identificada con un rictus circunspecto.

Tenían entonces dos grupos de referencia, ambos británicos, el New London Consort y el Clemencic Consort, con un concepto extraordinario de la teatralidad. La crítica quedó sorprendida y el público encantado. "Asumimos programas profanos y sacros, pero con las Cantigas nos atrevimos a dar el enfoque propio de un grupo del sur". Aprovecharon que no están escritas punto por punto, que la rítmica no se conoce ni la instrumentación es precisa, todo lo cual les dejaba mucha libertad para divertir, siempre desde el respeto al público y con la premisa de comunicar y educar.

Lo que se hacía hasta entonces era seguir las pautas establecidas por una élite, sin apreciar lo que se hacía en otros países, como en Marruecos, donde la gente habla y palmea y, sin embargo, están muy integrados en el concierto, sin seguir convenciones de comportamiento que no hacen sino encorsetar la propuesta estrictamente musical. "Buscamos por lo tanto el rigor y el ritual pero con sentido del humor, lo que a menudo ha sido muy criticado".

No estaría mal que actuáramos todos los años en FeMÁS y tener al menos tres conciertos fijos en Sevilla cada temporada, sin que nos cueste tanto sudor y sangre

Álvaro Garrido

En octubre de 2012 inauguraron el Pabellón de España en la Exposición Universal de Dubai, interpretando incluso el himno nacional del país anfitrión con un éxito tan rotundo que posibilitó que de inmediato tocaran en la prestigiosa Fundación Carlos de Amberes en Madrid, repitiendo gesta. "Conocemos muchos programadores y sabemos quiénes tienen perspectiva y quiénes no".

Por ejemplo, Javier Estrella, director del Festival de Música Antigua de Aranjuez, considera que hacen música de forma honesta pero diferente, con rigor pero sin elitismo, que lo importante es no aburrir. En la opinión de Álvaro Garrido, "no estaría mal que actuáramos todos los años en Femás, y tener al menos tres conciertos fijos en Sevilla cada temporada, sin que nos cueste tanto sudor y sangre".

Por lo menos que esto pudiera aplicarse al conjunto de grupos que forman parte de la cantera de Arcadiantiqua, como Ministriles Hispalensis o Armonica Stanza, que actúan más fuera que dentro de Sevilla. "Tenemos una infraestructura y una imagen muy cuidada, que en Sevilla se valora poco".

Una propuesta amena y divertida

Sevilla tiene un nivel musical de primer orden. "Nosotros fuimos pioneros junto a la Barroca". De ahí arrancó una cultura que hoy lamentablemente se está frenando. No hay evolución. Comenzaron cuando Juan Carlos Rivera o Ventura Rico hacían unos trabajos excelentes, pero la medieval es el patito feo de la música antigua, hasta el punto de que en Europa supone el 7% de la que dedican los festivales especializados, frente al 18% que se dedica a la renacentista y el 40% que abarca la barroca. A eso hay que añadir que escasean los instrumentos.

Artefactum en Femás / Lolo Vasco

"Nuestra zanfoña es de las pocas que hay en Sevilla". Abarcan los siglos XIII y XIV fundamentalmente y necesitan lutieres para dar salida a tanta música. Desde que se encargan pasan años antes de poder disponer de ellos. Los lutieres son alquimistas que estudian profusamente la tímbrica medieval. "Todo esto nos da licencia para considerarnos un patrimonio cultural en toda regla, dignos de una protección y una atención que sinceramente no experimentamos".

Para hacer este tipo de música sin aburrir, se necesitan músicos que no sólo sepan tocar al máximo nivel de calidad, sino también conectar con el público. Se han mantenido estos 30 años sin cambiar de nombre, los mismos integrantes, con un lazo de amistad y afinidad enorme. Ahora mismo son un quinteto, Alberto Barea al canto y el cromorno, César Carazo al canto y a la viola, José Manuel Vaquero a la zanfoña y el organetto, Ignacio Gil a las flautas, chirimías y gaita, y él a la percusión. A veces se incorporan otros músicos, como Aníbal Soriano a la cuerda, Carmen Hidalgo a la viola medieval o Mariví Blasco y Vicente Gavira a las voces.

A cada uno le gusta otro tipo de música, a Barea la electrónica, a Carazo la copla, a Ignacio el jazz o a Garrido la brasileña, y "esto nos enriquece, sobre todo cuando hacemos fusión, como aquel Artefactum in Black con el que sorprendieron en un Femás, un programa muy difícil y complejo con versiones alternativas extraordinarias, todo un concierto de alto riesgo.

También les gusta experimentar y sorprender, como en aquel Concierto de Navidad en cuyos bises insertaron referencias a Star Wars de John Williams. Sus discos tienen bonus tracks ocultos que hay que esperar unos minutos para descubrirlos. Y tienen hasta merchandising, camisetas como si se tratase de un grupo de rock. "Nos encanta divertir, sorprender y dar felicidad, y sin embargo echamos en falta una mayor atención a nivel institucional y de medios de comunicación".

Pautas para una conmemoración

Preguntado por aquel Ciclo de Música Antigua de la Universidad de Sevilla, que se celebró en los primeros años del siglo con ocho ediciones, nos dice que feneció por la falta de interés de la nueva gestora del Cicus. "El MAUS fue un invento mío que interesó a su entonces directora". Por aquel entonces llevaba también el Festival de Olivares, que se sigue celebrando bajo otra organización. "Con el MAUS teníamos hasta catering, más propio del pop o el rock que de la música antigua".

