MotoGP

Bagnaia, Bastianini y Ducati provocan el delirio en Mugello

Dominaron la carrera a placer. Uno, el bicampeón 'Pecco' Bagnaia, desde el semáforo hasta la bandera a cuadros. El otro, Enea Bastianini 'la Bestia', viniendo desde atrás y superando a Marc Márquez y Jorge Martín, en las últimas vueltas. Y, encima, todos con Ducati en la fiesta de la República Italiana. Mugello, Italia, se volvió loca.

Francesco Bagnaia celebra su victoria en Mugello. / LaPresse

Emilio Pérez de Rozas

La temida fiesta italiana que Marc Márquez (Ducati) y Pedro Acosta (GasGas) frustraron este sábado con sus dos tremendas carreras por detrás del invencible ‘Pecco’ Bagnaia (Ducati), que corría en el jardín de su casa, en la pista de pruebas de la marca de Borgo Panigale, ha tenido lugar este domingo, ante 81.627 ‘tifosi’, que han comprobado, de nuevo, como su bicampeón lograba el doblete este fin de semana y se acercaba, aún más, al líder Jorge Martín (Ducati), que debió conformarse con la tercera plaza, pues Enea Bastianini ‘la Bestia’ (Ducati) decidió defender, con uñas y dientes, el sillón que aún ocupa en el equipo Ducati Corse, que parece destinado a ‘Martinator’.

El doblete Bagnaia-Bastianini, en Mugello, en la fiesta de la República Italiana, provocó la locura de los aficionados y demostró, de nuevo, que el Mundial de MotoGP está muy vivo, pues el bicampeón de la categoría reina ha reducido en 21 puntos (12 ayer, por la caída de Martín y 9 hoy) la diferencia que le saca el piloto madrileño del ‘team’ Prima Pramac, tal vez algo alterado por el ruido y la presión que supone haberse caído ayer y estar en el ojo del huracán de los comentarios y negociaciones, como primer candidato al segundo asiento de la firma hoy ‘azzurri’, en honor de la fiesta nacional.

Dobles parejas

La carrera solo fue apasionante en sus últimas seis vueltas. Hasta entonces, se formó un trenecito donde los mejores, los de siempre, los candidatos al título, circulaban uno detrás del otro. Bagnaia, como gran capitán, regulando sin problemas sus giros y clavando los tiempos. Martín cerquita pero lejos, temeroso, tal vez, de volver a arruinar su carrera con otra caída y, por tanto, únicamente intuyendo que lo intentaría al final, si podía. Esa era la pelea para el oro. Es decir, no hubo pelea.

"Italia, Mugello, la fiesta nacional, 81.627 aficionados, tres Ducati en el podio, Enea y yo logrando el doblete, no se puede pedir más ni mejor en un día como este. Me siento muy feliz de haber hecho tan felices a tantos italianos"

'Pecco' Bagnaia

Detrás, después de que Marc Márquez (Ducati) se desentendiera de un divertido y atrevido Pedro Acosta (GasGas), que amenazó superarle en más de una ocasión, el ocho veces campeón del mundo se mantenía, como ‘Martinator’ de ‘Go1Free’ (Ve libre), cerquita de Bastianini para intentar, de nuevo, otro podio gratificador, teniendo en cuenta que pilota una moto del 2023, menos potente y veloz que la versión 2024 de Bagnaia, Martín y ‘la Bestia’.

El ataque lo lanzó MM93 cuando faltaban seis vueltas, en el típico adelantamiento por el interior de la primera curva de Mugello, apurando la frenada tras la inmensa recta en subida, pasando de 358 a 83 kilómetros por hora en 20 metros “disfrutando de lo lindo, pues se trata de uno de los tres puntos más excitantes y vertiginosos del Mundial”. Y, sí, Márquez pudo con Bastianini y se colocó tercero.

“Hasta que Marc me adelantó”, contó Bastianini, “iba como dormido sobre la moto. No sé, estaba raro, cómodo, pero despistado, dormido. El adelantamiento de Marc me despertó y le ataque faltando dos vueltas, de forma arriesgada pero controlada”. Y, sí, Márquez tuvo que aceptar que la 2024 es más moto.

