El Girona se derrumba en Austria y se complica la vida

Sabía el Girona que no era esta su última oportunidad, que no era su último tren en la Champions League. Sí que era un partido vital, importantísimo para apurar sus opciones de clasificar para el play-off. El rival, ideal y trampa a partes iguales, un Sturm Graz con el casillero a cero, tan solo un gol a favor (y en propia puerta), el guardameta titular lesionado... pero con aún opciones de obrar un milagro. Y así sería (0-1).

Viajaban a Klagenfurt (no a Graz, porque el estadio no cumplía con las normativas), una ciudad austríaca prácticamente limítrofe con la frontera con Eslovenia, con la moral por los aires, después de esa espléndida - y arrolladora - victoria en el derbi. Una convocatoria, por cierto, con únicamente tres bajas: Yangel, Portu y Arnau - sancionado -. Y con Abel Ruiz como principal novedad.

Sorprendía Míchel con un once con hasta tres (finalmente fueron cuatro) modificaciones respecto al que presentó ante el Espanyol. Juanpe y Francés entraban por David López y un sancionado Arnau, Tsygankov ocuparía el puesto de Asprilla. Iván Martín sustituyó a última hora a un van de Beek con un proceso intestinal.

Con Bryan no bastó

Echó el balón a rodar en el Wörthersee Stadion de Klagenfurt y el ambiente era espectacular, 25.000 aficionados se habían desplazado desde Graz hasta Klagenfurt y recorrieron 150 km - algo menos de dos horas en coche - para apoyar incondicionalmente a su equipo. Y los de Míchel poco tardarían en imponer su identidad sobre el verde. 4-3-3 inicial, pero que iría sufriendo modificaciones durante el transcurso del juego. Una cosa parecía estar muy clara: Bryan Gil sería la principal arma ofensiva del Girona.

Y lo cierto es que el equipo entró bien al partido, haciéndose con el control de la posesión, imponiendo su superioridad táctica y técnico y aproximándose al marco de un Khudyakov que hacía algo más de año y medio que no se enfundaba los guantes. La primera gran oportunidad nació de las botas de Bryan, que puso un buen centro al área después de que la presión agresiva del equipo funcionara y Blind robara en el vertice del área.

Tras su exhibición en el derbi, Bryan quería seguir dando rienda suelta a su talento. Cambios de ritmo, fintas, centros peligrosísimos al área... pero sin encontrar premio alguno. Lo intentó también Tsygankov, sirviendo un centro a un Miovski cuyo remate no encontró portería. El Sturm Graz, sin embargo, avisaba que, con espacio para correr, podía hacer daño. Boving, muy activo durante la primera mitad, probó a Gazzaniga, que se mostró sólido bajo palos.

Fallo incomprendible de Iván

Y así, el conjunto de Jürgen Säumel, que tomó el relevo de Christian Ilzer hace escasos días, se vino arriba. El Girona necesitaba reaccionar, y estuvo realmente cerca de avanzarse en el marcador por medio de un Iván Martín que falló un gol cantado. No se lo creía el '23', que no remató bien un 'caramelito' de Bryan Gil. Los de Míchel se marchaban al vestuario sin haber disparado una sola vez entre los tres palos, sin ideas sobre el césped.

'Mazazo inesperado'

Minutos después de que se retomara la acción, Míchel introdujo a Asprilla por Iván, que no iba a ser titular. Y si bien el equipo había puesto una marcha más y se iba al ataque con mayor determinación, se llevaría tremendo 'mazazo' del Sturm Graz. Se acociaron bien los austriacos, recibió entre líneas, y completamente solo, Jatta, que recortó hacia dentro y le salió un disparo centrado, pero que Gazzaniga no logró blocar y terminó en el tanto de Biereth.

Sucedió lo que en el Girona no se esperaban que iba a suceder, y Míchel puso toda la carne en el asador. Stuani, Danjuma, Abel, Solís... un equipo 'ultraofensivo' que fue incapaz de, como mínimo, rascar un empate que de todas formas se antojaba insuficiente para sus intereses. Restan Liverpool, Milan y Arsenal...