Para este treinta aniversario han pensado en una gran pantalla LED que emita imágenes de su recorrido y de la gente, popular o anónima, que lo ha hecho posible, "que nos vean en Japón, Australia, Dubai…". Con un texto de presentación a cargo de la escritora y periodista Eva Díaz Pérez, que confiesa haber escrito libros inspirándose en Artefactum.

Ya antes combinaron literatura y música, como aquel Ego Rex que estrenaron en el Femás de 2021 y más tarde repitieron en San Luis de los Franceses con gran éxito de público, en torno al 800 aniversario de Alfonsox (término acuñado jocosamente por el grupo), con un actor que en esta celebración del próximo viernes tendrá una significativa intervención.

Artefactum en formación de octeto / El Correo

A la hora de diseñar un programa, parten de las colecciones, manuscritos y fuentes a su alcance, como las Cantigas, el Códice de Las Huelgas o los Carmina Burana, y otros que también se conservan, como el Códice de Londres o las Cantigas de Amigos, donde ritmo e instrumentación no están escritas pero hay suficientes indicaciones como para permitir cierta libertad y la combinación de los estilos que entonces convergían en la corte, referidas a las tres culturas o religiones.

Todo aquello que ofrece el Medievo y que lo hace tan fascinante incluso para la literatura y el cine, como demuestran películas como El señor de los anillos o Conan el bárbaro. Ahí encuentran material sobre el vino, la Cuaresma o la Navidad, que han centrado algunos de sus programas, y han sido consensuados por el grupo en su totalidad, a menudo con el asesoramiento externo de expertas como Eva Díaz Pérez, Clara Bejarano o el medievalista Juan Luis Carriazo, que "logran que nuestros proyectos sean interdisciplinarios y eminentemente culturales".

Han grabado seis discos en todos estos años, De la taberna a la corte, En el Scriptorium, Tempus est Iocundum o La Vía de la Plata entre ellos. Pero hace tiempo que dejó de tener sentido grabar más. Hoy resulta más rentable invertir en un buen video que hacerlo en un cd, tan en desuso. "Para este concierto habíamos pensado en grabar un grandes éxitos en pen o en streaming, aunque la verdad es que nosotros vivimos del directo, del contacto personal con el público".

"Que ¿cómo nos veremos dentro de diez años?" Es cierto que ya hablan del treinta y cinco aniversario, pero todo debe llegar de forma natural. "Envejecemos y algún día tendremos que pensar en la retirada definitiva. Tenemos fecha de caducidad y esto también estará reflejado en el texto del día 29".

Podrían pensar en una regeneración, pero no son una institución o una orquesta que permita dicha renovación. "Somos nosotros y nada más, únicos e intransferibles". Uno de sus grupos de referencia, el italiano Micrologus, que empezaron en ferias y hoy son un referente mundial, han cumplido ya los cuarenta. Su principal artífice, Patricia Bovi, ha colaborado con ellos en algún Femás.

Para este concierto habíamos pensado en grabar un grandes éxitos en pen o en streaming, aunque la verdad es que nosotros vivimos del directo, del contacto personal con el público

"Con el premio GEMA percibimos el cariño que nos profesa la gente, que es lo que nos motiva y nos hace creer en lo que hacemos". En ese sentido se consideran servicio público, tocando para que la gente aprenda y se divierta. "Nos encanta el contacto con la gente".

En el concierto del viernes habrá muchas sorpresas, relacionadas con anécdotas que le ha ocurrido al grupo, con invitados variopintos que irán apareciendo en pantalla, algunos anónimos de otras zonas de España que personalizarán la admiración que se les tiene también en toda la geografía española. Acudirá también Vicente Gavira y algún ministril, todo dentro de las aproximadamente dos horas que va a durar el espectáculo.

Los conservatorios prestan cada vez menos atención a la música medieval, la música en general sigue estando poco atendida en la enseñanza general, por lo que, considera Garrido, "nosotros tenemos la responsabilidad de educar y divulgarla", pero siempre con rigor y sin prestarse a prácticas que tanto se frecuentan hoy en día en festivales de todo el mundo, mezclando este tipo de música con otras tendencias más contemporáneas, desde el tecno al pop, para hacerla equivocadamente más digerible al público.

"No hacemos música urbana ni somos un grupo de cinco mujeres", condiciones hoy tan apreciadas por los políticos para programar, considera el fundador de Artefactum. La cultura necesita a los políticos, pero estos no tienen cultura, salvo excepciones. Resulta extremadamente difícil convencer de cualquier propuesta, aunque se trate de "gente tan rentable como nosotros". Encontrar un hueco en el calendario o el espacio adecuado, se convierte en una quimera, una empresa imposible.

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"Divertirnos y echar mano del humor nos ha conciliado con un público que adora nuestra propuesta"

Sus bises vienen precedidos por una frase acuñada por Vicente Gavira y que hoy repite en cada concierto José Manuel Vaquero: "Ustedes lo han querido", y es que "divertirnos y echar mano del humor nos ha conciliado con un público que adora nuestra propuesta", sin que eso nos convierta en el payaso tonto con el que otros nos han comparado. Está claro que la del viernes en el Espacio Turina será una ocasión excelente para descubrir Artefactum o seguir disfrutando a tope con sus desenfadadas e irresistibles propuestas.

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