La táctica del avestruz

No es muy loable pero a veces incluso da resultados. Es la táctica del avestruz: esconder la cabeza bajo tierra ante un problema para que éste deje de existir. El caso Monchi en el Sevilla ha pasado a ser ya un considerable marrón que el presidente del club, José Castro, no sabe cómo afrontar. Castro considera que Monchi lo coloca entre la espada y la pared: no quiere que una de las personas más importantes de esta época dorada en el Sevilla se marche y que la afición le pueda echar en cara que no ha sabido impedirlo. Ante eso, el máximo mandatario ha decidido ir dejando pasar el tiempo y trasladar la presión al propio Monchi. La intención del de San Fernando era, tal y como publicó El Correo de Andalucía, salir del Sevilla una vez acabado el mercado de enero. Así se lo hizo saber antes de que Castro volviera a empezar rehuirle por los pasillos.

Castro parte con la ventaja de saber por dónde se mueve sentimentalmente Monchi: el de Utrera siempre entendió que la posibilidad de que la Roma –club al que el exportero se quiere marchar– pague su cláusula de rescisión es más un farol que otra cosa, pues la máxima preocupación de Monchi es salir bien, sin necesidad de que una parte de la afición, aunque sea injustificadamente, le pueda llamar pesetero. Ante eso, mejor adoptar la táctica del avestruz y dejar pasar un tiempo que juega en contra de Monchi. La motivación de éste para salir está más relacionada con el propio Castro que con el dinero y ya ha avanzado que no pagará para irse, confirmando la intuición de Castro, que ve cómo no afrontar de verdad el problema –meter la cabeza bajo tierra– le está dando resultados. Y tiempo.