El pasado 15 de marzo Constantino Martínez-Orts y su Film Symphony Orchestra tenían previsto repetir en Fibes el concierto que ya ofrecieron el 16 de noviembre del año anterior. Después de ocho años y nueve giras la demanda ha crecido descomunalmente y se cuentan por pares, en el caso de auditorios tan grandes como el nuestro, e incluso tríos y cuartetos si el aforo es menor, los días que programan sus conciertos en cada ciudad. En un principio aplazaron la fecha al 19 de junio, pero los pronósticos no son nada halagüeños y finalmente han decidido suspender la gira y centrarse en la próxima, a celebrar si es posible en octubre próximo. Entonces volverán, así lo esperamos, a recorrer las principales plazas de España y Portugal, llevando la música de cine más alegre y espectacular, servida con entusiasmo y mucha vocación.

Mientras tanto el pasado 4 de abril, Día Internacional de Star Wars, algo que seguramente a mucha gente se nos escapa pero no ciertamente a las legiones de fans con que cuenta la saga, la orquesta volcó en internet un video grabado cada uno y una en su casa, guardando debidamente las medidas de seguridad a las que esta pandemia nos ha sometido, en el que interpretan un tema icónico de la serie y de sus conciertos, con el que siempre terminan el bloque de propinas que adornan cada uno de sus conciertos. Se trata del jovial Cantina Band de La guerra de las galaxias, en una versión ya definitivamente suya en la que se combina el sinfonismo, cuerda incluida, con el estilo big band con resultados altamente espectaculares. A la música de siete de sus episodios dedicaron la gira de 2017, mientras su autor, el incombustible John Williams, fue objeto de un programa doble en la de 2018-2019. Tanto en uno como en otro homenaje, los fans de Williams y Star Wars han lucido siempre sus originales atuendos y espadas láser, dando al evento un aspecto decididamente fiestero y desenfadado.

Aún hoy día la de La guerra de las galaxias, entendiéndose como Episodio IV: Una nueva esperanza, sigue siendo el disco de música instrumental sinfónica más vendido de la historia. A su autor le valió un tercer Oscar, segundo como compositor (el primero lo obtendría como arreglista de El violinista en el tejado) tras Tiburón dos años antes. Ganó también tres Grammys y una popularidad imperecedera hasta ahora, aunque sus colaboraciones con Spielberg y el resto de su valiosa filmografía seguiría reservándole un lugar privilegiado en el Olimpo de los compositores de cine y del siglo XX en general. La grabación de su banda sonora se realizó a final del primer trimestre de 1977 en Londres, con la Sinfónica de la ciudad y Eric Tomlinson como ingeniero de sonido, a quien Williams conoció con ocasión de la grabación de la adaptación del musical de Harnick y Bock El violinista en el tejado. Tomlinson se había labrado un prestigio en la profesión con los primeros títulos de James Bond que no se vio reflejado en la calidad de sonido de sus trabajos con Williams, especialmente La guerra de las galaxias, Superman, Dracula y En busca del arca perdida. Eso provocó que tras el lanzamiento del doble álbum de la banda sonora de las aventuras galácticas, con casi hora y cuarto de música convenientemente estructurada en su mayoría en temas de concierto que facilitara la audición, numerosos directores y orquestas se aventuraran a grabar selecciones de la música de Williams inspirada en Korngold, Stravinsky y otros clásicos, que mejoraran la calidad del sonido e hicieran más placentera su escucha. Especialmente memorables fueron las grabaciones de Zubin Mehta y Los Angeles Philharmonic y Charles Gerhardt y National Philharmonic Orchestra, realizadas apenas unos meses después de la edición oficial, incluyendo en cada caso treinta minutos de temas imprescindibles de la película. Con el tiempo el propio John Williams ha dirigido a la orquesta de la que ha sido titular durante muchos años, la Boston Pops, así como a una versión de la Filarmónica de Los Angeles bautizada como Skywalker Symphony Orchestra, en antologías de las tres primeras entregas estrenadas de la saga, las más legendarias. También Varujan Kojian y la Sinfónica de Utah, así como Nic Raine y la Filarmónica de la Ciudad de Praga, han grabado antologías de la saga, extendiéndose en el caso de la segunda hasta La venganza de los Sith, con resultados no siempre satisfactorios pero en cualquier caso muy respetuosos con las partituras originales. También clásicos populares como Gustavo Dudamel y Anne-Sophie Mutter se han acercado al universo galáctico de Williams en celebrados conciertos y grabaciones, con el interés añadido del primero, que incluso ha llegado a dirigir parte de las bandas sonoras de las últimas tres entregas de la saga.

Keith Lockhart, que sucedió a Williams en la dirección musical de la Boston Pops, grabó en 2017 una amplia suite del episodio VII, incluido en su álbum Lights, Camera... Music! Six Decades of John Williams. La más completa antología editada hasta el momento es la que lanzó el año pasado Robert Ziegler, habitual arreglista, orquestador y director de bandas sonoras épicas de la actualidad, junto a la Orquesta Sinfónica Nacional Eslovaca, incluyendo el tema Han Solo and the Princess según arreglo propio e inédito de Williams, a quien parece nunca le gustó el arreglo de concierto que otros grabaron en su momento y que ampliaba la escuálida y fragmentaria representación que este hermosísimo tema tenía en la banda sonora de El imperio contraataca. De Ziegler es también la única regrabación del Tema del trono y títulos finales que respeta su formato original, ya que de siempre se ha optado por su versión de concierto, que amplía en dos minutos la original. Con el tiempo las míticas bandas sonoras de las tres primeras películas estrenadas se han ido reeditando en distintas versiones y aprovechando acontecimientos puntuales.

Con motivo del fin de la primera trilogía, la primera en estrenarse, en 1983 Fox Records editó un cuádruple álbum con las bandas sonoras ampliadas de cada título previamente editado por RSO en discos LP dobles, La guerra de las galaxias y El imperio contraataca, y sencillo El retorno del Jedi. Parte de las versiones de concierto desaparecieron en esta caja especial más centrada en la música según sonaba en las películas, con un cuarto CD dedicado a extras y versiones alternativas. En 1997 Lucas aprovechó los notables avances tecnológicos introducidos por Terminator 2: El juicio final y Parque Jurásico para relanzar la saga notablemente mejorada en efectos visuales, ante la inminencia del estreno del primer episodio, La amenaza fantasma, en 1999. Como consecuencia de esto volvieron a editarse las bandas sonoras de los episodios IV, V y VI, debidamente ampliados a hora y media de duración por título y con mayor respeto al orden y aspecto de cada secuencia. Finalmente, en 2004, +coincidiendo con el estreno próximo de La venganza de los Sith, Sony editó de nuevo cada una de las tres primeras bandas sonoras mejorando el sonido y redistribuyendo y ampliando la selección. Hoy es Disney quien administra todo el legado de la saga y no ha perdido la oportunidad de volver a editar las seis bandas sonoras ante el estreno de la última trilogía, respetando en este caso los contenidos y el orden de las ediciones originales. Martínez-Ortz y la FSO también publicaron en su momento su revisión de los temas principales de la saga hasta El despertar de la fuerza, grabado en directo durante su gira de 2017, aportando así su particular granito de arena a tan suculento pastel de versiones, colecciones y regrabaciones.