Las Cuadrántidas iluminan el cielo: cuándo ver la lluvia de meteoritos

Una mirada al cielo y podrán verse más de 100 meteoritos por hora. Las Cuadrántidas llegan a la tierra con una lluvia superior a la de las perseidas. Este evento astronómico podrá presenciarse en su pico de actividad en la noche del 2 al 3 de enero, aunque la caída de estos cuerpos celestes podrá seguir viéndose en horas posteriores, aunque con menor intensidad.

Dónde ver las Cuadrántidas

El pico de esta lluvia de meteoritos empieza sobre las 19:00 de la tarde del jueves 2 y por las condiciones lunares esperadas en la noche podrán disfrutarse desde cualquier punto oscuro sin obstáculos de visibilidad, aunque tal acontecimiento también es visible al amanecer por la intensidad de su luz. Aun así, se recomiendan zonas en el hemisferio norte para disfrutar del espectáculo de luz que generan estos eventos astronómicos.

Tras esta cita aún podrán verse restos de la lluvia de estrellas, pues se mantendrá vigente en los días posteriores al 3 de enero, aunque con una intensidad menor, alcanzando solo los 25 meteoritos por hora. Sin embargo, esta menor frecuencia no impide a los interesados poder observar las bolas de fuego que acompañan a esta lluvia de Cuadrántidas cuando entran en contacto con la atmósfera terrestre.

Qué son las Cuadrántidas

Las lluvias de meteoritos son eventos celestes que se producen cuando la órbita de la tierra atraviesa una corriente de polvo y escombros espaciales, cuyo punto más denso corresponde con el pico de actividad observable. Ahora, específicamente, las Cuadrántidas provienen de la constelación de Bootes (Boyero), cercana a la Osa Mayor, aunque su nombre se refiere a una antigua constelación conocida como Quadrans Muralis que ya no es reconocida por la Unión Astronómica Internacional (IAU). Así, el nombre de esta evento celeste se mantuvo porque ya hay otra lluvia procendente de Boyero conocida como las Boyéridas.

Las Cuadrántidas no son tan reconocidas como las Perseidas porque su máxima densidad es muy acotada a unas horas y las condiciones meteorológicas invernales dificultan la caza de estrellas, pese a que su avistamiento por hora sea mayor que otras más reconocidas.