"Hasta que me adelantó Marc (Márquez) parecía dormido sobre la moto, no sé qué me ocurría. Marc me despertó y, al final, no solo pude superarle sino, incluso, también a Martín en la última curva. Todo maravilloso, en Mugello, en casa"

Enea Bastianini

‘La Bestia’, que estaba en casa, que lleva dos años fastidiados tras su grave lesión en Portugal-2023, empieza a sentirse de nuevo piloto, aunque ve temer su puesto en el ‘team’ oficial de Borgo Panigale, se vio tan fuerte, tan despierto, que decidió atacar a Martín en la última vuelta al verle temblar de la rueda trasera.

“Cuando llegó Enea ya no tenía gomas para defenderme, de la misma manera que no podía atacar a ‘Pecco’”, reconoció Martín, que confesó estar “algo decepcionado” por haber perdido la segunda plaza, pero “muy contento” por los 16 puntos que le mantienen aún líder al llegar un pequeño parón asta visitar, el 30 de junio, la ‘catedral’ de Assen, en los Países Bajos. “’Pecco’ y yo hemos rodado en tiempo de récord toda la carrera (el GP de hoy ha sido 22 segundos más rápido que el del año pasado), pero mis neumáticos han durado menos”.

Marc Márquez, cuarto, confesaba sentirse tan orgulloso de su carrera como la de ayer cuando acabó segundo “porque mi moto es la que es y he estado peleando con las tres Ducati de este año, sigo tercero del Mundial, a 35 puntos de Jorge (Martín), que no está nada mal y habiendo superado otro trazado que no es, precisamente, de mis favoritos”.

"Me duele, me da rabia, me frustra, perder la segunda plaza en la última curva, pero cuando ha llegado Bastianini ya no me quedaba neumático trasero, ni para atacar a 'Pecco' ni para defenderme de Enea"

Jorge Martín

Los que sí estaban eufóricos, cómo no, eran los protagonistas de la fiesta nacional, de Mugello, del GP de Italia, del color azul de la Toscana, Bagnaia y Bastianini, la pareja del presente, pero no del futuro, pues los jefes rojos (hoy azules) Claudio Domenicali (CEO de Ducati), Gigi Dall’Igna, ingeniero jefe, y Davide Tardozzi, director del ‘team’, ya han decidido que sea Martín quien piloto, el año que viene, la moto de ‘la Bestia’. Otra cosa, es decir, que el elegido sea, finalmente, Marc Márquez sería, desde luego, una auténtica sorpresa.

“Provocar esta alegría, esta fiesta, en casa, en nuestro circuito, ante nuestra gente, con este doblete, con esta doble gran carrera de Enea y mía, es lo más grande que puede conseguir un piloto italiano en casa ¿no?, así que es increíble sentirse tan feliz y orgulloso del trabajo que hemos hecho todos, pilotos, equipos y fábrica”, comentó Bagnaia, protagonista, sin duda, del fin de semana ‘azzurri’.

Acosta, el unico rival

“Después de un periodo muy difícil y doloroso, después de costarme muchísimo superar el accidente y las heridas de Portugal del pasado año, me vuelvo a sentir piloto y creo que aún puedo presentar dura batalla en este Mundial”, señaló Bastianini, que, insistió, en que la primera mitad de la carrera fue muy, muy, rara. “Le dedico este precioso podio a mi bebe,a Fendi, mi querido perro, que falleció esta semana".

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El gran premio se cerró con todo Mugello a los pies de Bagnaia y Bastianini, con cientos de aficionados frente al podio, duchados en Proseco y con toda Italia orgullosa de que las tres motos del podio fuesen tres Ducati. Bueno, cinco ‘Desmosedici’ acabaron entre las seis primeras, pues Franco Morbidelli, la sorpresa del domingo, acabó sexto, justo detrás de la rebelde GasGas del ‘tiburón de Mazarrón’, que sigue ahí, con sus fauces preparadas para morder algún día a los campeones.

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