La hora del gran Sevilla

La puntería de Gameiro y la solidez defensivas, claves para el resurgir

16 ene 2016 / 19:52 h - Actualizado: 17 ene 2016 / 18:16 h.
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  • Los jugadores del Sevilla celebran uno de los goles de Gameiro. / Efe
    Los jugadores del Sevilla celebran uno de los goles de Gameiro. / Efe

Contestaba Unai Emery a la pregunta de un servidor en la sala de prensa, tras la victoria ante el Málaga, que «no hay que mirar al pasado». Lo hacía en referencia a la tremenda diferencia de rendimiento de su Sevilla en Nervión y lejos del Sánchez-Pizjuán. Aunque el siguiente envite sevillista será nuevamente en su estadio, el jueves en la Copa ante el Mirandés, y aunque el siguiente desplazamiento es de los más complicados que puede tener un equipo –el Vicente Calderón del Atlético de Madrid–, ha llegado la hora.

Ha llegado la hora de ver al gran Sevilla que Emery y los suyos nos invitan a recordar con una magnífica trayectoria en casa y un juego sólido, inteligente y valiente, aunque ante el Málaga no fuera el mejor día. Echando la vista atrás, recordamos sin arrugar la frente cómo el Sevilla despegó hace dos temporadas en la Liga en una segunda vuelta en la que casi coge al destacado Athletic –plaza Champions– y hasta levantar su tercera Europa League; y también cómo el año pasado, después de uno de los mejores arranques de Liga de su historia, mantuvo el pie en el acelerador hasta completar la mejor temporada de su historia en el trofeo doméstico y, además, permitirse el lujo de ganar su cuarta Europa League ante rivales de gran nivel.

Todo eso invita a confiar en que el Sevilla acabará despegando hasta alcanzar las plazas de Europa League, al menos. No lo ha hecho aún porque todos los condicionantes que se han dado en Nervión desaparecen por arte de magia cuando sale de la ciudad: valentía en los planteamientos de Emery, solidez defensiva, personalidad de sus jugadores y esa pizca de buena suerte que sí merodea en el Sánchez-Pizjuán. Ha llegado el momento de dar el paso.

Una de las claves para confirmar la recuperación total del Sevilla la tiene Kevin Gameiro. Un jugador que pese a tener unos números asombrosos en el Sevilla –lleva 52 goles desde que llegó, 14 esta temporada y 34 en la Liga, como Bacca pero jugando casi mil minutos menos– sigue haciendo desconfiar a gran parte de la afición y la crítica. Su importancia en este Sevilla es máxima. Y más ahora que los goles de Immobile los celebran los hinchas del Torino –ayer el italiano marcó a los nueve minutos de su debut– y que Llorente sigue anclado en un mal estado alarmante y casi depresivo. Si Emery logra reactivar al riojano, el Sevilla tendría para esa segunda vuelta de ensueño que debe hacer un recurso de auténtico lujo que no todos tienen en el almacén. Hay que intentarlo como sea.

Y la otra pata que sostiene al gran Sevilla es la seguridad defensiva. Desde hace muchas semanas, sólo el Granada, el Dépor y ayer el Málaga consiguieron batir al recién renovado Sergio Rico, principal responsable de la larga convalecencia de Beto y uno de los artífices del salto que sí ha dado el equipo en solidez. Obviando la desaparición de Konoplyanka, la fenomenal irrupción del ya imprescindible Cristóforo y la larga pájara de Vitolo, con esas dos armas referidas, solidez y el mejor Gameiro, el gran Sevilla puede volver incluso en el Calderón.