Bruno no sólo busca el equilibrio físico y mental en la ciudad deportiva del Betis. «¿Qué hago en mi casa metido todo el día, con 25 años?», se pregunta. Por eso busca un complemento a su entrenamiento como futbolista, obviamente con el visto bueno del cuerpo técnico. En Tenerife trabajó con John García, un jugador de voley playa que llegó a ser olímpico, y en Sevilla divide su preparación externa en dos puntos. Por un lado, con el exsevillista Víctor Salas, que ahora dirige una empresa dedicada al entrenamiento personalizado: VS Sport. Y por otro... el pilates.

A Víctor Salas lo conoció en el Teruel. «Allí estaba solo, lo pasaba muy mal y él me ayudó sin querer nada a cambio. Es mi amigo. Lo he visto en el palco del Betis y le decía ‘cómo has cambiado, eh’», bromea en cuanto al exsevillista. «No soy muy de lesionarme, pero su fisioterapeuta me ayuda mucho, igual que su nutricionista», explica Bruno.

El zaguero tinerfeño también va a clase de Isabel Rizo, creadora del Instituto Nacional del Método Pilates y una referencia nacional en esta modalidad con tantos adeptos en la actualidad. «Hago mil cosas. Todos ellos quieren tu bien y hay que escuchar también a gente de fuera, porque el fútbol es siempre lo mismo», razona Bruno.