Liga Endesa

El aniñado Moore castiga a un indolente Barça ante el enfado de Peñarroya

El Breogán, que sólo había ganado un partido esta temporada, vence a los azulgrana (77-70) con una exhibición de su base de Chicago

Parker trata de anotar ante la presencia de Sakho.

Parker trata de anotar ante la presencia de Sakho. / EFE

Francisco Cabezas

Francisco Cabezas

Joan Peñarroya, técnico del Barça, no quiso disimular su tremendo enfado. El equipo azulgrana acababa de caer en casa de un Breogán que comenzaba la jornada como colista y que sólo había sido capaz de ganar un partido en toda la temporada. Y al entrenador barcelonista se lo llevaban los demonios.

"¿Esperaba algo tan duro?", le preguntaron al acabar el partido a Peñarroya. Y éste fue más que claro: "Sí. Pero creo que algunos no".

El gran azote del Barça en Lugo fue el base de Chicago Charlie Moore. Tiene 26 años, pero sus mofletes, su cuerpo poco definido, y sus maneras juguetonas le confieren un aspecto aniñado que hace aún más impactante su influencia en la cancha. Moore, que desquició al Barcelona cuando y cuanto quiso (22 puntos y ocho asistencias), cerró el partido a falta de 13 segundos, cuando arrancó a Abrines una falta en pleno lanzamiento de tres a la que también enlazó una técnica para el alero azulgrana.

Aquello no fue más que la confirmación de que a este Barça, orgulloso líder de la Euroliga, le cuestan demasiado los partidos de entretiempo. El 27-17 del primer parcial condicionó ya el resto de un duelo en el que los de Peñarroya nunca supieron cómo levantar el vuelo ante las embestidas de los locales, a quienes les bastaba con una mayor agresividad y emotividad para asfixiar a su rival. Que el tallo Fall fuera el mejor de los barcelonistas (13 puntos y 10 rebotes) no pudo ser una buena noticia dada su habitual escasa incidencia en los partidos capitales. Punter se fue con un paupérrimo 3/11 en tiros de campo; Parker erró en varios de los momentos determinantes; mientras que Willy Hernangómez tampoco dio demasiados motivos para reclamar una mayor presencia en el equipo.

También penalizó especialmente el Barça que ni Satoransky ni Núñez pudieran tomar el control del juego en ningún momento. Mientras, Moore convertía la pista en una cancha de 'streetball'. Con los azulgrana (4-3 es su balance en la Liga) como simples espectadores y preguntándose si habrá que acelerar por encontrar cuanto antes un recambio de garantías para el lesionado Laprovittola.

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