Bienal de Flamenco

La fuga creativa de Rocío Molina

Rocío Molina presentó ayer en el Teatro de la Maestranza, dentro del marco de la Bienal de Flamenco, ‘Carnación’, con la que se aleja del lenguaje flamenco (**).

01 oct 2022 / 14:59 h - Actualizado: 01 oct 2022 / 15:10 h.
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Después de los espectáculos de baile que hemos visto en esta Bienal, se confirma la tendencia de dirigir al flamenco hacia el terreno de la performance y las artes escénicas contemporáneas, hasta el extremo de llegar incluso a coquetear con técnicas circenses. Rocío Molina lleva esa tendencia a su máximo extremo con este espectáculo, que gira en torno al deseo y nace, según ella misma ha reconocido, de la necesidad de salirse del flamenco y liberarse de sus límites.

Dado su carácter performativo, se trata de una obra con una fuerte impronta conceptual, repleta de símbolos que recorre varias épocas artísticas. Así, la creadora malagueña recrea, junto a su partenaire, Niño de Elche, toda una gama de cuadros que remiten a las pinturas renacentistas y barrocas, pero también incorpora elementos propios de la escena contemporánea, como la falda miriñaque que simula ser jaula, las cuerdas con las que ata a Niño de Elche y a ella misma al final de la obra, las imágenes de sus piernas bailando en el aire con el resto del cuerpo tapado, o sus continuas refriegas y embates sobre el suelo y el cuerpo de su partenaire. Todo un sinfín de acciones que, aunque atrapan de entrada al espectador, abusan de la reiteración y la excesiva duración resintiendo el ritmo y haciendo que la obra no acabe de emocionar al respetable.

Y eso que la coreografía, o más bien el conjunto de acciones, aun alejándose del lenguaje flamenco contiene mucho de los sentimientos y emociones que les son propios, como la pasión, la rabia, la ternura, el agravio y desagravio y una sensualidad provocativa y explícita que guarda el carácter provocador del baile de las gitanas mayores de otras épocas.

Así, podría decirse que la obra registra, de alguna manera, algo de la atmósfera flamenca. Tal vez por ello durante una buena parte el público se mantiene en tensión, esperando que llegue el momento en el que el baile flamenco se apodere de la escena. Y sucede, aunque de forma fugaz, cuando Rocío, al compás del violín que toca con encomiable velocidad y virtuosismo Maureen Choi, nos brinda un vertiginoso y potente zapateado que la confirma como la gran figura del baile que es, ganadora de premios tan importantes como El Premio Nacional de Danza o el reciente León de Plata de la Danza de la Bienal de Venecia.

Tampoco el Niño de Elche se adentra demasiado en las lides del cante flamenco. Canta una letra por martinetes en un momento del espectáculo y el resto entabla con la bailaora un juego de acciones que, poco a poco, se van adentrando en un discurso sobre las relaciones de dominación y sumisión que llega incluso a perfilar el maltrato en la escena en la que ambos personajes se tortean la cara, algo que, a esa altura de la obra, seguro que a más de un espectador le desató los mecanismos de proyección, aunque otros sentimos más bien repulsión y rechazo.

No obstante, cabe destacar que en algunas escenas el relato alcanza cotas de lirismo liberador, gracias a las intervenciones del coro ProyectoeLe y a la espléndida voz de la soprano, Olalla Alemán. Y merece resaltar también su exquisita producción y su envoltorio formal impecable, en el que destacan el magnífico diseño de vestuario, a cargo de Leandro Cano, y una iluminación con la que Carlos Marquerie, raya la excelencia.

La ficha

Obra: Carnación
Lugar: Teatro de la Maestranza 30 de septiembre / Bienal de Flamenco
Idea original y coreografía: Rocío Molina
Dirección escénica: Rocío Molina y Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola
Dirección musical: Niño de Elche en colaboración con Rocío Molina y Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola

Composición musical,Cumbia y Exhorcismo: Pepe Benítez
Baile
: Rocío Molina
Cante: Niño de Elche
Piano, electrónica y programaciones: Pepe Benítez
Violinista: Maureen Choi
Soprano: Olalla Alemán
Coro: ProyectoeLe
Calificación: 2 estrellas