Fútbol

El Valencia no gana, pero ya respira (1-1)

En la segunda mitad, los locales jugaron en superioridad numérica casi media hora, pero no supieron concretar en gol las numerosas ocasiones que dispusieron

Resumen, goles y highlights del Valencia 1 - 1 Villarreal de la jornada 3 de LaLiga EA Sports

Vicent Chilet

Hay puntos que no solucionan ningún drama clasificatorio, pero que permiten respirar, recuperar la tranquilidad, volver a empezar. El Valencia se reencontró con muchos de sus estímulos olvidados, perdidos en la desatención al proyecto de Peter Lim, acorralando al Villarreal en Mestalla, haciéndose merecedor de la victoria, neutralizando los 60 millones de diferencia de inversión entre los dos equipos. Acumuló méritos, saques de esquina (15), disparos (22), entusiasmo, los primeros grandes destellos del incisivo Rioja, balones a bocajarro. Sigue siendo un equipo que lucha contra sus fantasmas. Contra sus limitaciones y contra sus maldiciones, ya que el Villarreal de Marcelino saca un punto de oro con otro gol que en el descuento de la primera parte que castiga la falta de oficio de los de Baraja.

Luis Rioja.

Luis Rioja. / F. Calabuig

La luz de Luis Rioja

En un equipo tan debilitado, la última reserva es el estado de ánimo, muy golpeado en este Valencia. A la falta de fichajes se le ha unido, también, los síntomas de desgaste en los dos últimos meses de la temporada pasada y el desplome en las tres primeras jornadas del presente campeonato, que han instalado la alarma. Ante tal bloqueo, el Valencia necesitaba, como el agua, aferrarse a algún estímulo. Ante un Villarreal que empezó dominador, los blanquinegros encontraron luz en Luis Rioja.

En una escapada del zurdo andaluz, a los diez minutos, con centro y remate en plancha de André Almeida, el Valencia recuperó de golpe toda la confianza. La acción estaba anulada por fuera de juego, pero sirvió para volver a jugar con convicción. Volcó el juego por el flanco de Rioja, con los minutos también por la derecha con Diego López. El partido transcurría en incursiones muy veloces y acumulación de saques de esquina, sin que Marcelino desde el banquillo ni Parejo desde el césped (muy ovacionados ambos) pudiesen detener el fútbol más impulsivo que preciso de los locales.

El gol premió el entusiasmo del Valencia en el minuto 24. Un saque de esquina botado al primer palo, despejado en corto y cazado al vuelo por Hugo Duro, tan astuto y despierto como siempre. El tanto tardó en subir al marcador al ser inspeccionado por un posible fuera de juego. Tres goles a favor, los tres revisados. Qué difícil es la vida en Mestalla. Fue gol, y Mestalla lo celebró pidiendo la salida de Peter Lim con muchos más decibelios que en el minuto 19.

Con la pelota imantada en las botas de Rioja, muy bien acompañado por un Jesús Vázquez, el Valencia acorraló por momentos al Villarreal, en el que Barry bajaba yardas para ofrecerse el inicio de contragolpes. Muy difícil en la marca, César Tárrega le aguantó con soltura los duelos. 

Un momento del empate entre el Valencia CF y el Villarreal en Mestalla.

Un momento del empate entre el Valencia CF y el Villarreal en Mestalla. / F. Calabuig

La maldición volvía a reproducirse

Perdonado el segundo, el partido se dirigía al pantanoso terreno psicológico del descanso. La frontera del gol de Lewandowski, del penalti en Balaídos, del tanto de Beñat Prados en San Mamés. La gestión del juego y los nervios era la correcta, hasta que en el minuto 48, en la última jugada del primer tiempo, Ayoze enganchó desde la central un derechazo a la escuadra de Mamardashvili. La maldición volvía a reproducirse. La del descuento y la de Ayoze, que con sus dos goles en Mestalla en abril con el Betis daba inicio a la larga sequía de victorias valencianista. A Baraja se lo llevaban los demonios, camino del vestuario.

No acusó el golpe el Valencia en la reanudación. Se le vio siempre proactivo, anticipándose en casi todos los duelos, con Tárrega asomándose al balcón del área. Enfrente tenía un Villarreal de transiciones más rápidas, sin Parejo, relevado al descanso. La tuvo muy clara en el 59 el submarino, con una incursión de Ilias para remate a bocajarro de Barry, tapado por Mamardashvili, añadido otro doble intento de remate.

En un duelo muy igualado, de generoso derroche físico, con mucha tarjeta, el resultado final iba a quedar muy condicionado a los cambios. Con un Valencia sin apenas refuerzos, ante el aluvión cualitativo de alternativas de su rival. El encuentro se rompió con la expulsión de Pape Gueye en el 67, con dos amarillas casi consecutivas, al cazar a Almeida en una contra.

Era el momento. Lo supo el equipo, lo entendió Mestalla, que aumentó sus rugidos, ya con Rafa Mir en el campo. Tuvo el gol Rioja, omnipresente, con un zurdazo al poste, en una incursión de Foulquier. Seguían los ataques. Hugo Duro le bajaba un balón a Rafa Mir, que chutaba desviado. En el 88 era Sergi Canós el que hacía lucirse a Diego Conde, en una volea seca desde la frontal. El meta del Villarreal sacó manos milagrosas para aferrar un punto que no satisface a nadie. Pero que al menos en Mestalla permite mostrar de nuevo señales de vida.