Los barones de la RFEF van a la guerra civil: habrá tres candidatos a presidente

Tres presidentes territoriales han reunido los avales necesarios para ser candidatos a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Una guerra civil en la que, en realidad, solo hay dos mandos. Uno lo encabeza el inhabilitado para cargo público Rafael Louzán (Galicia), el que pretendía ser el candidato de consenso, que cuenta con el también candidato Sergio Merchán (Extremadura) por si el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) tumba su candidatura. Enfrente, Salvador Gomar (Valencia) ha conseguido aunar los apoyos necesarios a última hora, tras haber renunciado en primera instancia a presentarse.

El Supremo revisará el 5 de febrero la inhabilitación de Louzán, el heredero de Rocha en la RFEF

Uno de ellos se convertirá el 16 de diciembre en el nuevo presidente de la RFEF, con la aspiración de cerrar la crisis institucional que arrastra el organismo desde el beso no consentido de Luis Rubiales a Jenni Hermoso en la final del Mundial femenino de agosto de 2023. Sin embargo, todavía quedan algunos capítulos por escribir antes de la elección del nuevo inquilino del sillón presidencial de Las Rozas.

Las consecuencias de la caída de Rocha

La unión que han escenificado, con algún sobresalto puntual, los barones territoriales para mantener el control de la institución ha saltado finalmente por los aires con la lucha por la presidencia de la RFEF para los próximos cuatro años. La denegación de las medidas cautelares que Pedro Rocha, el gran hombre de consenso, solicitó a la Audiencia Nacional para poder ser candidato hizo estallar la paz interesada que mantenían los presidentes de las federaciones autonómicas.

El gallego Rafael Louzán pareció dar el golpe de gracia al proceso la semana pasada, cuando escenificó el presunto apoyo de 15 de los 19 barones con voz y voto y el no menos presunto control de un centenar de avales. Sin embargo, su pasado en política, manchado por la prevaricación ha reventado su estrategia.

El pasado de Rafael Louzán

Expresidente de la Diputación de Pontevedra y dirigente histórico del Partido Popular de Galicia, en mayo de 2022 fue inhabilitado para ocupar cargos públicos durante siete años por prevaricación. La Audiencia Provincial de Pontevedra le consideró culpable de apoyar una subvención de 86.311 euros para que una empresa ejecutara unas obras en un campo de fútbol de Moaña que estaban, en su mayor parte, ya en ejecución. El caso está pendiente de un recurso en el Tribunal Supremo, cuya vista pública se celebrará, como ha adelantado este periódico, el 5 de febrero.

Después de que se conociera su condición de candidato respaldado por la mayoría de territoriales y, por tanto, favorito máximo a heredar el sillón de Rubiales y Rocha, el Gobierno filtró su intención de impugnar su candidatura ante el TAD, si esta llega a materializarse. Miguel Galán, azote federativo y el hombre que denunció con éxito a Villar, Rubiales y Rocha, también tiene intención de impugnar una potencial candidatura de Louzán.

Los estatutos de la RFEF recogen que un inhabilitado para ocupar un cargo público no puede ocupar ningún cargo en la institución, si bien Louzán defiende ante sus defensores que ese veto no es aplicable mientras la pena no sea firme. Un riesgo que ha provocado que se generen los otros dos movimientos.

Merchán, un plan b

Por un lado, Louzán y sus afines (Rocha entre ellos) han querido curarse en salud y presentar un candidato 'suplente'. Sergio Merchán, 'delfín' de Rocha y presidente de la extremeña desde el salto de su mentor a la RFEF, es quien ha aceptado encarnar ese papel. Si en los próximos días el TAD anula la candidatura de Louzán atendiendo alguna posible impugnación, el bloque mayoritario de barones se pondrán detrás de Merchán.

En el otro frente, Gomar ha conseguido reunir apoyos que se le habían negado en primera instancia. Él mismo había anunciado que se retiraba de la carrera, pero ha regresado en el último suspiro. Según informa 'Relevo', las cuatro federaciones vascas y las autonómicas de Castilla-La Mancha, Baleares y Andalucía se han movilizado para ayudarle a conseguir los avales necesarios para presentar su candidatura.

Gomar, el que peor lo tiene

Gomar, no obstante, parte en desventaja, pues quienes votarán serán los mismos 144 asambleístas que tenían capacidad para avalar candidaturas. Y aunque ha conseguido presentarse, lo ha hecho con muchos menos avales que el bloque Louzán-Merchán, a falta de que se den a conocer los resultados definitivos, una vez analizados por la junta electoral.

Quien no ha conseguido rebasar el umbral de los 21 avales ha sido Juanma Morales, el único de todos los candidatos que ha presentado su proyecto en público. Tampoco lo ha logrado Gerardo González Otero, quien ha movido algún hilo en los últimos días con escasas esperanzas. De otros nombres que anunciaron que se presentarían, como Ana Parera, Álex Aranzabal y Carlos Herrera, nada se ha vuelto a saber, como resultaba más que previsible.