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Los jugadores béticos guardan un minuto de silencio antes del partido con la Llagostera. / Inma Flores
Después de ocho jornadas en las que el Betis ha ido distanciando a todos sus rivales directos de manera progresiva gracias a sus siete victorias (cuando perdió con el Leganés también lo hicieron Las Palmas y Valladolid, mientras Girona y Sporting empataban en casa), el 2-2 ante la Llagostera ha permitido a todos sus rivales directos recortarle dos puntos en la clasificación, pues esta jornada ganaron todos: Girona, Sporting, Las Palmas y Valladolid.
El Sporting (a 6 puntos) sigue ocupando la tercera plaza y siendo la principal amenaza de los béticos, aunque el Girona se haya situado a cuatro. Los asturianos aún han de visitar el Villamarín en la última jornada, a la que el Betis, para evitar sustos, debería llegar con al menos cuatro puntos de ventaja sobre los asturianos, que perdieron 1-2 en la primera vuelta pero aún podrían enjugar el goal-average particular ganando por más de un gol de diferencia.
El traspié del Betis frena una racha de ocho jornadas en las que, una tras otra, ha ido distanciando a todos sus rivales directos. Tras empatar en el campo del Mirandés (jornada 27) el Betis era 5º a un punto de la zona de ascenso. Sin embargo, en las ocho jornadas siguientes los béticos sumaron 21 puntos, siete más que el Girona (14), nueve más que el Sporting (12) y trece más que Las Palmas y Valladolid (8).
Antes de jugarse esta jornada la proyección de puntos para ascender era de 76 y el Betis sumaba 71. Ahora la proyección ha subido a 77 y el Betis tiene 72, por lo que le seguirían faltando cinco más. Con todo, el ascenso matemático lo lograría sumando 9 puntos más, de 18 que restan por jugar, si tres fueran ante el Sporting... en la última jornada.