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Musonda realiza un circuito físico en el entrenamiento de ayer en la Ciudad Deportiva. / Pepo Herrera
La semana no ha sido fácil para Gustavo Poyet. A la diáspora de internacionales ha habido que unir la ausencia en los entrenamientos de Tony Sanabria por una sobrecarga en el pubis. El paraguayo es seria duda para el partido que mañana enfrentará a los verdiblancos al Valencia. Pieza clave para el técnico desde su llegada, el ariete ha sido titular en los dos compromisos oficiales que los verdiblancos han disputado hasta la fecha. Se ha convertido, junto a Joaquín y Rubén Castro, en la tercera punta de un tridente del que aún se ha visto bastante poco.
Todo depende del esquema elegido por el entrenador y del propio jugador, que hoy volverá a probarse en el último entrenamiento previsto antes de viajar a la capital del Turia. Se abren varias alternativas para Poyet y, sobre todo, para Musonda, el jugador que encaja en todos los puzles posibles.
De seguir utilizando un 4-3-3, la entrada del joven extremo belga sería el cambio natural, dejando a Rubén en el centro y a Joaquín en la derecha. Sin embargo, no es la única posibilidad que maneja el uruguayo, aunque sí la más probable. Otra opción sería dar entrada en el once a Dani Ceballos, prácticamente inédito hasta el momento y que aún no ha sido titular. La entrada del utrerano implicaría colocarlo en la banda izquierda o cambiar el dibujo al 4-4-2 para que apareciese por detrás de Rubén, teniendo que ser Felipe Gutiérrez el que caiga a esa banda.
También existe la posibilidad de meter en el once a Musonda y Dani Ceballos juntos, en el lugar Sanabria y Felipe Gutiérrez, respectivamente. Si Poyet opta finalmente por esta alternativa, Dani compartiría el centro del campo con Petros y Brasanac, mientras que Musonda aparecería en el flanco izquierdo.
Curiosamente, ante el Valencia Musonda jugó su primer partido como bético. Un partido especial para él, pues suponía su debut en la élite. El extremo cedido por el Chelsea aprovechó la oportunidad el curso pasado y dejó muestras de su calidad. Participó en el gol de Rubén Castro, el único del encuentro y que, a la postre, sirvió para sumar tres puntos valiosísimos por aquel entonces y ante un rival muy complicado.
El partido de mañana en territorio che poco o nada se parece al que enfrentó a ambos conjuntos aquel 7 de febrero. Sin embargo, para el menudo jugador del Betis, será como si no hubiera pasado el tiempo. Aprovechó la oportunidad entonces y quizá pueda reeditar lo conseguido, otra vez. Le vendría muy bien a un Betis que aún no ha ganado en el presente campeonato.