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Ni Biden ni Trump son Mick Jagger ni Raphael

El problema que ambos tienen no es la edad, sino sus capacidades y la imagen que ofrecen como líderes políticos de un país que marca liderazgos y cuyo papel debe ser fundamental como defensor del mundo democrático y liberal

Biden admite que tuvo "una mala noche" en el debate y que "metió la pata"

Biden admite que tuvo "una mala noche" en el debate y que "metió la pata"

Del 13 al 16 de julio de 1992 tuve la oportunidad de asistir como periodista a la convención demócrata, celebrada en el Madison Square Garden de Nueva York, que nombró a Bill Cinton y Al Gore como candidatos a la presidencia y vicepresidencia de los Estados Unidos. El primero tenía 45 años y el segundo 44. Ganaron las elecciones el siguiente noviembre contra el presidente de aquel momento, George Bush, y el empresario tejano, Ross Perot, predecesor ideológico de Donald Trump.

Con la dupla Clinton-Gore, EEUU iniciaba una nueva era dorada.La juventud de los triunfadores generó ilusión por la nueva imagen que desprendía para el país en un periodo de optimismo mundial tras el fin de la guerra fría y a pesar de la guerra en los Balcanes o África Central.Empresarial y financieramente, coincidió con el nacimiento del primer 'boom' de internet. Hubo sus escándalos - a becaria Monica Lewinsky siendo el más conocido- y graves errores de política internacional. En Rusia, aún escuece la rueda de prensa conjunta de Clinton con el ebrio presidente ruso Boris Yeltsin, de quien se burla a carcajadas.

Hoy, Bill Clinton sigue siendo más joven que los dos candidatos que, aún se supone, se presentarán a las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre. Con 78 años (los cumple este sábado) también es más joven el sucesor de Clinton, George W. Bush y, por supuesto, el sucesor de ese, Barack Obama, 62 años. Ronald Reagan, que tenía 69 años cuando accedió a la Casa Blanca el 20 de enero de 1980, fue el último que tuvo que soportar críticas por su edad.

Hay casos en que la edad cronológica nada tiene que ver con la edad mental y física. He conocido y conversado con octogenerarios, desde el historiador John Elliott a los economistas John Kenneth Galbraith y, recientemente, Partha Dasgupta, que dan mil vueltas a personas que a los cuarenta años tienen menos energía que una piedra pómez. Por poner ejemplos musicales, por aquello de las excepciones: Mick Jagger (80 años), Roger Glover (78), Bruce Springsteen (74), Chrissie Hynde (72), Plácido Domingo (83), Julio Iglesias (80) y Raphael, que acaba de actuar en Burgos, con 81. Warren Buffett, con 93 años, sigue dando lecciones de inversión y finanzas desde Berkshire Hathaway, el hólding empresarial privado más influyente del mundo.

Donald Trump fue elegido presidente en 2016 con 70 años. Su sucesor, Joe Biden, ocupó el cargo con 78. El 20 de noviembre cumplirá 82. El problema que ambos tienen no es la edad, sino sus capacidades y la imagen que ofrecen como líderes políticos de un país que marca liderazgos y cuyo papel debe ser fundamental como defensor del mundo democrático y liberal, frente a la autocracia china y la amenaza rusa para una Europa cada vez más recelosa del otro lado del Atlántico. Biden no llegará al 5 de noviembre. Qué buena noticia sería que Trump también abandonara.